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Acerca de los detonantes emocionales, por Míriam Pascual

Los detonantes emocionales son factores que generan inestabilidad, vulnerabilidad y un impacto psicológico importante, el cual se evidencia en la cotidianidad de una persona, así como en su trato con los demás y consigo mismo. Esta alteración que prescinde de la razón y se basa en las emociones puede ser perjudicial para quien la sufre, por lo que es oportuno buscar ayuda profesional.

Míriam Pascual es experta en inteligencia emocional y programación neurolingüística. Lleva una década desarrollando la terapia emocional bajo el novedoso método TYCE, el cual ha conseguido exitosos resultados a nivel nacional e internacional.

¿Qué son los detonantes emocionales?

Todas las emociones son activadas por un detonante que puede ser una palabra, un tono de voz, una caricia, un golpe o una expresión facial, entre otros. Dichos detonantes se adquieren a través de experiencias personales, sean positivas o negativas, a lo largo de la vida y son registradas por el cerebro en varias listas ligadas de forma específica con una emoción en particular.

Las listas son diversas para cada persona y actúan de acuerdo al contexto en el que se encuentre el individuo. Por ello, diferentes personas tienen reacciones divergentes frente a un mismo detonante. Hay quienes enfrentan el momento álgido con temores o con afinidad. En ese sentido, algunas personas temen a los perros, mientras que otras sienten aprecio y gusto por estos animales. También hay quienes huyen del peligro, mientras que otros lo buscan insistentemente, quizás movidos por la adrenalina o la necesidad de vivir experiencias excitantes.

Terapia y formación grupal para la gestión emocional

El cerebro humano tiene la capacidad de registrar y escanear las 24 horas del día todo lo que sucede alrededor de una persona en busca de detonantes presentes en las listas previamente mencionadas. Cuando detecta uno, libera una cascada bioquímica que activa el cuerpo para llevar a cabo una acción, ya sea gritar, correr, golpear, llorar o reír. Esa activación fisiológica se denomina emoción, por ello las emociones se sienten a nivel físico, como un nudo en la garganta, presión en el pecho o tensión en la espalda. Para controlar las emociones es imprescindible desarrollar inteligencia emocional. En este sentido, es conveniente dejarse guiar por expertos como Míriam Pascual, quien ofrece terapia online con reserva desde su página web y coaching grupal con conferencias y talleres que contribuyen al crecimiento personal.

La gran mayoría de los detonantes de las listas registradas a nivel cerebral son adquiridos y no innatos, lo que indica que son modificables. Por este motivo, es normal que con el tiempo se dejen de percibir miedos, enfado y dolor con respecto a algo o alguien. Es aquí donde se evidencia la posibilidad de poder gestionar las emociones correctamente. El primer paso para lograrlo es aprender a identificar y modificar los detonantes para vivir con plenitud. Este argumento es la piedra angular de lo que esta profesional enseña a hacer en sus sesiones y formaciones.

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