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26 de cada 1.000 bebés nacen en España con daños físicos y neurológicos irreparables, producto de una negligencia médica

De acuerdo con estudios recientes, 26 de cada 1.000 bebés presentan daños físicos y neurológicos irreparables, producto de negligencias médicas en el parto. Estos incrementan el riesgo de sufrir enfermedades crónicas a nivel neuronal y aumentan las posibilidades de desarrollar una enfermedad incapacitante, una patología terminal. Incluso pueden llegar a incrementar el riesgo de muerte prematura en la infancia.

Aunque esta situación se presenta en un porcentaje bajo de neonatos, no deja de considerarse un problema de salud pública que impacta en la calidad de vida de los bebés y de sus familias. Por este motivo, el despacho especializado Carosso Abogados, explica cuáles son los pormenores de la negligencia médica durante el parto, con el objetivo de entender las medidas que pueden tomarse si se presenta un caso de esta magnitud.

Negligencias médicas

Los padres deben reconocer que la negligencia médica y los daños que conlleva pueden presentarse en distintos momentos de la gestación. Las negligencias médicas que implican un daño relacionado con el parto se pueden clasificar en dos categorías:

Negligencia en el cuidado del embarazo

Estos casos surgen de la negligencia médica cometida antes de que nazca el bebé. Los ejemplos incluyen la falta del obstetra o del médico en detectar o realizar un diagnóstico correcto ante determinadas complicaciones, o un embarazo ectópico, o una condición médica que podría afectar la capacidad de la madre para tener un embarazo o parto seguro.

Negligencia durante el parto

Los nuevos padres que han experimentado el dolor de un daño en el parto pueden hacerse muchas preguntas, pero fundamentalmente pueden preguntarse si el equipo médico en su totalidad (ginecólogo, obstetra, pediatra, matrona y enfermera) pudieron tener la culpa por acción u omisión en las secuelas que sufre su bebé o tal vez, quizás, ir más allá y preguntarse qué actuación podrían haber hecho ellos para prevenir ese daño.

Algunos bebés que sufren daños neurológicos son diagnosticados inmediatamente al nacer. En otras ocasiones, es posible que no se note la lesión en el nacimiento de un bebé hasta que tenga 5 o 6 años y se pierdan ciertos hitos del desarrollo. Si al niño le faltan hitos del desarrollo o le han dicho que tiene un retraso en el habla o un tono muscular anormal, es crucial que se asegure de que sea examinado por un neurólogo y que se realice una exploración del cerebro como una Resonancia Magnética (RM) para determinar si tiene un daño cerebral.

Consejos para los padres

Para los padres es muy difícil determinar cómo y en qué momento se presentó la negligencia médica que marcó la vida de su hijo o hija, por lo cual se recomienda siempre contratar un servicio de asesoría jurídica especializada que les ayude a analizar las características de su caso, antes de llevarlo a instancias judiciales.

Es vital acudir a un despacho de abogados que cuenten con un equipo de peritos de distintas especialidades como son la Ginecología y Obstetricia, Pediatría y Neurología entre otros, quienes les asesoran en la realización de un estudio detallado de la historia clínica del paciente, con el objetivo de determinar la viabilidad de la demanda y los pasos a seguir en el procedimiento judicial.

Carosso Abogados entiende el impacto físico y emocional que genera la negligencia médica en los bebés y en las familias afectadas, por lo cual invita a las personas que han tenido que soportar una situación como esta, a que se asesoren con profesionales especializados. Con quienes puedan elaborar un expediente que desemboque en un acto de justicia reparativa, conveniente para el tratamiento del bebé y para la salud emocional de su familia.

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