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El desempleo desciende en 2021 para todas las mujeres, excepto para las mayores de 45

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer: 9° INFORME #EMPLEOPARATODAS: MUJER EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN EL MERCADO LABORAL

La pandemia arrastra al desempleo a 2200 mujeres mayores de 55 años en Murcia: por primera vez alcanzan las 9700 paradas

El año 2021 se ha saldado con 9700 desempleadas mayores de 55 años, frente a las 7500 de 2019, en tiempos prepandemia (+19,8%, un incremento de 2200 mujeres).

En el último año, las mujeres mayores de 45 años en Murcia son las únicas que han visto crecer su número de desempleadas, un 18,4% las que tienen entre 45 y 54 años y un 19,8% las que superan los 55 años. Mientras, a nivel general, el total de mujeres en desempleo en Murcia ha disminuido un 13,2% y, en términos netos, todas las mujeres que se han ido al desempleo son mayores de 45 años. Es la primera vez en la historia que las desempleadas mayores de 55 años alcanzan las 9700 paradas.

La mujer sénior ha concentrado su presencia, tradicionalmente, en sectores muy castigados por la Covid-19 como la hostelería, el comercio o el trabajo en el hogar y, cuando pierde su empleo, encuentra dificultades para reengancharse a un mercado laboral que cambia a un ritmo vertiginoso. A ello se unen las dificultades adicionales para encontrar trabajo (prejuicios, estereotipos, posible desajuste de sus competencias, etc.), que conllevan un elevado riesgo de cronificación de su desempleo.

El 70,5% de las desempleadas mayores de 55 años lleva más de doce meses en paro, frente al 51,3% del resto de las mujeres.

"Antes de la pandemia, muchas mujeres sénior trabajaban sin contrato, en situaciones de absoluta precariedad y sin derecho a paro. Otras se quedaron sin empleo y a estas alturas ya han agotado todas las prestaciones, siendo su riesgo de exclusión muy elevado"-señala Begoña Bravo, responsable del plan de integración de la F. Adecco.

"Teniendo en cuenta las barreras adicionales que encuentran a la hora de conectar con el mercado laboral, urge reforzar las políticas activas de empleo para movilizar sus competencias y capacidades hacia los sectores que hoy tiran del empleo como el sanitario, el logístico o la actividad administrativa, así como dotarles de las habilidades necesarias para superar la brecha digital"- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Además de las mujeres sénior hay otras circunstancias que abocan a la mujer al riesgo de exclusión laboral: discapacidad, responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género.

A punto de cumplirse dos años del estallido de la pandemia mundial y próximos al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la Fundación Adecco presenta el 9° informe #EmpleoParaTodas: la mujer en riesgo de exclusión en el mercado laboral, un análisis que basa sus conclusiones en la interpretación de los resultados de la Encuesta de Población Activa del IV Trimestre de 2021, junto a la consulta de otras fuentes de referencia, como el IX Informe Foessa. Este trabajo se ha realizado con la colaboración de seis empresas y entidades comprometidas: Unicaja Banco, Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, Fundación IVI, Allianz Seguros y Reaseguros, Aqualia y Hutchinson.

El impacto de la pandemia en la mujer en riesgo de exclusión

La gran crisis que asoló a nuestro país entre los años 2007 y 2014 tuvo un fuerte impacto en los sectores con mayor presencia masculina (construcción, automoción, etc.) mientras que las mujeres, concentradas en sectores más dinámicos como el de servicios, pudieron capear mejor el temporal de la recesión. Sin embargo, la pandemia ha invertido esta situación y son los sectores más feminizados, como la hostelería o el comercio, son los que se han visto más castigados. Todo ello ha acarreado un retroceso importante para muchas mujeres en términos de inclusión social.

Por otra parte, y según el IX informe Foessa sobre exclusión social y desarrollo en España, los hogares cuyo sustentador principal es una mujer han visto aumentar la exclusión más del doble que aquellos en los que la mayoría de los ingresos los aporta un hombre. Con ello, el porcentaje de exclusión social severa ha llegado al 13,1% en las economías domésticas sustentadas por una mujer, frente al 7% de las soportadas por hombres. Las cifras de pobreza siguen la misma línea: durante los años de pandemia, la pobreza severa entre las mujeres se ha incrementado en 6,5 puntos porcentuales, alcanzando el 28,2%, mientras que entre los hombres el crecimiento ha sido de 5,6 puntos porcentuales, alcanzando el 24,3%. Así, la incidencia de la pobreza es en las mujeres casi 4 puntos porcentuales superior a la de los hombres, frente a los 3 puntos de distancia registrados antes de la pandemia.

Algunas mujeres corren un mayor riesgo de verse abocadas a estas situaciones de pobreza y/o exclusión social, como es el caso de las mujeres con discapacidad, las que encabezan familias monoparentales, las víctimas de la violencia de género o las mujeres mayores de 55 años. A continuación, nos centraremos en el caso de las mujeres sénior, por haberse desmarcado de forma evidente de los datos positivos arrojados por la última EPA.

