Este volumen coordinado por Ricardo Montes y Antonio Javier Zapata, esta patrocinado por el ayuntamiento y la Dirección General de Industria, Energía y Minas.
Busca documentar los hechos, intenta también entretejer los hilos de las historias personales, las luchas colectivas y los logros artísticos que dieron forma al carácter de su gente. En sus páginas se exploran los días de esplendor y penurias, los nombres de quienes transformaron el entorno y las estructuras que aún hoy nos observan con su solemnidad atemporal.
Más allá de su valor histórico, este libro es un homenaje a quienes, con su esfuerzo y pasión, hicieron de La Unión un símbolo de unidad y perseverancia. Es una invitación a reflexionar sobre cómo los relatos del pasado pueden inspirar nuestro presente y, con suerte, alumbrar un futuro más pleno para las generaciones venideras.
En la vasta colección de relatos que conforman la historia de La Unión, no encontramos solo datos y fechas, sino también emociones y símbolos que moldearon su identidad. Desde la dureza de las minas, donde generaciones enteras dejaron su sudor y esperanza, hasta la pujanza cultural representada en tradiciones como la Semana Santa Minera, La Unión emerge como un microcosmos que encapsula las luchas y logros de los seres humanos frente a su entorno.
A través de figuras clave, los grandes conflictos del siglo XX, o de episodios como las revueltas de 1898, en las que los trabajadores alzaron su voz frente a la injusticia, este libro nos lleva por una narrativa de resistencia y transformación. Cada personaje y evento no solo pertenece al pasado; se convierte en un espejo de los dilemas y aspiraciones de cualquier comunidad en busca de su dignidad y propósito.
La Unión también es arte y creatividad. La obra de Asensio Sáez, con su maestría literaria y pictórica, pone de manifiesto el profundo amor por una tierra que él mismo definió como la "ciudad alucinante" de la mina y el mar. Su legado nos recuerda la capacidad de la cultura para trascender las adversidades y celebrar lo cotidiano como algo extraordinario.
Además, en este libro resuena la memoria de lugares emblemáticos como las Herrerías, el Barrio de los Morenos y el Monasterio de San Ginés de la Jara, cuyos nombres evocan imágenes de tiempos lejanos, cuando el territorio se transformaba a medida que la fiebre minera daba forma a un municipio que nacía entre tensiones y esperanzas.
El lector descubrirá que la historia de La Unión no es solo un conjunto de hechos aislados; es un tejido complejo que une lo local con lo global, lo íntimo con lo monumental. Este libro aspira a rendir tributo a esa rica herencia, no para encerrarla en un museo de recuerdos, sino para mantenerla viva y vibrante en el presente.