El mercado inmobiliario demanda una implantación de la tecnología en los hogares y unas viviendas energéticamente sostenibles con el medio ambiente.

Los precios de las viviendas han aumentado un 9,6% debido al incremento de los costes de construcción.

La nueva Ley de Vivienda pretende impulsar los alquileres de hogares sostenibles y ayudar a los compradores.

Actualmente, la economía se encuentra en un momento de incertidumbre debido a acontecimientos como la pandemia y la guerra de Ucrania. Una crisis que ha inundado todos los sectores y mercados. También el inmobiliario residencial. Es más difícil adquirir o alquilar una vivienda hoy en día que en años anteriores.

Sin embargo, aunque ha sufrido graves consecuencias, la construcción ha sido uno de los sectores menos afectados. Las cifras son positivas. En 2021 la compraventa de inmuebles aumentó un 34,6% respecto al 2020. Además, a nivel de empleo, el sector de la construcción aumentó un 4,8% el número de contratos.

No obstante, esto no significa que no existan retos para el mercado inmobiliario residencial. Por ejemplo, solo el 9,1% de los trabajadores del sector son jóvenes. Desde 2008, el número de jóvenes en la construcción ha descendido 16 puntos porcentuales. Un mercado que se renueva y que representa un 4,18% del total de las ofertas de empleo, necesita abrir las puertas a las nuevas generaciones, habituados a las nuevas tecnologías y que conocen las nuevas tendencias del sector.

Los clientes son exigentes debido al auge de nuevas tendencias sociales como son la preocupación por el medio ambiente y la necesidad de la implantación de dispositivos tecnológicos en los hogares. Este es uno de los primeros retos del sector. Muchas de las viviendas que se ofertan son obsoletas en cuanto a eficiencia energética, lo que supone un gran inconveniente.

Asimismo, los recursos económicos destinados a este mercado son escasos. Según datos de la Confederación Nacional de la Construcción, el coste de construcción de una nueva vivienda se ha incrementado hasta un 7,7% más. Como consecuencia, los precios han aumentado un 9,6%. La principal causa de este aumento se encuentra en el incremento de precios de los suministros. Producir los materiales necesarios para la construcción de

viviendas conlleva mucha energía, cuyo precio también se ha encarecido. La pandemia provocó que las empresas tuvieran que paralizar su producción. Con la reactivación de la actividad empresarial, y hasta que se llegue a los niveles de producción que existían anteriormente, el stock de materias primas es más limitado. Al existir menor oferta, los precios de estas también han aumentado.

El mercado inmobiliario español se enfrenta a muchos retos y demanda más ayudas. Los fondos europeos solo supondrán el 25% de la financiación. Esto provoca que se tengan que buscar otras alternativas, lo que supone una mayor exigencia en los requisitos de los bancos. Los requisitos administrativos también son un gran reto para este mercado, ya que muchas veces suponen un gran inconveniente a la hora de poner en marcha un proyecto. Además, también se da la necesidad de perfeccionar los instrumentos financieros.

Sin embargo, el gobierno español es consciente de esta situación y estableció para 2022 una nueva Ley de Vivienda y una modificación de impuestos. Esta ley tiene como puntos clave el control de precios en los alquileres, incentivos fiscales para pequeños propietarios, la subida del IBI en viviendas vacías y una nueva plusvalía municipal. Con ello, se pretende impulsar la rehabilitación del parque edificado de España y el aumento del número de alquileres de viviendas energéticamente sostenibles. Es decir, se pretende garantizar un alquiler asequible a la vez que se impulsa el uso de hogares más respetuosos con el medio ambiente.

La compañía ALZA Obras y Servicios apuesta por fomentar este tipo de viviendas y se une al reto de conseguir la neutralidad climática. Su objetivo es construir edificios mucho más sostenibles con equipos de climatización y renovación del aire eficientes. De esta forma, se ajustan a la demanda del mercado, que cada vez opta más por este tipo de viviendas. No obstante, la empresa no se confía y afronta con seguimiento y control la cadena de suministro para asegurar el cumplimiento de las previsiones. Además, y debido a la subida de precios de las materias primas y costes de fabricación, tratan de minimizar los costes indirectos y adecuar los proyectos.