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Las mascarillas desechables producen 1300 toneladas de plástico no reciclable al mes

El Día internacional contra el cambio climático nació para crear conciencia global sobre la importancia del planeta. Hoy, y tras la crisis pandémica, es preocupante el impacto de las mascarillas desechables, que no son reciclables. Un único día se queda escaso y LamasQ, una empresa española que quiere convertirse en abanderada de la mascarilla sostenible, trabaja para crear conciencia para preservar el planeta. Su producto ofrece protección, es ecológica y se distribuye localmente

El próximo 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, promovido desde hace años por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para concienciar a las personas de los estragos que se están desatando en el planeta debido a la contaminación producida por las actividades humanas.

En concreto, la principal preocupación dentro de esta iniciativa viene siendo, desde hace años, la necesidad de tomar medidas para reducir las emisiones de gases efecto invernadero para abordar la crisis climática antes de que sea demasiado tarde. En concreto, entre las emisiones más preocupantes destaca el dióxido de carbono, procedente sobre todo de la quema de combustibles fósiles.

Frente a este problema medioambiental, la labor activista de algunas organizaciones consiguió que la preocupación sobre dicha contaminación se extendiera entre la sociedad, de manera que los supermercados empezaron a reducir el uso de plástico en los envases y se empezaron a plantear alternativas de transporte menos contaminantes como los motores eléctricos, entre otras iniciativas.

"Sin embargo, en los últimos meses la situación de crisis sanitaria mundial en la que nos encontramos y el uso generalizado de mascarillas como medida de protección, ha hecho inevitable que empecemos a plantearnos cuál es el impacto medioambiental de este elemento desechable y no reciclable. Más teniendo en cuenta los alarmantes datos sobre abandono de mascarillas usadas en espacios públicos y el volumen de mascarillas quirúrgicas acumuladas en las playas desde que comenzó esta crisis".

En este sentido, varias ONG internacionales, entre las que se encuentra Greenpeace, han advertido de la alarmante avalancha de residuos por mascarillas, que están contaminando el suelo, el aire y los mares.

En concreto, Greenpeace informa de que cada mes se usan 129.000 millones de mascarillas en España por lo que, si se contabiliza desde el inicio de la pandemia, la cantidad de mascarillas usadas asciende a 659.000 millones. Esto implica más de 1300 toneladas de plástico, depositadas en vertederos, quemadas en incineradoras o arrojadas directamente al medioambiente.

Por otro lado, la cantidad de mascarillas desechables encontradas flotando en el mar ha alarmado también a estas instituciones ecologistas. La situación previa a la crisis sanitaria ya era preocupante pero las cifras podrían aumentar de forma sustancial con la proliferación del uso de las mascarillas desechables. De hecho, hasta la fecha, alrededor de 13 millones de toneladas de plástico van a los océanos cada año, vertiéndose solo en el Mar Mediterráneo 570.000 toneladas.

Asimismo, la utilización y desecho no responsable de las mascarillas de un solo uso es perjudicial para la propagación del virus ya que este puede mantenerse latente y activo tres días en la superficie de las mascarillas.

Es por ello que las ONG han optado por recomendar el uso de mascarillas reutilizables, que sean lavadas y desinfectadas de forma rutinaria. Por tanto, la fabricación de mascarillas reutilizables y hechas de materiales biodegradables puede ser la solución a este dilema.

En este contexto, LamasQ, empresa española de mascarillas de algodón orgánico, promueve la Semana de Sensibilización contra el Cambio Climático cuyo objetivo es presentar LamasQ como alternativa a la mascarilla quirúrgica, garantizando una protección equivalente al FPP2 para el usuario y reduciendo los residuos de mascarillas que pueden estar perjudicando al planeta.

Un uso responsable de las mascarillas sí puede ayudar a reducir la contaminación

Dentro del mercado, LamasQ quiere darse a conocer como una mascarilla de composición natural, no sintética, ni plástica que ofrece una protección total tanto para las personas como para el medio ambiente.

Y qué mejor manera de hacerlo que sumándose a la iniciativa de la Semana de Sensibilización contra el Cambio Climático a través de una campaña para dar a conocer los beneficios medioambientales de sus mascarillas.

Dentro de esta campaña, LamasQ ha querido destacar tres aspectos fundamentales:

-Es una mascarilla fabricada en su totalidad de algodón orgánico 100% hidrófugo, lo que contribuye a proteger el planeta de la contaminación.

-Es reutilizable hasta 40 usos, lo que reduce el uso de las mascarillas comunes fabricadas con plástico.

-Se trata de un producto local, es decir, centraliza todo el modelo de producción en España, lo que ayuda a reducir el carbono en la producción y la distribución.

Por tanto, LamasQ es una iniciativa 100% española que se da a conocer como una mascarilla reciclable y respetuosa con el medio ambiente a la que le preocupa tanto la salud de las personas como la del planeta, que se une también a la lucha contra el cambio climático.

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