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Elvira Vidal Dinares cuenta otra consecuencia de la pandemia: la mala nutrición

La pandemia del coronavirus ha tenido un fuerte impacto en las personas en distintos aspectos de su salud y su vida cotidiana. Muchos de estos están comenzando a estudiarse paulatinamente y se considera que se deberá esperar mucho tiempo para poder tener datos certeros respecto de todos los efectos que esta ha tenido en las personas

No obstante, en esta ocasión, hay que enforcarlo en el impacto que ha tenido en la alimentación de las personas. Por eso, Elvira Vidal Dinares cuenta acerca de la mala nutrición como consecuencia de la emergencia sanitaria.

La pandemia y la dificultad de acceso a alimentos saludables, según Elvira Vidal Dinares

Según explica Elvira Vidal Dinares, durante la pandemia, han surgido diferentes dinámicas que han afectado a los sistemas alimentarios y a la seguridad alimentaria de las personas alrededor del mundo. Entre estas se incluyen la pérdida de ingresos y de medios de vida para sostener una alimentación adecuada, las perturbaciones e interrupciones en las cadenas de suministros de alimentos, las perturbaciones en los programas de protección social, el aumento en las desigualdades sociales, los precios desiguales en los alimentos en contextos localizados, entre otras cosas.

Con motivo de las medidas de confinamiento en todo el mundo, se produjeron, especialmente durante 2020 y parte de 2021, distintas alteraciones en la cadena de suministros de alimentos. Esto ha afectado considerablemente la disponibilidad de alimentos en las distintas ubicaciones, como así también la calidad de los alimentos y los precios de los mismos. Además, el cierre de servicios alimentarios tales como los restaurantes redujo considerablemente la demanda de alimentos perecederos. Esto llevó a que muchos de estos deban ser desechados, especialmente en los contextos en que no existía disponibilidad para su adecuado almacenamiento. 

También, explica Elvira Vidal Dinares, se han visto perturbaciones en las cadenas de suministro de alimentos debido a enfermedad en los trabajadores del sistema alimentario que presentaron altas tasas de contagio, lo que llevó al cierre de instalaciones de elaboración, a retrasos en la producción, entre otras cosas, llevando a que exista una menor disponibilidad de alimentos diversos en el mercado.

Crisis económica y dificultad para la seguridad alimentaria

Por otra parte, explica Elvira Vidal Dinares que es necesario mirar la recesión económica mundial ocasionada por la pandemia. Esto ha dado lugar a enormes pérdidas en los medios de subsistencia a nivel mundial, llevando a una fuerte caída en el poder adquisitivo de muchas personas en todo el planeta, incluidos muchos casos donde directamente se perdieron las fuentes de ingreso. 

En este contexto, dicha pérdida de ingresos ha llevado a que se vea afectada la seguridad alimentaria y, por lo tanto, la nutrición de las poblaciones, especialmente en aquellos casos de poblaciones que ya eran vulnerables. Tal es el caso de los trabajadores de la economía informal, que fueron de los más afectados en el mundo debido a la dificultad para realizar sus actividades en contexto de aislamiento y por la falta de protección estatal de ellos en muchos casos.

De acuerdo al Programa Mundial de Alimentos, se ha estimado que el número de personas que comenzó a afrontar hambre aguda como consecuencia de la crisis escaló al doble de los 135 millones de personas que ya lo padecían antes de la pandemia. Además, se estimó la caída de entre 71 y 100 millones de personas en la pobreza extrema como consecuencia de la pandemia hacia fines de 2020. 

La alimentación de los jóvenes y adolescentes según Elvira Vidal Dinares

Además de los aspectos mencionados anteriormente, explica Elvira Vidal Dinares que se han llevado a cabo diversos sondeos en relación a cómo fue la alimentación de los jóvenes y adolescentes. De acuerdo con Unicef, en el caso de América Latina y el Caribe, dos de las principales barreras para acceder a alimentos saludables fueron el menor nivel de ingresos para comprarlos y el temor a contraer el virus. 

Pero, además, en los casos en los que no se ha visto una caída drástica en las posibilidades de acceso a alimentos, lo que se ha visto es un importante aumento en el consumo de snacks y dulces, bebidas azucaradas, comidas rápidas, como así también una reducción en el consumo de agua y de frutas y vegetales.

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