No todo está perdido cuando se ha perdido la elasticidad y fortaleza de los músculos del suelo pélvico
Un suelo pélvico debilitado es algo que le sucede a muchas mujeres y que lo “sufren en silencio” pensando que es algo normal una vez superada una edad o después de varios embarazos y partos. Y lo cierto es que esto no es así. Los músculos vaginales pueden perder su fuerza pero, precisamente porque son músculos, se pueden fortalecer devolviendo a la paciente una considerable mejoría en su estilo de vida ya que tenerlo debilitado tiene consecuencias, entre ellas, la pérdida de orina.
Hay dos especialistas que pueden ayudarte: los fisioterapeutas y las matronas o, en su defecto, las ginecólogas. En este artículo se explican qué técnicas se usan hoy día más novedosas y qué pueden hacer para mejorar algo tan molesto.
El dolor pélvico crónico con frecuencia proviene de una excesiva tensión de los músculos del suelo pélvico y la fisioterapia ofrece diversas técnicas para disminuir la tensión y con ello aliviar el dolor.
“El dolor afecta tanto a mujeres como a hombres independientemente de la edad y las causas pueden ser varias: ginecológicas, gastrointestinales, neurológicos, genitourinarios, musculoesqueléticos…siendo fundamental dar con la causa concreta que desencadena el dolor ya que sólo a partir de un diagnóstico fisioterapéutico se puede buscar el tratamiento adecuado para darle solución”, explica María Ángeles Rodríguez Gómez, fisioterapeuta experta en la clínica del traumatólogo García Renedo. Además –agrega- “el tratamiento elegido puede requerir el trabajo en equipo de diversos profesionales de la salud como sexólogo, trauma, psicólogo, matrona y ginecóloga”.
Emsella, una máquina “mágica”
Se trata de un campo electromagnético focalizado de intensidad extremadamente elevada. Su alta intensidad provoca contracciones supramáximas de los músculos del suelo pélvico, zona urogenital y vejiga, mientras la paciente está cómodamente sentada en el aplicador de la silla completamente vestida en sesiones de media hora de duración, explican desde la clínica ginecólogica Anthea.
Sara Cañamero, una matrona especialista en suelo pélvico
Muchas mujeres que acuden a la consulta tras dar a luz piensan que determinadas situaciones son “normales” después de tener un bebé. Se ha normalizado tanto alguna disfunción del suelo pélvico como único remedio a la incontinencia.
Pues bien –explica la experta- “lo primero que las mujeres deben saber es que la inmensa mayoría de los problemas de suelo pélvico tienen solución, y que no son un “precio a pagar” por el hecho de ser madre o mujer. No es normal sentir dolor, peso o molestias, como tampoco es normal que las relaciones sexuales duelan ni que las sintamos diferentes. No es normal tener incontinencia de gases, heces u orina”, afirma.
El embarazo implica un factor de riesgo importante para el suelo pélvico al estar éste 9 meses soportando un peso importante. Además, otros factores peligrosos pueden ser el parto, los instrumentales utilizados en algunos de ellos, la posición y el tiempo que duran los pujos y la episiotomía. La cesárea no es un factor de protección, las mujeres que dan a luz mediante esta vía pueden tener también disfunciones a este nivel.
¿Cómo cuidar el suelo pélvico en el postparto?
Algunas medidas que se pueden tomar para cuidar el suelo pélvico en el postparto son:
– Cuida la postura: es fundamental que la postura en el postparto sea correcta ya que determinará el correcto funcionamiento del suelo pélvico. Esto es bien difícil tras la cesárea por el dolor y la crianza en sí hace a las madres tener posturas encorvadas, casi encogidas, que hacen que la diástasis se abra más.
– Realizar ejercicios de kegel: desde el principio, antes del alta hospitalaria. Independientemente que se tengan o no puntos en la zona es fundamental realizar contracciones de suelo pélvico suaves (sin que lleguen a doler), que se pueden hacer mientras se da el pecho o el biberón, tumbada, sentada, de pie o a cuatro patas. Intenta aguantar unos segundos y luego suelta.
– No mantener relaciones con coito hasta transcurridas 6 semanas de postparto, ni baños de inmersión.
– Mantener la zona de la episiotomía o desgarro bien limpia y seca.
– Probar a realizar gimnasia abdominal hipopresiva, pero siempre guiada por un profesional sanitario, en cuanto se encuentres con ganas. La gimnasia abdominal hipopresiva es segura en el postparto inmediato y es muy recomendable iniciarla enseguida, de hecho en Francia se hace en la misma cama de partos aunque nunca antes de los tres primeros meses: una buena cincha abdominal asegura el suelo pélvico.
– A las 6 semanas del postparto, se recomienda acudir a la realización de una exploración y valoración de suelo pélvico con el especialista de referencia.
Si se nota alguna anomalía no hay que conformarse, la mayoría de las alteraciones no tratadas a tiempo se convierten en disfunciones, pudiendo empeorar la calidad de vida.