Hoy traigo a las crónicas de la sociedad gastronómica y cultural Las Carchelas la jornada vivida ayer en la Trimileraria, que se escribe con letras de oro. Nos había organizado el empresario Tomás Martínez Pagán, embajador in pectore de la ciudad, una jornada que arrancaba con la visita al Palacio Consistorial de Cartagena, uno de los principales edificios, joya del Modernismo de la ciudad, construido en 1907, bajo la dirección del arquitecto vallisoletano Tomás Rico Valarino.
Tras la calurosa bienvenida de la concejal de Turismo, Beatriz Sánchez del Álamo, nos dirigimos a uno de los mejores restaurantes de la ciudad Alviento, un espacio gastronómico único con el chef Quim Gabarró al frente de los fogones. Y es que Tomás, `El Conquistador´, sobrenombre con el que los asociados carchelos nos referimos cariñosamente al maestro, no podía defraudar. Había previsto hasta un sol maravilloso que lucía sobre la Dársena y que nos mostraba el horizonte del Mediterráneo a nuestros pies y las palmeras meciéndose suavemente. La brisa entraba cariñosa en la terraza espectacular preparada para nuestro almuerzo y sobre la mesa, ensaladas de ventresca y tomate de temporada, croqueta cremosa de cecina y un caldero del Mar Menor sublime, que casaba con el alioli de ajo negro. A la crème brûlée de Quim, con su azúcar tostado y heredera de la tradición francesa, le acompañaron los sequillos de Jumilla, con los que nos homenajeó el bodeguero Lorenzo Abellán, que también nos obsequió con los tintos y blancos que degustamos de Bodegas Charchelo. Como bueno enamorado del vino pudimos conocer de su propio relato, cómo ha emergido del mar una de las joyas de su Bodega, el Viña Maris, un Carchelo Selecto 2012, que cuenta con una crianza submarina durante un año a más de 40 metros de profundidad.
Éramos unos 50 comensales, convocados por el alma mater de la asociación, la empresaria Paqui Chelo Cano. En la tertulia, las conversaciones interesantes de dos de los miembros de la Real Academia de Gastrononomía de la Región, el químico Joaquín Pérez Conesa y Encarna Zamora, la registradora de la Propiedad Maribel Lapuente, los doctores Andrés Nieto y su esposa Clara Luján. La sabiduría y las anécdotas más jugosas corrían a cargo de los empresarios de poderío Pedro José García y José Conesa, o el excomisario José María García, y las disertaciones sobre Arte con las voces del coleccionista Juan Pérez Ferra y la pintora Joaquina López, y los empresarios José Hernández y María Antonia Gutiérrez.
Como sin Ciencia e Investigación tampoco tenemos progreso, contamos con la farmacéutica Nuria Codes, el catedrático Carmelo Reverte y las doctoras Virtudes Ruiz, Montse Samper y María José Laspra.
La Gastronomía, el Arte y la Vida siempre en nuestras disertaciones con los restauradores José María González y María Luz Lax, de la Vieja Ermita, y la periodista Meli Egea. La próxima cita no se ha hecho esperar, y ya ha lanzado el guate otro de los miembros cachelos el empresario Antonio Hernández Megias y su mujer Concha G. De Andrés, de la Asociación de Pasteleros de la Región de Murcia, quienes dejaban agendada una degustación en nuestra sede, la Vieja Ermita, a la entrada del mes de abril. Un encuentro de hermandad en el que entregamos las tarjetas a los nuevos socios, compañeros de viaje, que compartirán a partir de ahora mantel y vivencias con nosotros. Allende de los mares, desde Ibiza, llegó el ramo y la felicitación a nuestro homenajeado de parte de otra gran carchela la dramaturga Elvira Pineda.
Era el momento de entregar las distinciones anuales, y tras leer los estatutos y el acta correspondiente a su nombramiento, la Presidencia de Honor de la Asociación Cultural y Gastronómica Las Carchelas recayó en Tomás Martínez Pagán. Leída la larga lista de méritos que ha logrado en su trayectoria como empresario industrial: presidente de Cartagena Avanza, vocal del Consejo Social de Social UPCT, Embajador de la Marca Ejército , presidente de Ibermed Ingeniería y miembro del Consejo Asesor de la Fundación de Estrella Levante, entre otros.
Tras el breve discurso de Tomás sobre los atractivos turísticos de la ciudad y la defensa de la gastronomía de la Trimilenaria, llegó el abrazo, metafórico y físico, que nos dedicó a todos los amigos de la Peña. Sus dos brazos de mar, como los que cobijan con faros el puerto cartaginés, acogen al visitante, nos dieron la confianza y la seguridad de saber que estamos en buenas manos, que nunca nos sentiríamos defraudados por este gran prócer, que creíamos conquistador y descubrimos hidalgo, por su nobleza y generosidad.
Dejamos este encuentro de grandes amigos, con el corazón lleno por todo lo vivido, y con una petición unánime, que espero que llegue a la mejor alcaldesa Noelia Arroyo, una calle en la ciudad con el nombre de Tomás Martínez Pagán, que tanto contribuye a hacer la ciudad más grande, si cabe.