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Me ha tocado la lotería: ¿y ahora qué hago con el dinero?

Si no se hace nada con el dinero ganado, perderá valor con el tiempo, especialmente en un momento en el que la inflación roza el 5%

Hay varias opciones de inversión según el nivel de riesgo que se quiera asumir: a mayor riesgo, más rentabilidad, pero también mayor riesgo de pérdida

El 22 de diciembre se celebra anualmente el Sorteo Extraordinario de Navidad, con premios que oscilan entre los 20 y los 400.000 euros por billete. Ganar la lotería siempre es motivo de alegría, ya que garantiza un cojín extra de dinero, pero hay que mantener la cabeza fría y analizar qué hacer con la suma económica obtenida.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el premio debe tributarse solo si supera los 40.000 euros, cantidad a partir de la que deja de aplicar la exención del impuesto y se debe pagar el 20% del importe recibido. En el caso del sorteo de Navidad, deberían tributar el primero, el segundo y el tercer premio que, con la liquidación de impuestos, sumarían un valor neto de 328.000 euros, 108.000 euros y 48.000 euros, respectivamente. El resto de premios no requieren tributación.

Una vez liquidada la cuestión tributaria, hay que valorar qué hacer con el dinero. Si no se hace nada con él y lo ponemos en la cuenta de ahorros, el dinero perdería valor con el paso del tiempo, especialmente en un momento como el actual en el que la inflación roza el 5%. 

¿Qué hacemos con el dinero?

Supongamos que la inflación es del 2% anual –objetivo del BCE– en los próximos 10 años. En esta situación, el valor del primer premio sería de 268.000 euros. Para evitar esta reducción de valor, hay diferentes opciones de inversión a tener en cuenta en función del nivel de riesgo que se quiera asumir. A mayor riesgo, mayor rentabilidad y, por tanto, puede obtenerse un beneficio (o pérdida) superior. A continuación, presentamos algunas opciones que no tienen por qué ser escogidas de forma única, ya que lo más importante entre alternativas de inversión es la diversificación.

De este modo, para los inversores más conservadores, las principales salidas son:

Depósitos bancarios en los que la entidad financiera guarda nuestro dinero. La rentabilidad de estos productos está cerca del 0%, actualmente.

Renda fija. Consiste, principalmente, en invertir en deuda pública o en deuda de empresas a cambio de intereses. En el caso de España, el rendimiento de la deuda a 10 años sería del 0,36%. En el caso de Alemania, por ejemplo, es del -0,26%. Si se está dispuesto a asumir un riesgo ligeramente superior, las grandes empresas emiten deuda de entre el 1% y el 2%.

Para los inversores más osados, encontramos alternativas como:

Renda variable. La inversión es una alternativa importante a valorar, aunque a corto plazo puede parecer altamente volátil. La bolsa americana, por ejemplo, acumula una rentabilidad anual de cerca del 8% desde 1927. El Ibex-35, por lo contrario, sería un índice a evitar, ya que existen bolsas como la americana, la francesa o la alemana con rendimientos claramente superiores. Y es que solo en 2021, el Dow Jones ha crecido un 23% respecto al año anterior; el CAC 40, un 25%; y el DAX 30, un 13%, mientras que el Ibex-35 solo lo ha hecho un 3%. Hay que remarcar que estos valores son superiores a la media histórica, puesto que el covid-19 tuvo un fuerte impacto en los índices de 2020.

Private Equity o inversión en start-ups. En este punto, las rentabilidades pueden ser muy elevadas, pero también lo es el riesgo, ya que se está invirtiendo en empresas que justo están naciendo o que están en crecimiento y que, por tanto, no tienen todavía una posición consolidada en el mercado. Otra cuestión a tener en cuenta es la dificultad por recuperar la inversión, puesto que solo sería posible si otro inversor decidiera comprar nuestra participación. En caso de querer diversificar el riesgo, hay opciones como la financiación colectiva o crowdfunding, donde se juntan pequeñas inversiones (normalmente, de 3.000 euros) de distintos inversores para llegar a las necesidades de financiación de la compañía. 

El mercado de las criptomonedas. Esta última opción solo se recomienda para inversores dispuestos a asumir un riesgo extremo y solo para una inversión limitada. Actualmente, hay cerca de 15.000 criptomonedas en cotización, pero la reina es Bitcoin, que de un valor inicial de 196 dólares en 2013 ha alcanzado este año los 66.000 dólares. Aunque el beneficio es claramente superior a las demás alternativas, también lo son las pérdidas. En este mercado es habitual ver caídas de hasta el 50% en pocos días. 

Dejando de lado el tipo de inversores, una alternativa que merece mención aparte es la de la vivienda. La compra de un bien inmueble puede tener variaciones: si se trata de una residencia para habitarla (una segunda residencia, por ejemplo), se debe valorar si con el tiempo seremos capaces de mantenerla. En caso de tratarse solamente de una inversión, el retorno esperado anual variaría entre el 4% y el 7% en ciudades como Madrid o Barcelona.

Sea como fuere, ganar la lotería es motivo de alegría, pero hay que analizar fríamente qué se quiere hacer con el premio, ya que, si no, con el tiempo el valor se pierde por si solo. En cualesquiera de las opciones citadas, la diversificación y la distancia con el dinero son la clave y, como recomendación general, para no perder el valor del premio el rendimiento obtenido debería ser superior a la inflación.  

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