A pesar de que todavía es posible disfrutar de los últimos chapuzones en la piscina, en otoño muchas personas se enfrentan al debate sobre cuál es el mejor modo de hacer el invernaje, o de si realmente ha llegado el momento de cubrir su piscina
Las piscinas son elementos cada vez más habituales en las casas de muchas familias, y en los últimos años han supuesto un refugio en el que pasar el verano, que han sido atípicos por los motivos que todos conocen. Sin embargo, con la llegada del otoño se suele plantear el dilema sobre cuál es el mejor modo de tratar y conservar esta importante parte de los hogares.
Optar por un invernaje habitual, manteniendo el agua de forma que no sea necesario volver a llenar la piscina, limpiándola con la asiduidad y los productos necesarios, además de asegurarse del correcto mantenimiento del motor y todos los aparatos eléctricos necesarios para tenerla en óptimas condiciones, y no es siempre la elección más escogida.
Los costes de mantenimiento que implican el invernaje de piscinas se comparan a menudo con lo que costaría cubrir la piscina, y las múltiples ventajas que ello puede aportar. A la larga es posible que la amortización de cubrir la piscina se de en unos pocos años. Al ahorro que implica esto, hay que añadir las múltiples ventajas que aporta cubrir una piscina exterior, llegando incluso a poder seguir utilizándola todo el año.
No es de extrañar que búsquedas como ‘cubiertas para piscinas’ o ‘cubiertas para piscinas precios’ sean cada vez más habituales. A la hora de ahorrar, las familias ya calculan a largo plazo. además tienen en cuenta que una cubierta no solo les permite ahorrar en costes de mantenimiento, productos, agua… También se suele tener en cuenta los beneficios a nivel medioambiental que implica cubrir la piscina, gracias al ahorro de agua y energía.
A la hora de decidir qué se debe hacer con la piscina en invierno, no es mala idea sacar la calculadora y anotar a su vez una lista de ventajas e inconvenientes, y con todo ello decidir si ha llegado el momento de cubrir la piscina para no tener que volver a pensar en ello el próximo otoño. O mejor aún, para seguir haciendo uso de la piscina durante todo el año.