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Loro Parque Fundación contribuye en un importante hallazgo: los loros tienen capacidad de autocontrol

Los loros grises africanos pueden ser más capaces que los guacamayos de rechazar una recompensa inmediata en favor de otra mejor en el futuro, según un estudio publicado en la revista ‘Animal Cognition’

Loro Parque Fundación ha contribuido a un importante hallazgo sobre cognición animal: los loros, como los humanos, tienen capacidad de autocontrol. Además, este estudio, publicado en la revista Animal Cognition, también se ha descubierto que los loros grises africanos pueden ser más hábiles que los guacamayos al rechazar una recompensa inmediata en favor de otra mejor en el futuro. El proyecto se ha llevado a cabo en la estación de investigación que Instituto Max Planck de Ornitología (Alemania) tiene en Loro Parque - Animal Embassy (Tenerife, España).

Para realizar el estudio, investigadores de Max Planck comprobaron cuánto tiempo eran capaces de resistirse a comer un alimento que no preferían 28 aves de cuatro especies de loros, mientras esperaban a que el alimento favorito estuviera a su disposición. Los investigadores descubrieron que los loros grises africanos eran capaces de esperar hasta 29,4 segundos de media a que su comida preferida estuviera disponible, en comparación con los 20 segundos de los guacamayos verdes mayores; los 11,7 segundos de los guacamayos cabeciazules, y los 8,3 segundos de los guacamayos barbazules. El loro con mejor rendimiento, un gris africano llamado Sensei, fue capaz de esperar un máximo de 50 segundos, 20 segundos más que el tiempo máximo de espera del guacamayo con mejor rendimiento.

Matthew Petelle, autor del estudio, explicó que sus resultados “sugieren que las capacidades de autocontrol de especies de guacamayos estrechamente relacionadas varían mucho entre individuos y especies”. “Nuestra hipótesis es que estas diferencias podrían estar relacionadas con diferencias en el tamaño del cerebro o en la inteligencia general. También podrían estar influidas por los comportamientos de búsqueda de alimentos o la organización social de las distintas especies, ya que un mejor autocontrol puede tener más presencia entre las aves que tienen que invertir más tiempo en localizar y extraer alimentos o que viven en entornos sociales más complejos”, detalló.

Para comparar las capacidades de autocontrol entre especies de loros, los autores estudiaron ocho guacamayos verdes, seis guacamayos barbazules, seis guacamayos cabeciazules y ocho loros grises africanos proporcionados por Loro Parque Fundación. A las aves se les presentaron semillas de girasol –un alimento que no preferían- a través de un hueco en una pantalla transparente y tuvieron que esperar entre cinco y 60 segundos a que un aparato giratorio les presentara nueces, un alimento que preferían. Las aves pudieron ver tanto las semillas como las nueces a través de la pantalla transparente durante todo el experimento. Si el ejemplar comía las semillas de girasol antes de que se le presentaran las nueces, el experimento terminaba y no podía comerse las nueces.

Mientras las aves esperaban a que su comida preferida estuviera disponible, se observó que algunos realizaban comportamientos como pasearse y manipular objetos. Cuanto más tiempo pasaba un loro realizando estos comportamientos, más éxito tenía en la espera, especialmente cuando tenía que esperar más de diez segundos. La eficacia de estos comportamientos varía según la especie: los loros grises africanos tuvieron más éxito en la espera que los guacamayos barbazules y los cabeciazules, a pesar de que realizaron estos comportamientos durante un tiempo similar. En cuanto a los comportamientos, el asociado con un mayor éxito en la espera fue el de pasear.

Así lo explica Petelle: "proponemos que los pájaros adoptan comportamientos como el de pasear para suprimir el impulso de comerse la comida que no prefieren y poder afrontar mejor la espera de la comida que prefieren. Comportamientos similares de afrontamiento o distracción observados en otras especies, como tumbarse y mirar hacia otro lado en los perros o jugar con juguetes en los chimpancés, se han asociado previamente a un mayor éxito en la espera”.

Los autores advierten que, dado que actualmente se sabe poco sobre cómo interactúan los loros de las especies estudiadas con su entorno natural y con otros loros en la naturaleza, solo pueden extraerse conclusiones limitadas sobre las razones de las diferencias observadas en las capacidades de autocontrol entre especies. Futuras investigaciones podrían estudiar la organización social, los comportamientos de búsqueda de alimento y el tamaño del cerebro de especies de loros como los guacamayos cabeciazules y los barbazules para determinar su influencia en la evolución del autocontrol y la paciencia.

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