La psicóloga canaria, que participó en la Abama Wellness Week, defiende los beneficios de integrar el ejercicio diario de esta disciplina en nuestras vidas, que es completamente gratuita al no necesitar formación continuada, sino unas pautas impartidas por un profesional especializado para iniciarse

El Mindfulness, o "la práctica de traer la atención con esfuerzo al momento presente como si tu vida dependiera de ello" (Jon Kabat Zin), definición favorita de la psicóloga tinerfeña Devi Pereyra, "mejora nuestras relaciones con los demás y nos ayuda a responder de manera más equilibrada, con acciones más acordes con la realidad". Esta experta recomienda dedicar 8-10 minutos dos veces al día (al despertarse y antes de acostarse) a su práctica. Para ello "solo se necesitan unas pautas de un profesional especializado en la técnica para comenzar, no es imprescindible ni ropa adecuada ni formación continuada, pero sí mucha fuerza de voluntad, porque estamos acostumbrados a hacer y recibir de manera inmediata, y esto es algo que no sucede en el Mindfulness".

Pereyra, que participa esta semana en la tercera edición de la Abama Wellness Week organizada en el hotel Las Terrazas de Abama Suites, considera que la práctica del Mindfulness debería generalizarse como una herramienta preventiva y terapéutica en el terreno de la salud mental. La psicóloga señala que el Mindfulness reduce el consumo de fármacos "hablamos a nivel sanitario de la vertiente de Terapias de Tercera Generación, porque no tiene efectos secundarios, frente a los medicamentos, que pueden provocar una adicción".

Asegura, además, que los pacientes demandan cada vez más la práctica de esta disciplina, recomendada para diferentes patologías como la ansiedad, depresión, insomnio, traumas o las adicciones. Asimismo, defiende sus beneficios relacionados con la disminución del riesgo de problemas cardiovasculares. "La calma mental mejora nuestra predisposición al estrés, que lleva a muchas enfermedades".

Devi, que colabora en la Abama Wellness Week de la mano de Bach Care (centro de prevención de la enfermedad cardiovascular), explica que el Mindfulness es un trabajo terapéutico que abarca tres fases: "En la primera adquieres la habilidad de tomar consciencia del pensamiento, en la segunda adquieres la capacidad de tomar distancia del pensamiento (desapego) para ver la realidad tal cual es y en la tercera, logras calmar las emociones. El resultado es que nuestras acciones están en equilibrio con el momento y la situación".

Su impacto en las relaciones sociales y laborales

Los beneficios, que comienzan siendo individuales, tienen un fuerte impacto social: "Cuando no te juzgas y te aceptas porque te comprendes, tienes la capacidad de hacerlo con las demás personas, y por lo tanto nuestras relaciones mejoran", explica la psicóloga. Eso también explica el aumento de empresas que demandan este servicio "porque mejora el ambiente de trabajo, el estado mental y emocional de sus empleados y como consecuencia, también su rendimiento". En este sentido, asegura que casi todos los sectores profesionales están interesándose por la aplicación de esta disciplina en sus políticas de recursos humanos.

Pautas para realizar la práctica del Mindfulness:

Dedicar 8-10 minutos al levantarse y antes de acostarse a la práctica de Mindfulness siguiendo unas instrucciones muy sencillas:

- Buscar un lugar con la mínima estimulación externa (preferiblemente a solas)

- Sentarse sin apoyar la espalda, en una postura relajada pero "despierta"

- Cerrar los ojos y tratar de mantener la postura estática

- Respirar por la nariz de forma natural, sin forzar, sin usar técnicas

- Llevar el foco de atención a esta respiración (escucharla y sentirla)

- Permitir que aparezcan los pensamientos pero tratar de no apegarnos a ellos, dejarlos pasar y regresar con la atención a la respiración

- Darse cuenta en el momento en que nos enganchamos de nuevo al pensamiento para soltar y volver a la respiración