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Dietas para perder los kilos del verano antes de la navidad

Hay ciertos momentos del año en los que es más fácil ganar peso en muy poco tiempo, lo que puede llevar al sobrepeso o incluso de la obesidad. Y es que, a veces, esos kilos de más son los que pueden marcar la diferencia entre un peso saludable a un exceso preocupante. Un dato que, en realidad, se puede comprobar fácilmente en una calculadora de Índice de Masa Corporal buscando la relación entre la estatura y peso actual, para establecer si el peso está dentro del rango normal o, por el contrario, se tiene sobrepeso o delgadez.

De esta forma, según el trabajo Estudio prospectivo del efecto del periodo vacacional sobre la influencia del peso durante el tratamiento dieto terapéutico hipocalórico de la Universidad de Valencia, en el caso de España, existe una correlación lineal significativa entre la diferencia de pérdida de peso y el tiempo vacacional en el periodo de navidades. Además, estudios previos evidenciaron que el aumento en la prevalencia de obesidad en EE. UU. se ve influenciada por ganancias de peso, de aproximadamente 2,3 kg o más, en periodos vacacionales.

Es por ello que precisamente los meses entre vacaciones y navidades son un buen momento para proponerse comer sano y quitarse los kilos de más acumulados. Especialmente antes de volver a pasar por una temporada de comidas, que de seguro supondrán una mayor ingesta de calorías. Controlar el índice de masa corporal será importante para saber si se está en un rango saludable.

El problema es que cuando se decide hacer una dieta hipocalórica puntual para adelgazar, se entra en el riesgo de elegir una dieta que, aunque cumpla con el propósito de perder peso, pueda suponer algunos efectos perjudiciales para la salud. Además, muchas veces se aplican consejos generales de dietas conocidas, cuando lo ideal es aplicar estas ideas siempre teniendo en cuenta el perfil personal y buscando que sea una dieta para perder peso equilibrada.

Así, lo mejor será siempre consultar con expertos, como los de El Médico Interactivo para hacer una dieta personalizada que, además de una pérdida de peso puntual, conlleve unos patrones de alimentación que permita llevar un mantenimiento a largo plazo. No obstante, conviene conocer cuáles pueden ser los pros y contras de las dietas que ahora mismo están más en boga.

Dieta paleo

La dieta paleo se hizo popular entre los deportistas de élite, y las cifras dicen que permite perder hasta tres kilos de grasa en diez días. Se trata de una dieta rica en proteínas y fibra, que evita por completo los alimentos procesados. Pero no solo eso, también prohíbe el café, los cereales o los lácteos. Quien la defiende argumenta que su base es la de imitar a los antepasados del Paleolítico, centrándose en alimentarse de lo que los ancestros comían, que era lo que tenían a su alcance. Así, entre sus beneficios parecen estar no solo el adelgazar, sino también una mejor tolerancia a la glucosa, un mejor control de la presión arterial, una menor cantidad de triglicéridos y un mejor control del apetito.

Sin embargo, hay que recordar que tanto los cuerpos como los de los animales, así como las plantas que se comen, han evolucionado con el tiempo. No tiene sentido comparar la dieta con la del Paleolítico. Además, esta dieta plantea algunos problemas para los nutricionistas. Obviamente, comer menos alimentos procesados, azúcar y sal está en la línea de las mejores prácticas alimenticias. Pero restringir otros alimentos puede tener complicaciones. No obstante, es igualmente posible perder peso con un régimen equilibrado, que contenga legumbres, lácteos y cereales integrales.

Dieta cetogénica

Otra de las dietas que más conocida se ha hecho en los últimos años es la llamada dieta Keto o cetogénica y, precisamente por su fama, ha dado lugar a mucha controversia. Para empezar, cabe recordar que esta dieta se basa en reducir drásticamente el consumo de hidratos de carbono, subiendo el de las grasas y moderando el de las proteínas. Es decir, no se trata de una dieta equilibrada de mantenimiento, y como toda dieta restrictiva siempre es necesario que esté supervisada por un especialista. En cuanto a sus contras, un trabajo publicado en Frontiers in Nutrition señalaba que este tipo de dietas pueden suponer un aumento drástico del colesterol LDL (el malo), así como un riesgo mayor de contraer ciertas enfermedades crónicas, al aumentar el consumo de carne roja, carne procesada y grasas saturadas, alimentos que se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad renal crónica, enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o alzhéimer. Sin embargo, también hay estudios positivos cuando esta dieta se aplica en poblaciones concretas y de forma controlada. Así, un trabajo coordinado por el CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn) del Instituto de Salud Carlos III recalcaba que la cetosis nutricional, inducida por una dieta cetogénica muy baja en calorías, mejora la respuesta inmune en pacientes con obesidad.

Ayuno intermitente

El ayuno intermitente, tal y como su nombre indica, consiste en no comer, total o parcialmente, durante un periodo de tiempo determinado. En general, existen diferentes modalidades. Las más comunes son alternar un día de ayuno y uno de ingesta, el patrón 5:2 (5 días de ingesta y 2 de ayuno) o el patrón 4:3. Aunque el periodo de adaptación suele pasar por un ayuno de 12 horas, dos días a la semana. Son muchos los especialistas que afirman que este método tiene sus ventajas, destacando el efecto antiinflamatorio y el aumento de la resistencia al estrés y a la oxidación.

Pese a ello, una investigación publicada en The New England Journal of Medicine, llegaba a la conclusión de que, entre los pacientes con obesidad, un régimen de alimentación con restricción de tiempo no fue más beneficioso con respecto a la reducción del peso corporal, la grasa corporal o los factores de riesgo metabólicos que la restricción calórica diaria.

La clave, sin embargo, parece estar en el perfil de la persona que realiza este ayuno intermitente. En concreto, un estudio realizado por científicos del Salk Institute, en Estados Unidos, observó que el ayuno intermitente confiere múltiples beneficios para la salud, además de la pérdida de peso, si bien estos beneficios pueden depender del sexo y la edad de cada persona. De nuevo, una prueba de que no se trata tanto de la dieta, sino de la importancia de contar con un profesional para personalizarla.

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