Empresa

Freeda dedica el mes de octubre a la salud mental y aborda el tema del suicidio

Encubrir la palabra "suicidio" es parte del problema. La educación y la visibilidad vuelven a ser la clave

La plataforma ha charlado con personas que han vivido alguna experiencia relacionada con el suicidio para visibilizar lo que supone y contribuir a romper el tabú que todavía rodea a este tema.

"¿Por qué?". Posiblemente sea la pregunta más formulada cada vez que una persona se quita la vida. Saber qué le atormentaba, por qué ha decidido terminar de esta forma con su propio sufrimiento. Pero solo hay una forma de prevenir el suicidio y es evidenciando que se trata de una realidad vinculada a la salud mental, concediéndole el espacio que merece y hablando de ello con responsabilidad, dándoles voz a las personas que, de una forma u otra, se han tenido que enfrentar a él. Este mes de octubre, Freeda, la plataforma que difunde historias reales para inspirar un cambio positivo, pone el foco en la salud mental y lo hace a través de una charla con María, superviviente de suicidio, Elisabeth, hija de víctima de suicidio y Cecilia, madre de víctima de suicidio.

Tratar de entender por qué una persona llega a quitarse la vida pasa por saber que no existe un único motivo. La situación por la que atraviesan quienes consideran la idea de quitarse la vida suele ser acumulativa y, en muchas ocasiones, la ven como la única solución para dejar de sufrir.

"Mi historia es mi padre. Mis padres estaban separados. Mi padre me dijo de irme con él a Disneyland con mi hermano, y yo preferí irme con mi madre a Londres. Y mi padre me llamó un poco más cariñoso de la cuenta. Él me tenía que venir a buscar al día siguiente al aeropuerto y no vino. A mí me sonó muy raro. Mi padre no se quedaba dormido. Estuve insistiendo. Nadie me hizo caso. Pensé 'papá, no está bien, porque no me coge el teléfono'. Desde entonces tengo un pánico atroz a que alguien no me coja el teléfono. Nadie tenía valor de decírmelo, ¿quién iba a tener valor de decirle a una niña de 13 años "tu padre se ha muerto" y más por suicidio, ¿no? Y el día del entierro a alguien se le escapó cómo había fallecido mi padre y yo me reboté contra la vida, contra mi madre, contra los profesores, contra todo", cuenta Elisabeth, hija de una persona que murió por suicidio.

"Fui una niña muy sensible y quizá fui acumulando experiencias que me hicieron daño y que no supe gestionar. Cuando llega la adolescencia, todo aquello explotó de una manera bastante brutal. Me sentía muy inferior. Por muy buenas notas que sacara, o muchas amigas que tuviera, para mí nunca era suficiente. Siempre me sentía la peor del mundo. Y bueno, pues empezaron los pensamientos. No pedí ayuda y gracias a la suerte que tuve he tenido una segunda oportunidad para renacer" afirma María, superviviente de suicidio, durante su charla con Freeda España.

María tuvo una segunda oportunidad. En cambio, no fue así para el hijo de Cecilia, Miquel. Sus padres no vieron nada extraño en su comportamiento que les alertara de que su hijo no estaba bien. Sin embargo, ella sí es de la opinión de que existen múltiples factores de riesgo que pueden llevar a que una persona se quite la vida, a los cuales hay que prestar verdadera atención.

"Hay factores de riesgo que pueden dar una mayor probabilidad, como que tú sufras un trastorno mental grave, pero influye mucho la estrategia de personalidad de cada uno: Cómo te enfrentas a los problemas, la red social… eso es básico para la prevención del suicidio. Si me siento mal, si no sé qué hacer, con quién puedo hablar… Miquel nunca mencionó la palabra 'suicidio', nunca amenazó. Cuando abrí el sms, era de despedida. No llegué a tiempo, empecé a llamarle y ya no daba señal. Y así fue todo. Tenía 19 años", explica Cecilia.

Encubrir la palabra "suicidio" no evita que siga ocurriendo. Este siempre ha sido un tema tabú en todos los ámbitos de la sociedad, incluidos los medios de comunicación, a pesar de que se sabe que informar de forma adecuada y respetuosa, hablando también de los recursos disponibles de atención a la salud mental, puede tener incluso un efecto preventivo. Una vez más, los roles de género desvelan que son las mujeres las que están más predispuestas a hablar de sus emociones en comparación con los hombres, algo que afecta negativamente a la hora de enfrentarse al sufrimiento psíquico. Educar en salud mental sigue siendo una asignatura pendiente, hablando siempre desde la empatía y la responsabilidad, para que las personas que están atravesando una situación complicada sepan que pueden pedir ayuda.

"Las mujeres estamos entrenadas para hablar de las emociones. Las tentativas son más de mujeres, pero los hombres mueren más porque no están entrenados a pedir esa ayuda cuando lo están pasando mal, están entrenados todavía en clichés culturales. Entonces por eso hemos de hablarlo y hemos de prevenirlo, porque se pueden hacer muchas cosas", asegura Cecilia durante su conversación con Freeda. "Desde que una persona lo piensa o empieza a fantasear con ello hasta que lo hace, no es inmediato. Y si lo hablamos en la sociedad se tratan estos temas, y en el colegio les dan una charla y de repente se está hablando en el patio, en los centros de trabajo, en la televisión y en las redes sociales de manera responsable creo que se evitarían muchas muertes", concluye María, superviviente de suicidio.

"La salud mental sigue siendo un tema urgente que atender en nuestra sociedad y solo hablando más de ella y educando con responsabilidad contribuiremos a acabar con los tabúes que la rodean. Como María, Elisabeth y Cecilia señalaron en la charla que tuvimos con ellas, una de las formas más eficaces de prevenir el suicidio es hablando de él con claridad, garantizando además el acceso a la terapia y a otros recursos de asistencia. Eliminar estos tabúes no solo es útil para conocer mejor estas problemáticas, sino que además puede ayudar a generar un clima en el que todo el mundo sienta que puede hablar con libertad de su salud mental", explica María Arranz, coordinadora de autoras de Freeda España.

Noticias de Empresa

Rechazan la propuesta de trabajar un número aproximado de 10 sábados y festivos por campaña pese a remunerar esas horas con un recargo del 25% y pese a ofrecer subir las extraordinarias de entre semana y los sábados hasta las 14 h. del 10, al 15%