Las aeronaves, equipadas con cámaras termográficas y RGB, permiten el reconicimiento con agilidad de lugares de difícil acceso
Los bomberos de Ibiza han conseguido esta semana la habilitación como operadores de drones, así como su certificación como pilotos de RPAS, de la mano de la compañía líder en formación de pilotos de aeronaves no tripuladas, Aerocamaras.. La introducción de los drones en el parque de bomberos balear busca mejorar la eficacia en muchas de sus operaciones como pueden ser rescates verticales en acantilados o inspecciones de reconocimiento del terreno donde deben operar en el día a día.
La evolución de las aeronaves no tripuladas ha sido notable en los últimos años y han conseguido poner en valor su gran utilidad en multitud de sectores que van desde la seguridad, como son los drones policiales de vigilancia, hasta la logística, con aeronaves multirrotor que permiten el suministro a grandes buques o el servicio delivery de productos de restauración y hostelería. Ahora, tras recibir la formación pertinente, el cuerpo de bomberos ibicenco podrá aprovechar el potencial de estos instrumentos y ponerlos al servicio de la sociedad en tareas de salvamento, prevención y control de incendios, rescates, etc. Los drones son presente y futuro.
En total han sido 6 los bomberos certificados que, semanas después de recibir la formación teórica, han superado la parte práctica y el examen para la obtención de la licencia de piloto de drones, bajo la instrucción y supervisión del equipo de examinadores de Aerocamaras, acreditados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Para poner el broche a esta formación, el equipo de la firma gallega se desplazó, junto a sus ya recién certificados pilotos, hasta el campo de San José, en Ibiza, donde, tras realizar las pertinentes pruebas y maniobras de pericia de vuelo, celebraron una ceremonia de entrega de certificados para cerrar el curso.
El cuerpo de bomberos balear se enfrenta a diario a las abrasadoras llamas de los incendios y a situaciones de elevado riesgo para su integridad física. Además, sus efectivos se juegan la vida en tareas de búsqueda vertical de personas desaparecidas y en las pertinentes tareas de rescate practicando la desescalada desde lo alto de las escarpadas laderas que componen la orografía ibicenca. Los peligros en su jornada laboral son constantes. Sin embargo, los drones pueden cumplir una labor vital para facilitarles el trabajo, mejorando y complementando sus funciones.
En concreto, los “drones de rescate” cumplen una función de inspección y vigilancia con una cámara dual, termográfica y RGB, que les permite discriminar discriminar la variación de temperatura con el fin de localizar personas o puntos calientes en un escenario concreto previo a la actuación personal del propio bombero. Con ello se logra una mayor seguridad para todos, tanto bomberos como víctimas, en situaciones de emergencia, además de la verificación y análisis de posibles falsas alarmas para la organización de los operativos.
Otra ventaja de esta tecnología es su gran maniobrabilidad y los distintos accesorios que puede llevar montados. El dron cuenta con un foco que le permite actuar en la oscuridad y visualizar con mayor claridad en entornos de baja iluminación ambiental, además de una baliza para su localización precisa en vuelo y un altavoz, herramienta vital en operaciones de rescate que permite el envío directo de instrucciones y mensajes a los sujetos en situación de riesgo. La agilidad y maniobrabilidad del dron le posibilita descender acantilados con rapidez, localizando la ubicación exacta de la emergencia y facilitando la ejecución de rescates a los bomberos.
Tras el curso, el cuerpo de bomberos ha adquirido un dron Mavic 2 Enterprise Advanced equipado con todo el material mencionado, lo que les permite empezar a descubrir las infinitas facilidades y posibilidades que les generará integrarlo en el equipo. Con apenas un kilogramo de peso y un sensor cinco veces mejor que su predecesor, este multirrotor con zoom integrado y con el que ya perfeccionan su pericia aspira a participar activamente e integrarse en su operativo en las distintas misiones del cuerpo a finales de año.
“Pronto los drones serán una herramienta bastante común para gran parte de las profesiones y el hecho que el cuerpo de bomberos confíe en nosotros para que los preparemos es un orgullo”, reconoce Carlos Puig, instructor de Aerocamaras, encargado de la formación en Ibiza. La empresa gallega con sede en Lalín (Pontevedra) ya supera los 20.000 alumnos y sigue abriendo nuevos cursos y formación técnica especializada para que todo aquel que quiera convertirse en operador de drones como hobby o profesión tenga oportunidad de lograrlo con todas las garantías y confianza de manos de expertos cualificados.