La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, ha celebrado la apertura del curso académico 2023/2024 de la Escuela de Economía resaltando el trabajo formativo de excelencia del Colegio de Economistas de la Región de Murcia.
Ante más de un centenar de economistas, la presidenta de la AIReF ha impartido la conferencia titulada: "la importancia de la formación económica".El decano, Ramón Madrid, ha agradecido la presencia de la prestigiosa economista que ha puesto en valor la tarea esencial del Colegio en la formación continua de calidad, como queda patente desde hace 37 años, y que logra trasladar un altísimo grado de eficiencia a los profesionales destinados a dirigir los sectores productivos y las administraciones públicas donde ejercen su labor diaria.
Por su parte, el director de la Escuela de Economía, Marcos Antón, ha descrito la labor ingente de formación que se realiza para los 2500 alumnos que pasan cada año por los cursos, seminarios y jornadas del Colegio. "En este curso volverán a ofrecerse más de 400 horas lectivas, con más de 70 acciones de formación en las áreas de Contabilidad y auditoría (19 cursos), Concursal (10), Empresa (8) y Fiscalidad (16), así como una nueva área: la de Digitalización".
Información imprescindible aportada por la AIReF
Con respecto a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, Ramón Madrid ha destacado que "el trabajo que desarrolla este organismo supervisor es muy relevante al aportar evaluaciones de total solvencia que ayudan al desarrollo de políticas más eficaces y eficientes". También resaltó el decano que "el ejercicio permanente de velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas asegura el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad. Además, aporta a los profesionales de la economía seguridad en la toma de decisiones".
La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha aprovechado su intervención para resaltar la importancia de asegurar un uso óptimo de los recursos públicos destinados a la educación a través de la evaluación.Cristina Herrero comenzó su intervención resaltando la labor de formación que hacen, en general, todos los Colegios de Economistas, teniendo en cuenta la complejidad del momento actual, ante cambios estructurales en dimensiones como la demográfica, la tecnológica o la climática, y la concatenación de perturbaciones y crisis desde 2020, que obligan a desenvolverse en un entorno de inestabilidad e incertidumbre.
La presidenta de la AIReF resaltó tres cualidades imprescindibles para los economistas en la actualidad: transparencia para poder explicar cualquier cambio en las cifras, humildad ante posibles errores en los análisis y previsiones, e inconformismo para estar dispuestos a un aprendizaje y cambio continuo.A su parecer, hay margen para elevar la educación económica y financiera de la sociedad, algo fundamental para que los ciudadanos tengan más capacidad a la hora de gestionar sus recursos en su vida profesional y personal, y para comprender y enjuiciar la actuación pública. Una sociedad formada en estas materias es una sociedad más resiliente e inclusiva, según la presidenta de la AIReF.La Institución trata de contribuir a esta mayor educación económica y financiera haciendo su información accesible a través de un lenguaje didáctico y a partir del desarrollo de herramientas interactivas que faciliten la comprensión de su trabajo. Además, publica todos sus análisis, practica una política de comunicación muy activa y cuenta con un programa de becas formativas y de investigación que permite acercar la AIReF a las nuevas generaciones de economistas.Cristina Herrero explicó que la educación, en un sentido amplio, es sin duda una palanca de crecimiento y bienestar social, sobre todo en economías como la española, que se caracterizan por sufrir de manera diferencialmente intensa los ciclos económicos. A su parecer, esta sucesión de ciclos evidencia problemas de crecimiento a largo plazo y de convergencia con las economías más avanzadas, que requieren una apuesta clara por la educación. Según sus palabras, existe una extensa literatura sobre el impacto positivo de la educación sobre la productividad y el crecimiento y sobre su capacidad para reducir la desigualdad y generar sociedades más resilientes.Sin embargo, el gasto público promedio en España en educación en la última década ha sido del 4,2% del PIB, 0,6 puntos por debajo de la media europea. Además, prestando atención a la eficacia, España está también rezagada, con puntuaciones medias en matemáticas o ciencias por detrás de la UE y con falta de adaptación de los perfiles existentes a la demanda del mercado.La educación, la gran olvidada en la evaluaciónAdemás, a pesar de que el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia (PRTR) incluye el impulso de la educación como una política palanca, no supone un compromiso con una evaluación en profundidad de la educación, clave para asegurar un uso eficiente y eficaz de los recursos públicos.De hecho, en el marco del ciclo de evaluación del gasto conocido como Spending Review la AIReF ha realizado ya 13 estudios y solo dos de ellos se ha adentrado en la formación (becas universitarias y programa de promoción del talento y su empleabilidad en I+D+i). En el siguiente ciclo del Spending Review, ya en marcha, la educación es de nuevo la gran olvidada, pese a que la evaluación ha demostrado la capacidad de conseguir cambios importantes. Por ejemplo, gracias a las evaluaciones de la AIReF, se ha adelantado el calendario de las becas de forma que los estudiantes puedan saber antes del inicio del curso académico si contarán o no con la prestación y se han actualizado los umbrales de renta del tramo de los estudiantes más vulnerables.En este contexto, Cristina Herrero consideró que no se está prestando a la educación la atención que merece, quizá porque sus efectos sobre el crecimiento y el bienestar social tardan en percibirse. Sin embargo, la apuesta por la educación requiere altura de miras y un verdadero compromiso país. A su parecer, es necesario alimentar este debate para que se reconozca el carácter transformador de la educación y su potencialidad para que las economías crezcan y sean socialmente más justas.