La gran diferencia para atraer a los creadores de contenido es que recibirán el 90% de los ingresos que se generen en el buscador, pero también que no recoge los datos personales
Su crecimiento en el mercado repercutirá en todas las empresas, cuyo posicionamiento SEO cambiará
El dominio de Google como buscador hegemónico puede tambalearse con la irrupción en el mercado de una competencia con más prestaciones. Al menos es lo que se viene buscando desde hace mucho tiempo decenas de nuevos buscadores que, hasta el momento, no han logrado derrocar al reinado del gigante tecnológico. Para acabar con ese número uno que ocupa eternamente en los rankings, Ahrefs ha fundado Yep, un buscador muy similar a simple vista a Google, pero que prevé atraer a los creadores de contenido con un reparto de las ganancias mucho más equitativo.
Yep, que comenzó sus andaduras hace unos días, tiene una estética minuciosamente parecida a la de Google. Algo determinante para que el usuario, ya acostumbrado a usar el clásico buscador, no se desoriente y le sea sencillo iniciar su actividad. Además, el hecho de haber escogido una palabra corta y fácil de recordar es otra de las estrategias llevadas a cabo para ganar adeptos paulatinamente. Pero, más allá de los detalles de interfaz y los aspectos visuales, hay detalles que marcan la diferencia con Google.
La característica que lo define y diferencia es la protección de datos. Yep no guarda información personal como geolocalización, sexo o edad. Tampoco se almacena en ningún lugar el historial de búsqueda. Según las búsquedas que se hagan, sin que se guarde un perfil de usuario, se mejoran los algoritmos para posicionar una empresa. Un mecanismo que conforma una estructura que los expertos ven con opciones de disputar el predominio de Google.
“Durante los últimos años se han visto muchas alternativas a Google que no han terminado de cuajar. Pero Yep imita a la perfección los pros principales de Google como su aspecto externo, el nombre fácil de memorizar o la interfaz, prácticamente idéntica a la del gigante americano; y presenta una sugerencia revolucionaria para disipar los problemas que oculta Google, reforzando aspectos como la protección de datos”, explica Maxence Marius, director SEO de la agencia Eskimoz.
“El gran atractivo de Yep está en su sistema de pagos. En concreto, el 90% de los ingresos generados por el nuevo buscador irán a las arcas de los creadores de contenido; lo que deja en una posición muy complicada al browser más importante de las últimas dos décadas. Google puede reducir sus beneficios para repartir todo lo ingresado con los creadores, o mantener el estatus actual y arriesgarse a que estos creadores se junten a Yep. Y ese paso puede ser muy arriesgado”, subraya Marius.
Precisamente la propuesta de Yep es dar el 90% de ingresos a sus creadores de contenido. Con esta premisa, el buscador marca una nueva tendencia con la que aspira a instaurarse en el mercado. Por una parte tiene la confianza de los usuarios que buscan cada vez una mayor protección de sus datos personales. Por otra, intenta tener la de los creadores de contenido asegurando que Wikipedia podría pagar a sus contribuyentes en caso de apostar por Yep. El buscador, con estas promesas, puede ser el rival que tanto tiempo se lleva esperando.
“Ahora todas las empresas viven del SEO pero, sin posicionamiento web, tampoco hay ingresos en los buscadores ni las empresas logran visibilidad de su web. Si Yep consigue hacerse con un hueco, las empresas deberán diversificar su estrategia de posicionamiento. Las palabras clave que se emplean en Google y las estrategias que se siguen ahí cambian notablemente en Yep, sobre todo si no se almacenan datos que suelen ser determinantes para la publicidad de las empresas”, asegura el experto de Eskimoz.
Por el momento, Yep cuenta con varios fallos. Las búsquedas no aparecen ordenadas y acceder a una red social en cuestión puede ser más complicado de lo esperado. Con apenas unos días de vida, Yep tiene claro que su estrategia pasa por convencer a los creadores. Y, una vez se sitúe como una opción real, todo puede cambiar.