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Colegio Ingenio analiza por qué es importante controlar el uso de las pantallas en menores

El acceso a Internet y a la información global es un avance extraordinario para todos y necesario en la formación de los niños, aunque también trae consigo aspectos más oscuros como la adicción a la red o el empobrecimiento intelectual, siendo el conjunto más vulnerable el de los jóvenes. Colegio Ingenio analiza las circunstancias y expone las razones por las que es urgente una vuelta a la lectura, la música, el arte, los deportes, etc. que estructuran y nutren el cerebro de los menores

Pubertad y adolescencia: Los cambios físicos y psicológicos propios de la adolescencia y su fragilidad emocional, hacen que los menores busquen la seguridad que les falta dentro de sí mismos en las tecnologías. Por eso los jóvenes son más vulnerables, aunque no los únicos.

Retraimiento: El aislamiento familiar y social se encuentra entre los primeros síntomas del abuso de pantallas. El joven se retrae y su carácter cambia, se vuelve irascible e inestable porque sufre ansiedad cuando no está conectado. Por otra parte, la disminución en la calidad y cantidad de interacciones intrafamiliares, fundamentales para el desarrollo del lenguaje y el desarrollo emocional, perjudican su intelecto.

Niños menos inteligentes: Cada vez son más las voces científicas que aseguran que cuando aumenta el uso de televisión, redes sociales o videojuegos, el cociente intelectual de los niños disminuye, afectando gravemente, y para mal, a su desarrollo neuronal. Dicen que los "nativos digitales" son los primeros niños que tienen un CI más bajo que sus padres.

Trastornos psicológicos y conductuales: Siguen aumentando los menores que sufren trastornos vinculados con la adicción a Internet. Las pantallas interrumpen el sueño, que se acorta cuantitativa y cualitativamente y sobre estimulan la atención, lo que provoca problemas de concentración, aprendizaje e impulsividad; sin embargo, subestimulan la inteligencia e impiden que el cerebro despliegue todo su potencial.

Empobrecimiento: El uso descontrolado que realizan los menores de los gadgets trae consigo una disminución del tiempo dedicado a otras actividades más enriquecedoras (tareas, música, arte, lectura, etc.) y un estilo de vida muy sedentario que, además del desarrollo corporal, influye en la maduración cerebral.

Rendimiento académico: Los principales fundamentos de la inteligencia se ven afectados, lo que conduce a una caída en el rendimiento académico; el afectado mostrará menos interés por los estudios e Internet se convierte en prioritario.

Necesidad de control efectivo: Casi el 50% de los niños menores de 14 años dispone de un teléfono móvil propio; los expertos indican que conviene retrasar el momento de la compra, ya que existe un altísimo porcentaje de adicción a estas edades, e implementar el control directo: límites de uso y normas y horarios de consumo (diario, semanal…). En Taiwán, por ejemplo, consideran que el uso excesivo de pantallas es una forma de abuso infantil y han aprobado una ley que establece multas para los padres que no limitan el tiempo de pantalla de los chicos entre 2 y 18 años. En China, las autoridades han tomado medidas drásticas para regular el consumo de videojuegos por parte de menores, que no pueden jugar de noche ni exceder 90 minutos de exposición diaria durante la semana.

El ejemplo es la mejor escuela: Dar ejemplo, como siempre, es la mejor terapia porque los hijos imitan las conductas de los padres, quienes deberían fomentar otro tipo de pasatiempos en familia, como juegos de mesa, paseos, charlas, deporte, lectura, modelismo o actividades artísticas.

Acerca de Colegio Ingenio

Colegio Ingenio es un proyecto diseñado por los profesores del legendario Colegio Estilo, un equipo docente con larga experiencia, cohesionado, estable y altamente cualificado, que incluye investigadores, ingenieros, artistas, músicos, arquitectos y maestros con múltiples titulaciones. Heredero de los principios de la Institución Libre de la Enseñanza, reformula la educación para adaptarse a las necesidades del mundo actual, con un enfoque que trasciende la fragmentación del saber y busca una formación integral, potenciando el arte y armonizando el conocimiento humanista y científico-tecnológico.

Dentro de un marco que favorece la participación, la comunicación y el tutelaje tanto por parte del profesorado como de otros alumnos, el niño desarrolla de forma progresiva, a través de la experiencia y la práctica, el juicio y la sensibilidad. Esto sucede en el aula y en el resto de espacios del colegio que, con una superficie construida de 1.500 metros cuadrados y extensos jardines, se erige así en un lugar de convivencia seguro, que merece ser cuidado por todos. 

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