El tener que mudarse a una nueva vivienda o lugar de trabajo resulta una experiencia de lo más emocionante, una experiencia llena de ilusión que puede resultar un poco frustrante por una solo cuestión: "la mudanza"
El tener que realizar una mudanza por muy lejos o cerca que se encuentren los destinos no resulta nada sencillo, pero si uno sabe como hacerla puede llegar a ser un poco más llevadera.
Esta situación no solo pone a prueba la paciencia de uno mismo, sino también el bolsillo por lo que es necesario el presupuestar en un principio el coste de la mudanza para decidir entre hacerla uno mismo o contratar a una empresa profesional.
Si una persona opta por la contratación de una empresa profesional, debe de saber que hay una serie de requisitos que la empresa contratada debe de cumplir en todo momento:
La empresa debe de facilitar un contrato de mudanzas por escrito.
Es necesario suscribir un seguro de responsabilidad civil.
Es importante cerciorarse que el personal de la empresa que esté realizando el servicio de mudanza, esté dado de alta en la seguridad social; para ello puede solicitar el último justificante de pago a la Seguridad Social del trabajador o trabajadores.
La empresa debe de ofrecer la posibilidad de poder contratar el servicio de guardamuebles aunque no sea utilizado.
Es importante saber que si se contrata una empresa-pirata para la mudanza y por diferentes motivos se produce algún tipo de accidente laboral o a terceros, será el propio inquilino el que deba de responder económicamente.
En el caso de que sea la misma persona sea la que prefiera hacerse la mudanza, debe de entender que esta situación no es nada fácil pero si uno sabe como hacerla puede resultar un poco más llevadera.
Una serie de consejos le ayudarán a saber como hacer la mudanza uno mismo:
Selección de los objetos a trasladar. Es el momento ideal para hacer limpieza del armario y no llevar objetos innecesarios.
Si se dispone de muchos libros, libros que no se van a leer durante el período de la mudanza, utilizar cajas de cartón pequeñas para poderlos trasladar con mayor facilidad ya que estos pesan demasiado y rotularlos con los títulos o por temática.
Si se tienen niños pequeños es aconsejable el dejarlos con los abuelos o con alguna vecina para facilitar la labor. Si ya son mayorcitos pueden ser una gran ayuda.
Embalar los objetos frágiles, vajillas, con papel de burbuja y gusanitos en el interior de las cajas da mucha tranquilidad y ahorra más de algún disgusto. Si no se dispone de papel de burbuja puede utilizarse papel de periódico.
Antes de cerrar las cajas debe de comprobarse que ya están completas, que no queda ningún objeto de la misma gama fuera.
Llega la hora de rotular e indicar todos los objetos que hay en el interior de la caja, ya que muchas veces se piensa que uno va a acordarse de lo que hay en el interior y luego desaparecen las cosas.
La rotulación es preferible hacerla por todas las caras de la caja con un rotulador grueso, pero si parece un poco exagerado es aconsejable hacerse por la cara frontal y un lateral.
Si se dispone de una habitación que no se utilice para apilar las cajas ¡genial!, y sino apilarlas en algún lugar que no entorpezca el paso ni moleste.
Los muebles, los cristales de mesa recubrirlos con papel de burbuja y nunca poner precinto directamente sobre ellos ya que resulta muy difícil de quitar.
Para la ropa utilizar cajas de armario ya que resulta mucho más práctico el colgar y descolgar que el tener que doblar y desdoblar la ropa para tenerla que volver a colgarla en el nuevo hogar.
A la hora de desmontar los muebles, introducir las tuercas, tornillos, piezas en una misma bolsa y pegarla en alguna parte del mueble.
Es hora de donar toda aquella ropa, muebles, juguetes que no vayan a utilizarse. Deposítelos en el contenedor adecuado o llame a la empresa encargada de pasar a recogerlos.
Finalizada la mudanza es momento de celebrarlo y darse un especial homenaje.