El Pozo y Osasuna Magna se veían las caras en lo que es un clásico del fútbol sala español. Lejos queda la final de la Copa del Rey que disputaron en 2017 o la recordada final de liga del año 2010. En las dos El Pozo salió campeón, pero las situaciones de ambos conjuntos han cambiado mucho.

En aquella final de liga estaba precisamente Vinicius, ayudante de Diego Giustozzi, y que en ese entonces era la estrella de una escuadra charcutera que no paraba de acumular títulos. Pues bien, tras unos cuantos años de sequía, un Pozo renovado busca devolver la alegría a una afición que se ha quedado muchos años con la miel en los labios.

Xota también busca volver a los puestos de arriba de la clasificación, después de sobrevivir a la gran desbandada que sufrió la pasada temporada por parte de sus principales jugadores.

La historia pudo ser diferente, pero todo se volvió a quedar en el eterno casi: El Pozo murió en la orilla cuando tenía el encuentro prácticamente amarrado.

El partido empezó con ambos equipos calibrándose el uno al otro, conscientes de que el partido era largo y de que la batalla estaba asegurada.

El favoritismo de El Pozo hizo que fuera el protagonista del balón, pero las ocasiones tardaban en llegar. Por otra parte, los navarros trataban de salir a la contra con la velocidad de jugadores como Bynho o Vento.

Con la entrada de Gadeia (uno de los flamantes fichajes) el equipo se activó mucho más y empezó a acercarse con más peligro a la portería rival. Precisamente tras estos buenos minutos Marcel estrenaría el casillero local gracias a un gran pase de Felipe Valerio.

El gol provocó que el encuentro empezara a avivarse y que ambos conjuntos empezaran a buscar el gol insistentemente. Leo Santana y Taynan probaron a Asier, pero los visitantes respondieron con disparos de Bynho y Dani Zurdo. La igualdad era palpable.

Ahora era Magna el dueño del esférico y los de Giustozzi practicaban una presión alta para tratar de robar y sorprender a la contra. De esta forma Marcel gozó de dos claras oportunidades, pero no consiguió distanciar el marcador.

Casualmente, ya en la segunda parte, esa presión alta fue uno de los factores que provocó un error en la salida de balón de Xota, que Valerio aprovechó para marcar el segundo gol de la tarde. No obstante, la alegría local duró muy poco. Raúl Rocha recortó distancias tras un gran disparo que Santana no llegó taponar.

Dos minutos después el equipo anfitrión vengó el gol después de una jugada de estrategia que aprovechó Leo Santana para estrenar su cuenta anotadora; pero como si fuera un déjà vu, Toni volvió a poner a los suyos a un gol tras un tremendo desajuste de la defensa rival.

Los dos conjuntos querían conseguir su primer triunfo del curso, y esto motivo que el partido se fuera calentando poco a poco y que los jugadores se enzarzaran en discusiones que no beneficiaban a ninguno.

La falta de acierto de cara a gol volvió a condenar a El Pozo

Con esta situación llegábamos a la recta final del encuentro. Magna sacó portero jugador para intentar empatar, pero tras unas malas posesiones, El Pozo estuvo cerca de lograr un cuarto gol que psicológicamente hubiera sido complicado de asumir para su adversario. Y como suele suceder en el deporte, el que perdona paga.

Imanol Arregi pidió un tiempo muerto para aclarar las ideas, y esto se tradujo en un tanto de Linhares que igualó la contienda a falta de un minuto para el pitido final. Y aún pudo ser peor, porque Dani Zurdo tuvo en sus botas la victoria visitante, pero envió el balón por encima de la portería de Juanjo.

No hubo tiempo para más y los dos equipos se tuvieron que conformar con un nuevo empate.

Tras este resultado los murcianos se ubican en la novena posición de la clasificación con dos puntos. La semana que viene buscarán la primera victoria ante el Manzanares Quesos Hidalgo, recién ascendido a primera división. Una victoria que necesita el cuadro charcutero para conquistar a una afición que lleva deprimida demasiado tiempo.