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Fondos, criptomonedas... Claves para invertir en tiempos de coronavirus

La pregunta que surge a muchos de los ciudadanos es qué hacer con su dinero. Los tipos de interés en negativo por parte del Banco Central Europeo (BCE) afectan a todas las inversiones. Por eso, hay que hilar muy fino para saber cómo y dónde invertir. Inversión.es desvela las claves para hacerlo

La crisis sanitaria originada por el coronavirus ha tenido una deriva: la crisis económica. Ello ha llevado a que el consumo se haya deprimido y haya aumentado el ahorro. Así, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 14,8% de su renta disponible. Es decir, 8,5 puntos por encima de la de 2019. Dicho de otra manera, es la más alta desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) inició la serie.

Si se traslada ese porcentaje a euros, el ahorro es de 108.844 millones de euros (un 126% más respecto a 2019). Una cantidad más que respetable si se tiene en cuenta que la renta disponible de los ciudadanos ha descendido un 3,3%, para situarse en 739.585 millones de euros. Además, el gasto en consumo se ha visto limitado por las restricciones de la movilidad, el confinamiento domiciliario y las restricciones de aforo. Se ha situado dicho gasto en 628.198 millones de euros, un 12% menos que en el mismo periodo del año anterior.

La pregunta que surge a muchos de los ciudadanos es qué hacer con su dinero. Los tipos de interés en negativo por parte del Banco Central Europeo (BCE) afectan a todas las inversiones. Por eso, tienen que hilar muy fino para saber cómo y dónde invertir.

Antes de desvelar las diferentes opciones, conviene que cada persona haga algo así como examen de conciencia. Se trata de saber y evaluar el dinero que se dispone, la necesidad que se va a tener de él (a corto, medio y largo plazo), y el nivel de riesgo que se quiere asumir. Hay inversores más conservadores, y otros que juegan con el riesgo dispuestos a asumir pérdidas.

Una de las opciones es la compra de acciones. Sin embargo, conviene estar bien asesorado porque el riesgo está latente. Además, hay que saber bien qué empresa es la que puede dar un salto cualitativo al dinero, sin sobresaltos. Además, al ser novato, lo más normal es que cuando las cosas empiecen a torcerse, se retire el dinero (lo que puede provocar pérdidas).

Otra de las opciones son los fondos de inversión. Es un producto muy ofrecido por las entidades financieras ahora que los tipos de interés están en negativo. Su variedad es extensa: de renta variable, de renta fija, monetarios, mixtos, fondos de fondos, fondos de pensiones, de retorno absoluto, de materias primas… Por eso, hay que ver cuál se adapta mejor a las condiciones personales. Importante ver la rentabilidad de los últimos cinco años y ver las comisiones que cobran (el arco es bastante amplio).

Para aquellos que no son amantes del riesgo, que tienen un perfil conservador, la renta fija es su razón de ser. Pero muchos fondos de este tipo están en pérdidas. Se trata de una forma de conservar el capital más que para multiplicar los ahorros.

Los depósitos siempre han sido la elección favorita para muchos españoles. Pero, como ya se ha dicho, en la actualidad no suelen cubrir la inflación. Dicho en roman paladino, se pierde dinero.

Los bonos del estado también han sido una opción. Se trata de productos de renta fija que emiten los estados y las empresas y que han sido del agrado de los inversores conservadores. Una vez llega su fecha de vencimiento, se recupera el dinero junto con los intereses pactados. Eso no quiere decir que no tengan riesgos. Si se necesita el dinero antes del pazo estipulado, es posible que haya que venderlos por debajo de su valor nominal.

Otra de las opciones son las criptomonedas. Ahí también las opciones son muy variadas, siendo la más popular el conocido como bitcoin. Los expertos son muy claros al respecto: los movimientos bruscos pueden estar a la orden del día. Las monedas virtuales también tienen sus riesgos.

Para empezar, se trata de un activo digital. Y eso conlleva volatilidad, falta de regulación y vulnerabilidad. Hasta el Banco de España puso el semáforo en rojo: “Las criptomonedas no tienen consideración de medios de pago, ni cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversiones”. Sintetizando, alto riesgo.

Más condición de seguridad tiene la inversión en oro y plata. Eso no quiere decir que no puedan caer. De hecho, lo hacen. Pero se trata de una inversión más estable, por norma. Una regla básica, teniendo en cuenta que el oro está muy ligado a la cotización del dólar, es que cuando el billete verde cae, el oro sube. Y al revés. El metal amarillo está considerado como un activo refugio. Su demanda es constante. Y al no ser un bien infinito, la cotización suele ir hacia arriba.

Bajos tipos de interés, fuerte volatilidad, y cambios en la tecnología, en la economía y en la sociedad son factores que inciden en el rendimiento que se puede obtener de las diferentes inversiones. Todos ellos influenciados por la situación actual de pandemia. Por eso, hay quien sigue confiando en invertir en el mundo inmobiliario. Otras opciones más actuales son la inversión en energías renovables o en pequeñas empresas tecnológicas que no cotizan. Inversiones alternativas que pueden estar al alcance de muchas personas a través de diferentes fondos de inversión.

El universo es grande. Los plazos, también. Así como el riesgo. Depende del riesgo que se quiera asumir, ahí habrá que poner los ‘cuartos’, que decían los abuelos.

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