Según un estudio publicado recientemente por los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik, de la clínica MARGen de Granada, la mayoría de los abortos espontáneos en el primer trimestre del embarazo se pueden evitar
Según los autores de la investigación “Es muy importante controlar la concentración de la progesterona en la sangre durante mucho más tiempo de lo habitual, y si hay una bajada, debida a un retraso de la secreción por la placenta, se debe compensar la carencia mediante una tratamiento adecuado”.
La progesterona es la hormona que facilita el inicio y progresión del embarazo y la produce el ovario durante los dos primeros meses de gestación.
Los abortos espontáneos durante el tercer mes del embarazo, e incluso más tarde, se pueden evitar fácilmente controlando los niveles de progesterona en sangre, según una investigacióm realizada por los doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza-Tesarik, de la clínica MARGen de Granada, publicada en la revista Reproductive Biomedicine Online.
De acuerdo con este estudio, en torno al tercer mes del embarazo el ovario deja de producir progesterona, tarea que debe asumir la placenta. “Pero si se produce un retraso en esta función -señala el doctor Tersarik- el embarazo se perderá”.
Según los autores de la investigación “es muy importante controlar la concentración de la progesterona en la sangre durante mucho más tiempo de lo habitual, y si hay una bajada, debida a un retraso de la secreción por la placenta, se debe compensar la carencia mediante una tratamiento adecuado”.
La progesterona es la hormona que facilita el inicio y progresión del embarazo y la produce el ovario durante los dos primeros meses de gestación. Sin embargo, el ovario deja de segregarla al final del tercer mes. A partir de este momento, es la placenta, una parte del útero donde el embrión está implantado, quien debe seguir produciendo progesterona. Si no es así y no se corrige el problema, el embarazo se perderá.