En un entorno laboral cada vez más competitivo, pero a su vez también más cambiante y exigente, los idiomas se convierten en algo que puede marcar la diferencia entre uno u otro candidato. En muchas ocasiones, dominar una lengua como el árabe puede ser decisivo para conseguir un empleo
Hoy en día, el mundo laboral se ha vuelto cada vez más exigente, y muchas veces no es suficiente un diploma universitario y dominar el inglés para obtener un buen puesto de trabajo. Estar dispuesto a aprender y seguir mejorando en el dominio de diversas habilidades es algo que se valora positivamente por los reclutadores de las empresas. Ante este escenario, muchas personas han optado por aprender árabe para diferenciarse de este modo del resto de candidatos.
El árabe está en la cuarta posición del ránking realizado por expertos de entidades como el British Council, Internet World Stats, Adecco y The Wall Street Journal como idioma más importante del futuro, sin menospreciar la importancia que tiene ya actualmente. Sin embargo, el hecho de que el árabe aparezca en el currículum de un candidato significa mucho más que simplemente sea capaz de comunicarse con 280 de hablantes nativos en más de 23 países de todo el mundo.
Una persona que ha estudiado árabe demuestra que afronta retos con valentía, ya que no se trata de un idioma precisamente fácil, e implica incluso aprender el alfabeto árabe, es decir, otro sistema de escritura diferente al occidental. Esto conlleva tesón y esfuerzo, así como estar abiertos a nuevas culturas y formas de ver la vida. A todo esto, hay que añadir la proactividad de haber tenido la iniciativa de haber buscado el modo de tomar clases de árabe. Todo ello son valores o ‘softskills’ muy valorados por el personal de RRHH de las empresas.
En la actualidad es posible asistir a cursos de árabe en Madrid o aprender árabe online, por lo que cada vez son más las personas que se animan a darle vida a su currículum con este bello idioma. Además, siempre queda la satisfacción personal de lograr un reto y la posibilidad de practicar el idioma visitando lugares tan emblemáticos como las pirámides de Egipto o la rosada ciudad de Petra.