La mujer sénior se desmarca de los datos positivos de la EPA

La EPA del cuarto trimestre de 2021 ha arrojado cifras muy positivas de ocupación y empleo. En concreto, durante el pasado año el desempleo entre el total de mujeres en Murcia descendió un 13,2%. Esta reducción interanual del desempleo ha estado presente en todos los grupos de edad de mujeres, excepto en uno: la mujer mayor de 45 años. Así, frente al descenso del 13,2% del paro femenino, las mujeres mayores de 45 años han visto cómo aumentan sus activas en búsqueda de empleo. En concreto, en 2021 se registraron un 18,4% de paradas más entre las de 45 a 54 años y un 19,8% más de desempleadas con 55 años o más. En total, se contabilizan 24.500 desempleadas mayores de 45 años en Murcia: 14.800 entre 45 y 54 años y 9700 con 55 años y más.

La pandemia causa estragos en el desempleo de la mujer sénior

Como hemos analizado, las mujeres mayores de 45 años han sido las únicas afectadas por el repunte del desempleo durante 2021 en Murcia. Si ampliamos el radio a 2 años, para evaluar los efectos de la pandemia sobre el desempleo femenino, observamos que, en este caso, es el grupo de edad de 55 y más años el más afectado. Las mujeres sénior han aumentado su número de activas en búsqueda de empleo en 2200 paradas (un 29,3%), una tendencia que solo han seguido aquellas de entre 35 y 44 años, pero a mucha distancia (un 4,8%).

Mientras, el desempleo femenino ha disminuido en un 18,7% en el total de las mujeres entre 2019 y 2021. Con ello, es la primera vez en la historia que las mujeres sénior (mayores de 55 años) alcanzan las 9700 desempleadas en Murcia.

Como se observa en la gráfica de abajo, el desempleo entre las mujeres mayores de 55 años ha seguido una evolución irregular en la última década, pero se encadenan dos años consecutivos de incrementos, habiéndose producido el más acusado, del 19,8%, en el último año. Hoy se contabilizan 1600 mujeres sénior más en paro que hace un año y 2200 más que en el cierre de 2019 (por tanto, la pandemia ha arrastrado al desempleo a 2200 mujeres mayores de 55 años).

Más afectadas por el desempleo y más obstáculos para encontrar trabajo

¿Por qué el desempleo de la mujer sénior crece, en contra de la tendencia general? Varios factores influyen en este repunte:

Presencia en sectores muy castigados por la crisis. La mujer sénior ha concentrado su presencia en sectores muy afectados por la Covid-19 como la hostelería, el comercio o el trabajo en el hogar. Han perdido su empleo en estas áreas de actividad y no encuentran nuevas oportunidades profesionales, en un mercado laboral que cambia a un ritmo vertiginoso.

Tendencia a la cronificación del desempleo: prejuicios y desconocimiento. La mujer sénior que pierde su trabajo (o empieza a buscarlo) encuentra barreras adicionales en el proceso de búsqueda de empleo. En primer lugar, siguen imperando prejuicios y estereotipos sociales que se trasladan a las empresas y frenan su contratación. Algunos de los más frecuentes tienen que ver con la ausencia de hard skills, la obsolescencia de sus capacidades o las exigencias salariales superiores. A ello se une, en ocasiones, un desajuste de sus competencias con las demandas del mercado laboral: hace mucho tiempo que no han actualizado su perfil profesional o infrautilizan los canales y fórmulas de búsqueda de empleo actuales. Con todo ello, la entrada de nuevas mujeres sénior a las listas del paro no va acompañada de la salida de otras que encuentran trabajo, acumulándose las mujeres mayores de 55 años en situación de desempleo e incrementándose su riesgo de exclusión social. Las cifras oficiales señalan que un 70,5% de desempleadas mayores de 55 años es parada de larga duración, frente al 51,3% del resto de las mujeres.

"Antes de la pandemia, muchas mujeres sénior trabajaban sin contrato, en situaciones de absoluta precariedad y sin derecho a paro. Otras se quedaron sin empleo y a estas alturas ya han agotado todas las prestaciones, siendo su riesgo de exclusión muy elevado"- declara Begoña Bravo, responsable del plan de integración de la Fundación Adecco.

"Teniendo en cuenta las barreras adicionales de la mujer sénior a la hora de conectar con el mercado laboral, urge reforzar las políticas activas de empleo para movilizar sus competencias y capacidades hacia los sectores que hoy tiran del empleo como el sanitario, el logístico o la actividad administrativa, así como dotarles de las habilidades necesarias para superar la brecha digital"- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Creciente envejecimiento de la población activa. El envejecimiento de la población crece en tasas anuales de uno o dos puntos porcentuales en Murcia, alcanzando en la actualidad el 90,3% es decir, se contabilizan 90 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta circunstancia se traslada al conjunto de la población activa, incrementándose, cada año, la fuerza laboral sénior.

