Editorial Caligrama da el golpe con la publicación de una novela protagonizada por jóvenes ansiosos por cambiar su triste realidad con su incorporación a una guerrilla urbana… algo que los convertirá en víctimas de sus propios errores. Todos los amantes de las novelas enjundiosas, de esas que son capaces de marcar un antes y un después en la trayectoria vital de sus lectores, se encuentran de enhorabuena. Si desde hace un puñado de años el comentario habitual de los críticos literarios sostiene que la mejor literatura en español es la que se hace en el continente americano, gracias a su particular forma de narrar, ahora llega una obra que viene a certificar que tal juicio puede ser tremendamente certero. Un sol se me escondió es un regalo para todos los consumidores de literatura de alto voltaje, esa que da gusto volver a releer en diferentes momentos de la vida.
La narración se sitúa en el ecuador de los años ochenta del pasado siglo. Se ha producido el secuestro de un poderoso banquero ecuatoriano cuando en la sociedad emerge una guerrilla urbana alimentada por jóvenes desnortados y ansiosos por dar la vuelta a su triste realidad. El hilo argumental lleva de la mano al lector a una galería de espejos en los que irremediablemente se verá reflejado y acabará haciéndose las preguntas relevantes. No es una novela almibarada, sino una sólida obra, construida con mirada larga y donde no hay lugar para lo melindroso. En definitiva, funciona como todo un campo de batalla literario, en el que no se hacen prisioneros.
La pérdida de la inocencia, las perversiones originadas desde la política, el descubrimiento del sexo… La cantidad de ingredientes que explora esta narración hace que el afilado bisturí de su firmante sea capaz de poner el foco en los pliegues más escurridizos de la realidad. El guante está lanzado en una obra cuyos protagonistas están magníficamente esculpidos.
Quizás no esté de más, sin llevar a cabo ningún destripado inoportuno, echar un vistazo al interior de sus páginas para paladear la potencia de una prosa que ha llegado para quedarse: «James Arboleda, Pantera, no siempre tuvo alma de torturador. Es más, se puede decir que su infancia fue normal y apacible. No se podría descubrir en ella indicios de algún trastorno patológico que le hubiera llevado a usar el castigo como forma de dominación. Quizás su único pecado era la manía por el orden, la limpieza o la perfección. Desde muy pequeño había demostrado esa característica y se notaba en las cosas más sencillas, como aquel primer día de escuela, iniciando la educación básica».
José Paúl Aguilar es el nombre del autor de Un sol se me escondió. Se confirma su prometedora su carrera literaria.
El autor
José Paúl Aguilar (Quito, 1963). Arquitecto, músico y escritor. Ha publicado los poemarios Rumor de muros blancos, Transparencia necesaria, Canciones de otoño y Tútum. Ha realizado varias publicaciones sobre temas de historia de la arquitectura con el municipio de Quito, la Junta de Andalucía (España) y el fondo La Huella de Europa (Unión Europea). Como persona polifacética que es, ha colaborado en diversos periódicos y revistas de cultura.
Editorial Caligrama
Caligrama es un sello editorial que pertenece al Grupo Lantia, uno de los grupos editoriales más relevantes del panorama español. Desde Caligrama, ayudan a los autores a editar, publicar y distribuir su obra a nivel global, en papel y en España cuentan con la mayor red de distribución a librerías del país. Su misión es potenciar y destacar el talento de nuevos autores con calidad literaria y potencial comercial con el sello Talento Caligrama en su cubierta. Cada año, celebran los Premios Caligrama, en los que las obras ganadoras en las categorías Talento y Best Seller pasan a publicar en un sello tradicional. Caligrama es un territorio universal, vasto, colorido y de espíritu libre, que tiende puentes entre la autoedición y la edición tradicional de contenidos muy diversos bajo un mismo sello que incluyen novelas, poesías, ensayos y obras experimentales.