Carlos Alcaraz ha vuelto a hacer historia. El tenista murciano se ha proclamado campeón de Roland Garros 2025 en París, tras una histórica final contra Jannik Sinner, actual número uno del mundo. Pero más allá del título, hay una cifra que llama la atención: el premio en metálico de 2.550.000 euros por ganar el torneo. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro... ni todo lo que se gana, se queda íntegro.

El abierto de Francia, más conocido como Roland Garros, ha repartido este año un total de 56.352.000 millones de euros, de los cuales dos millones y medio han ido a parar a Alcaraz. Esta cuantía debe tributar en España, país donde reside fiscalmente el tenista. Alcaraz, nacido en El Palmar (Murcia), tendrá que pagar una tributación concreta en el IRPF estatal y autonómico.

Según cálculos de TaxDown, al tener que declarar este ingreso en su IRPF español tendría que pagar un total estimado (sin contar gastos deducibles) de 1.181.936 euros, es decir, Hacienda se quedaría con el 46%  del botín.

“Cuando hablamos de estas cantidades por triunfos deportivos, es habitual pensar solo en la cifra bruta, pero lo verdaderamente relevante es cuánto acaba llegando al bolsillo del deportista”, explica Aitor Fernández, experto fiscal de TaxDown. “En España, la combinación del IRPF estatal y autonómico puede hacer que más del 45% del dinero acabe en manos de Hacienda. Por eso, una buena planificación fiscal es clave, incluso para los mejores deportistas del mundo”.

Alcaraz, que acumula ya casi 44 millones de dólares en premios en toda su carrera deportiva, está acostumbrado a moverse en cifras millonarias. Pero eso también le sitúa en el tramo más alto del IRPF, tanto en el ámbito estatal como en el autonómico. Y eso teniendo en cuenta únicamente el dinero ingresado por conceptos puramente deportivos, al margen de patrocinios y colaboraciones con marcas.