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Rentokil Initial: Los insectos, esos grandes lectores

Los insectos “bibliófagos”, pececillos de plata, carcoma, piojos de los libros, termitas y polillas, atacan a los libros y son capaces de devorarlo en su totalidad, página por página

Rentokil Initial recomienda la práctica de medidas de prevención y la aplicación de tratamientos profesionales evitar los daños en el material bibliográfico.

Los insectos se caracterizan por consumir todo tipo de materiales y bienes humanos, y los libros no iban a ser menos. Agujeros en las páginas y en las encuadernaciones, grandes áreas roídas y superficies deterioradas, son las principales pruebas del ataque de plagas. Todo un reto para bibliotecas y archivos que tienen que enfrentarse a colecciones de libros antiguos y manuscritos dañados por la acción de estos visitantes incómodos.

La composición celulósica de los soportes, además de los adhesivos y otros materiales empleados en su fabricación, constituyen un placer gastronómico para los insectos bibliófagos. Además, cuánta mayor sea la calidad del papel, más apetitoso será para el insecto, al contener una mayor cantidad de celulosa. Por ello, los soportes más antiguos, habitualmente de mayor calidad, son los que se ven más afectados por este tipo de ataques, siendo los archivos y bibliotecas históricas, el caldo de cultivo más propicio para la proliferación de estas plagas. Además, el clima de nuestro país, a menudo cálido y húmedo, favorece su desarrollo.

Un libro que esconda pocas larvas de un insecto, y que a primera vista parezca insignificante, puede terminar en poco tiempo con el establecimiento de una creciente población. Por ello, es fundamental y necesario no bajar la guardia ante el más mínimo indicio de plaga para poder actuar a la mayor brevedad posible.

Insectos bibliófagos, ¿a qué nos enfrentamos?

Los insectos bibliófagos son aquellos que se alimentan del soporte escrito del papel, las pieles de las encuadernaciones y los adhesivos utilizados. Las especies son escasas, pero pueden destruir verdaderas joyas bibliográficas si no se les presta la correcta atención, por lo que es importante conocer más en profundidad cada especie y entender cómo se desarrollan y actúan las plagas para evitar futuros daños en las colecciones.

El pececillo de plata es un insecto pequeño y plateado en forma de gota con antenas y una larga cola. Esta especie deja un rastro muy particular en el soporte afectado, ya que come el papel en la superficie, haciendo pasadas sobre él hasta que finalmente acaba haciendo un agujero.

La carcoma común no es el único bibliófago, pero sí el más habitual. Atacan los fondos bibliográficos y documentales cuando se encuentra en fase larvaria y excavan galerías. Son muy perjudiciales, ya que no desprecian nada y afectan a muchas páginas al mismo tiempo. Además, son muy difíciles de detectar porque no salen de las galerías hasta que están en fase adulta.

Los piojos del libro cuentan con diferentes especies que tienen hábitos y necesidades muy distintas. A pesar de que los daños causados por unos pocos ejemplares suelen ser insignificantes, un gran número de ellos pueden causar abrasión en la superficie de libros y papeles. Además, cuando los cuerpos son aplastados manchan los materiales y pueden desarrollar moho.

Las polillas entran por el lomo de los libros, excavan túneles, y una vez dentro de los mismos, ponen los huevos. Es ahí donde hacen las larvas, y para salir hacen diferentes túneles donde van comiendo, excretando y avanzando.

Las termitas son las plagas más graves y destructivas de estructuras de madera del mundo. En muchos museos, bibliotecas y archivos, la infestación de termitas en los edificios se ha expandido a muebles en exposición o almacenados, a archivos y hasta a colecciones de libros, los cuales han sido seriamente dañados. Hay muchas especies diferentes de termitas y por lo general se dividen en dos tipos de plagas con estilos de vida muy diferentes (de madera seca y subterráneas). Las termitas subterráneas causan el mayor daño a los edificios, mientras que las termitas de madera seca a menudo causan el mayor daño a las colecciones. Los problemas más graves se encuentran en países con climas templados-cálidos y tropicales.

Prevención, la mejor arma contra las plagas: programa de Gestión Integrada de Plagas

Las diferentes especies de insectos tienen distintas necesidades de alimento, temperatura y humedad, influenciados también por el clima y las características de la construcción en la que se encuentran. Las infestaciones en libros se pueden controlar mediante tratamientos tanto físicos como químicos, pero el objetivo de cualquier persona responsable de colecciones debe ser el evitar que las plagas se establezcan y causen daños mediante un programa de Gestión Integrada de Plagas.

La Gestión Integrada de Plagas se puede aplicar en todo tipo de colecciones, ya sean grandes o pequeñas, y su finalidad es evitar las infestaciones que atacan al fondo bibliográfico. Los principales puntos a seguir en una colección de tamaño medio son:

•Revisar regularmente las colecciones para buscar signos de plagas.

• Usar trampas para plagas.

• Mantener los libros (y las áreas en donde se almacenan) limpios.

• Evitar guardar libros en lugares húmedos y oscuros.

La implementación de un programa estas características en una colección de gran tamaño puede ser una tarea desalentadora. Por tanto, es importante identificar las prioridades y planificar para cubrir la colección en pasos reales y metas alcanzables.

La conservación preventiva y la monitorización han de presidir el trabajo de los responsables de bibliotecas y archivos en su objetivo de controlar las posibles plagas que se pudiesen presentar. La limpieza de los depósitos, el adecuado movimiento del aire, la vigilancia, el establecimiento de una planificación de alertas que implique a la totalidad del personal relacionado, el control de la humedad y temperatura y los planes de fumigación periódicos, son algunos de los medios que están al alcance de los profesionales para tratar de reducir al mínimo la acción de los insectos sobre los libros y documentos.

Ante cualquier indicio de plaga, tratamientos profesionales

El paso previo para actuar ante la presencia de una plaga es identificar a qué tipo de insecto nos enfrentamos a partir de las huellas que dejan sobre los libros, y determinar si estamos tratando con larvas o adultos.

Ante la mínima sospecha de infestación, los soportes afectados deben ser aislados en un área de cuarentena. Una vez identificado el insecto, la elección del tratamiento para erradicar el problema dependerá de la gravedad de la plaga, el tipo de material y el valor de los artículos. Cualquier tipo de tratamiento solo deberá llevarse a cabo después del asesoramiento de una empresa profesional especializada en control de plagas.

Uno de los tratamientos más habituales es la Tecnología de Atmósfera Controlada (CAT), un tratamiento especializado de control de plagas que elimina totalmente la infestación de insectos con sistemas limpios, sin necesidad de químicos agresivos y peligrosos, sin dejar residuos de ningún tipo y completamente seguro para las colecciones bibliográficas. Se trata de una “atmósfera controlada” que implica la total eliminación de oxígeno y la inyección de nitrógeno en los contenedores en los que se han encapsulado los documentos afectados, lo que provoca la muerte al 100% de todo tipo de insectos y parásitos en todas sus fases: huevos, larvas y adultos.

Rentokil Initial dispone de técnicos especializados en control de plagas que conocen al detalle las características y los hábitos de estos insectos para aplicar el tratamiento más efectivo en cada caso, de manera segura y reduciendo el riesgo de infestación. “Sacamos el oxígeno durante horas, ya que el papel tarde un buen tiempo en soltarlo, y después por una válvula vamos introduciendo el oxígeno puro. Al ser un gas inerte, no hay ningún riesgo para las personas. Para asegurar la totalidad eficiencia del procedimiento, esta técnica se repite durante un mes”, explica Jacinto Díez, director de Comunicación de Rentokil Initial.

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