Propuestas para la inclusión laboral de la mujer sénior

En el presente informe la Fundación Adecco expone algunas propuestas para favorecer el empleo de la mujer sénior, siendo fundamental establecer redes de cooperación entre empresas, Administración Pública y las propias mujeres sénior. En este resumen incluimos las recomendaciones dirigidas a estas últimas. Consulta todas las propuestas en el informe completo.

Recomendaciones para las desempleadas sénior

La característica esencial del desempleo femenino sénior es sus elevadas posibilidades de cronificarse. En este sentido, desde la Fundación Adecco realizamos algunas recomendaciones para que la mujer sénior encuentre una ocupación en el menor tiempo posible:

Conocer dónde está la oferta de empleo. La pandemia ha ocasionado un flujo de actividad de unos sectores a otros y, en muchos casos, las desempleadas sénior no encuentran oportunidades laborales en su sector de procedencia. En este marco, estar al tanto de las actividades que hoy tiran del empleo puede ser de gran ayuda para que las mujeres sénior encuentren una oportunidad profesional con mayor rapidez. Algunas áreas con alta demanda en estos momentos son la logística (requiere perfiles como preparadores de pedido, repartidores, transportistas…), el sector sociosanitario o el área de servicios, en posiciones como teleoperador u operario de limpieza.

Ser flexible. El mercado laboral cambia a gran velocidad y prima la flexibilidad. Las desempleadas deben ser conscientes de que, quizás, encuentren un trabajo que no se adapta completamente a su perfil profesional. Asimismo, es importante practicar la apertura a otras opciones como la movilidad geográfica, el empleo por cuenta propia y otras fórmulas que, quizás, no se contemplaban en el planteamiento inicial.

Formarse o acreditar las competencias: los certificados de profesionalidad. Es frecuente que las desempleadas sénior cuenten con una experiencia laboral que les ha permitido adquirir los conocimientos y competencias necesarios para un puesto de trabajo. Sin embargo, carecen de una titulación que las avale como profesionales y, hoy en día, es solicitada por la mayoría de las empresas. Es por ello fundamental acreditar las competencias, a través de los certificados de profesionalidad emitidos por el SEPE y que tienen validez en todo el territorio nacional. En caso de que no sea posible, la formación, en las áreas estratégicas para el puesto de interés, es la mejor vía para acceder a los mismos.

Entrenar las competencias digitales: la marca personal. Internet se ha convertido en la gran ventana al mundo laboral y casi cualquier puesto de trabajo exige intuición tecnológica. Es imprescindible que la mujer sénior supere la barrera tecnológica y esté presente en los canales digitales, utilizando y optimizando las técnicas de búsqueda de empleo online (redes sociales como LinkedIn) y construyendo una marca personal que multiplique sus posibilidades profesionales.

Poner en valor las soft skills. Más allá de las capacidades intelectuales, las empresas valoran cada vez más las habilidades blandas. Huyendo de estereotipos, las mujeres sénior tienden a ver reforzadas skills como la madurez, la experiencia, el control emocional, la templanza o la tolerancia estrés. Es importante identificarlas y ponerlas en valor en los procesos de selección.

Apostar por el currículum funcional. La mujer sénior suele tener experiencia, pero no siempre es reciente en el tiempo. Por ello es preferible que, en lugar de ordenar las experiencias profesionales por fecha, poniendo al descubierto que el último trabajo fue hace mucho tiempo, se agrupen los empleos por sectores, haciendo hincapié en la formación académica y motivaciones personales. Ejemplo:

EXPERIENCIA LABORAL

SECTOR 1. Puesto ocupado. Nombre de la empresa. Tareas o logros realizados.

SECTOR 2. Puesto ocupado. Nombre de la empresa. Tareas o logros realizados.

Voluntariado. Es una práctica en auge, muy valorada por los seleccionadores. Si bien es cierto que en la era COVID-19 el contacto presencial se ha restringido, existen opciones de voluntariado telemático u online, mediante el que las desempleadas pueden entrenar habilidades como la comunicación, la empatía o la asertividad, a la vez que cooperan con la comunidad local y mejoran su perfil profesional.

Networking. Las relaciones sociales son uno de los grandes vehículos para conseguir oportunidades profesionales. De hecho, el 80% de las ofertas de trabajo no llega a publicarse, porque se cubre directamente a través de recomendaciones de personas de referencia. Es importante invertir tiempo en la elaboración de una agenda de contactos estratégicos, que ayude a las mujeres sénior a acceder a ofertas de empleo adecuadas a su perfil profesional. LinkedIn supone una gran plataforma para nutrir esta red de contactos y sacar el mayor provecho de la misma. 

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