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El Gobierno debe eliminar barreras en la FP de los conductores profesionales para atraer talento al sector del transporte

España, con un paro juvenil del 40%, necesita 15.000 conductores profesionales, claves para nuestra economía

La falta de personal para transportar mercancías amenaza el funcionamiento de las cadenas de suministro, el comercio, la economía, el empleo y el bienestar de la sociedad 

Se debe impulsar la igualdad de género para atraer a las mujeres a un sector donde actualmente solo ocupan el 2%, tanto en España como en la UE

El Gobierno debe eliminar las barreras existentes en la Formación Profesional ya que desaniman a las nuevas generaciones a convertirse en conductores profesionales y, además, debe impulsar programas de ayuda para paliar esta acuciante falta de vocaciones en un sector - transporte de mercancías y pasajeros por carretera- clave para nuestra economía (representa el 5% del PIB y da trabajo directo a más de 520.000 personas).

Estas son las principales conclusiones de la jornada ‘La Formación Profesionales de los Conductores Profesionales.

Atracción de Talento al Transporte’, organizada ayer por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), la Fundación Corell y AT Academia del Transportista.

En este webinar, pionero en España, han participado cuatro ministerios [Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana, Ministerio de Educación y Formación Profesional, Ministerio del Interior (DGT) y Ministerio de Defensa (Ejército de Tierra)], además de entidades y empresas relevantes del sector, centros educativos especializados y docentes y conductores alumnos de FP.

A esta jornada asistieron más de 1.000 personas a través de sus diferentes plataformas de difusión.

España lidera los datos del paro juvenil de la UE y la zona euro tras registrar en enero un 39,9% de desempleo entre los menores de 25 años y, paralelamente, nuestro país necesita unos 15.000 conductores profesionales para cubrir la demanda del sector en el próximo lustro.

Una paradoja que se explica por una multiplicidad de factores como el estancamiento salarial, las actuales condiciones laborales (muchas horas fueras de casa, horarios especiales, falta de áreas de descanso seguras y confortables), falta de flexibilidad por la exigente normativa del sector o el escaso reconocimiento social de la profesión, pero al que también se añade una compleja y costosa etapa formativa para acceder a la profesión.

«Las empresas que conforman nuestra asociación ofrecen empleos de calidad en compañías con prestigio y veteranía en las que desarrollar una carrera profesional como conductor de vehículos pesados de larga distancia, pero los perfiles que se necesitan para cubrir esos puestos requieren de una formación que un currículum formativo directo y completo a través de la FP y la FP dual pueden ofrecer», explica Ramón Valdivia, director general de ASTIC.

Por su parte, Miguel Ángel Ochoa, presidente de la Fundación Corell, pone de manifiesto «la necesidad inminente de un plan de modernización que cuente con una coordinación fluida entre los ministerios de Transporte y Educación y la DGT para vencer las resistencias que ahora encuentran nuestros conductores y conductoras para acceder a la profesión».

Actualmente existen tres problemas fundamentales que reprimen las oportunidades de empleabilidad: la desactualización, la falta de atractivo para el colectivo de las mujeres y el escaso presupuesto.

«Insistimos en un impulso de la igualdad de género para atraer a las mujeres a un sector donde actualmente solo ocupan el 2%, tanto en España como en la UE.

También reivindicamos más fondos por parte del Ministerio de Transportes para la formación de estos profesionales ya que los 3,8 millones de euros actuales son insuficientes en un sector donde nos encontramos con una población conductora profesional envejeciendo y sin un relevo generacional», subraya Ochoa.

“Deberes” para los ministerios implicados Para favorecer el acceso a la profesión a los 18 años, Luis Miguel Soto, CEO de AT Academia del Transportista, resume en cuatro acciones lo que los diferentes ministerios implicados deberían de llevar a cabo: «Eliminar el requisito de tener previamente el permiso de conducir para obtener el Certificado de Profesionalidad (CP); convalidar la autorización CAP sin examen a los que finalicen el CP; crear una red capilar de centros que impartan FP de Conductores y, por último, facilitar la obtención del permiso de conducir en el ámbito de la FP al igual que ya sucede con las escuelas y organismos militares y con la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil”.

«Las empresas reclaman conductores mejor formados y con competencias que atiendan a los retos actuales del transporte, como la digitalización, la innovación tecnológica, la eficiencia o la sostenibilidad», apunta Soto, quien agrega que «también tenemos que tener en cuenta a los alumnos que, tras pasar por el sistema actual de obtención de Certificados de Profesionalidad y Grados Medios de FP relacionados con el conductor, reclaman la eliminación de las actuales barreras que les obligan a continuar complementando su formación para poder trabajar al volante de un camión o autobús».

En este sentido, Jaime Moreno García-Cano, director general de Transporte Terrestre del Ministerio de Transportes, aseguró durante la jornada de ayer que «la formación debe adaptarse a las nuevas tendencias ya que el conductor desarrolla cada vez más labores multidisciplinares y también a las nuevas tecnologías para ganar en eficiencia».

En España, el 95% del movimiento terrestre de mercancías y el 85% del de personas tiene lugar por carretera, gran parte de él en autobuses y autocares, por tanto, se trata de un sector fundamental para el desarrollo económico de nuestro país.

El director general de ASTIC también hace hincapié en la importancia estratégica de estos profesionales para la vertebración social: «Basta recordar cómo siguieron funcionando durante los confinamientos más duros o contemplar cómo el enorme esfuerzo de investigación que se ha realizado a nivel mundial para producir la vacuna contra la COVID-19 y también a nivel sanitario para administrarla quedarían anulados si no existieran los conductores profesionales, responsables de distribuirlas».

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