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El nuevo revés judicial a los intereses trasvasistas suma esperanza a los Ribereños en su lucha en defensa del patrimonio medioambiental español

La Justicia avala los recortes del agua para regadío, evidenciando que el mal estado del Mar Menor responde directamente al envío continuado de agua desde el Tajo para el desarrollo de la agroindustria.

La burbuja del regadío tiene los días contados, la decisión de la Audiencia Nacional de avalar el recorte del Trasvase por el mal estado del Mar Menor pone las cartas sobre la mesa. Ya no hay trampas que valgan, salvo las que sigan haciéndose al solitario en la Región de Murcia. Ni todo el dinero del SCRATS, ni todo el poder de la Fundación Ingenio pueden igualar la partida.

El Mar Menor se muere por culpa de la sobreexplotación agroindustrial que lleva multiplicando las hectáreas de regadío en su entorno desde hace más de cuarenta años, cuando llegó la primera gota de agua del Tajo.

La presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños lo tiene claro, María de los Ángeles Sierra, lo tiene claro: "la partida está ganada, sólo diferimos en los tiempos, pero no hay vuelta atrás y si no cerramos nosotros el Trasvase, lo cerrará el cambio climático con peores condiciones para todos".

Borja Castro, su vicepresidente, incide en la misma línea, "el Trasvase es perjudicial para el patrimonio de todos los españoles, para quienes vivimos a este lado de la tubería y quienes lo hacen a orillas del maltrecho Tajo; pero también al otro lado, para quienes ven cómo el Mar Menor muere envenenado por culpa de la codicia de las grandes empresas hortofrutícolas y de un Gobierno de la Región de Murcia superado por la situación, expuesto a la opinión pública y descompuesto por la podredumbre trasvasista".

El próximo martes se reúne la Comisión de Explotación y los Ribereños confían en que desde el Ministerio se valore esta sentencia para continuar en la buena línea de reducción de los envíos de agua. Máxime cuando la situación en Entrepeñas y Buendía es crítica.

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