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La incidencia del deporte en la salud capilar: ¿cómo afecta el ejercicio físico a tu pelo?

Al hacer deporte, se favorece la oxigenación del cuero cabelludo, mejorando la circulación de la zona y haciendo que los nutrientes lleguen con mayor rapidez a los folículos pilosos, según los expertos de Hospital Capilar

La práctica deportiva conlleva un aumento de la serotonina, lo que contribuye a combatir el estrés, uno de los grandes enemigos de nuestro cabello que, incluso, puede provocar la aparición de la alopecia nerviosa

El abuso de suplementos como los esteroides o anabolizantes puede causar una pérdida progresiva de pelo, debido al aumento en la dihidrotestosterona, una molécula que actúa sobre los receptores hormonales de los folículos pilosos

Diversas encuestas indican que, en los últimos años, un 59,6% de la población española ha practicado deporte de forma periódica u ocasional, lo que supone un incremento de un 6,1% con respecto a años anteriores. Unas cifras que reflejan el auge actual de la práctica deportiva, una de las mejores formas de promover la salud física y mental en hombres y en mujeres, conllevando numerosos beneficios a nivel general entre los que se encuentra su incidencia en el cabello, al encargarse, incluso en edades avanzadas, de fomentar su desarrollo saludable y de prevenir su caída. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Actividad Física, que se celebra cada 6 de abril, desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, explican las principales ventajas del deporte en la salud capilar, así como el efecto que causan determinados suplementos en la caída del cabello al consumirse en grandes cantidades.

"El deporte mejora la salud en general de todas las células y órganos de nuestro cuerpo y, por ende, también la de los folículos, ya que, al hacer ejercicio, se aumenta el riego sanguíneo y la vascularización, facilitando la llegada de nutrientes a los folículos pilosos. Además, el deporte disminuye el estrés, lo que hace que se reduzca la probabilidad de padecer un efluvio telógeno, favoreciendo que el cabello crezca con mayor calidad y luzca más suave y brillante. Por otro lado, el sedentarismo se asocia a malas dietas, y una alimentación desequilibrada también repercutirá negativamente, de igual modo, en nuestra salud capilar", explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.

De esta forma, el deporte favorece la oxigenación del cuero cabelludo, lo que, a su vez, sirve para mejorar la circulación de la zona, haciendo que los nutrientes lleguen con mayor rapidez a los folículos pilosos, favoreciendo el crecimiento del pelo y aumentando, por tanto, la vitalidad del mismo. Asimismo, la practica regular de algún deporte previene la aparición de diversas enfermedades que pueden llevar a que el cabello presente un aspecto poco saludable o a fomentar su caída en casos extremos; además de ayudar con la función digestiva del organismo.

En este sentido, es importante recalcar que los deportes aeróbicos son los que más vasodilatación producen y, por ende, son los que más contribuyen a lograr una buena salud capilar. A este respecto, el doctor Pilo subraya que "para mejorar la calidad del cabello, se recomiendan entrenamientos de cardio, como caminar, correr o ir en bicicleta; o bien practicar pilates o yoga, una actividad que se considera beneficiosa para el cabello debido a que aumenta el flujo de sangre al área de la cabeza y proporciona las condiciones óptimas que se necesitan para un crecimiento rápido del pelo, además de ayudar a reducir los desequilibrios hormonales, aumentar la calma y sanear el sistema digestivo".

Otro de los principales beneficios de hacer deporte es el aumento de la serotonina que esta práctica conlleva, ya que la denominada hormona de la felicidad contribuye a combatir el estrés, uno de los grandes enemigos de nuestro cabello que, incluso, puede provocar la aparición de la alopecia nerviosa, un tipo de caída capilar relacionada con altos niveles de ansiedad o depresión que aparece promovida por el incremento exponencial de los índices de cortisol, una toxina que afecta al funcionamiento del organismo y del pelo, provocando que hasta el 70% de los folículos del cuero cabelludo se vean afectados ante situaciones de estrés muy pronunciadas.

Por otra parte, el ejercicio físico hace que se fomente en mayor medida la sudoración, lo que servirá para que se eliminen las toxinas negativas que circulan por el cuerpo, favoreciendo que los ciclos habituales de crecimiento y caída se produzcan con normalidad y que, cuando el pelo se caiga, pueda recuperarse con normalidad. Además, a través del sudor, las raíces del cabello se abrirán, una condición que hará que se cree el espacio necesario para que crezca un pelo más fuerte y sano. No obstante, "es importante que lavemos el cabello después de cada entrenamiento, con el fin de que esas toxinas que hemos eliminado a través del sudor no se queden en el cabello y se eliminen, ya que muchas de ellas contienen un pH ácido que, en caso de permanecer mucho tiempo en nuestro pelo, puede llegar a provocar fragilidad y rotura de la fibra capilar. El sudor deja la melena más reseca y, en pieles atópicas, podría generar una irritación extra, provocando un aumento de la seborrea o un empeoramiento de la dermatitis", recalca el especialista de Hospital Capilar.

La suplementación deportiva, posible causante de caída del cabello

Existen estudios que han constatado que el abuso de determinados suplementos, como los esteroides o anabolizantes, puede causar una pérdida progresiva de pelo, debido al aumento en la dihidrotestosterona (DHT), una molécula que actúa directamente sobre los receptores hormonales de los folículos pilosos que se ha demostrado que, en muchos casos, puede acelerar la calvicie, sobre todo en el caso de los hombres. De esta forma, cuando los suplementos se toman en grandes cantidades pueden llegar a desencadenar alopecias, aunque, si éstas se localizan a tiempo, pueden ser reversibles; siempre y cuando se suspenda la ingesta de los mismos.

Para que el cabello luzca sano y fuerte, la actividad física deberá complementarse con conductas saludables como un buen descanso, un bajo consumo de alcohol o una alimentación equilibrada que incluya los suficientes nutrientes, oligoelementos y vitaminas, que conllevarán, en consecuencia, que no se necesite una suplementación extra. "Se recomienda una dieta sana en la que se eviten los ultraprocesados y rica en proteínas como huevos, la leche o el pescado, así como en carnes, legumbres, frutos secos y frutas y verduras", concluye el doctor Pilo.

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