En ocasiones hay amaneceres tristes y este es uno de ellos, se ha marchado Laura Gómez- Lacueva, una gran artista y una buena amiga, me ha dejado frío y totalmente abatido, no podía ser cierto, me tuve que pellizcar y hacerme daño para abrir la puerta al dolor de la pérdida de una buena amiga.
En este momento de gran tristeza, escribo para despedirme de una amiga, te has ido sin avisar. Llegaste a nosotros como un rayo de luz, llena de energía y alegría. Tuvimos la fortuna de conocerte, admirar tu talento y disfrutar de tu compañía. Era maravilloso estar contigo y escuchar tus historias y anécdotas. Siempre nos hacías reír, con tus ocurrencias y tus bromas. Además de una gran actriz, eras una persona increíblemente divertida. Tu fuerza, tu dedicación y tu pasión por el arte eran admirables. Siempre estabas comprometida con tu trabajo, te esforzabas al máximo para entregar lo mejor de ti misma en cada interpretación. Siempre hablábamos y terminábamos con “¿para cuándo le entrevista? – me preguntabas y mi respuesta siempre era - “Cuando tú me digas” y siempre se terminaba con “hablamos”.
¿Te acuerdas en el rodaje de El Reino de Sorogoyen? En el que hacías el papel de Lourdes y yo ese eterno figurante. Recuerdo ese día en la que los actores estaban comiendo carabineros, de los buenos, de verdad algunos llegaron a empacharse y otros se negaban a comerse el cuarto, el resto de equipo la verdad que los hubiéramos devorado y entre eso y tus bromas fue una escena nunca se podrá olvidar.
¿Recuerdas los días que pasamos en Andorra, que simulaba ser Suiza?, es lo que tiene tener un presupuesto limitado. El rodaje de un plano de 10 minutos que nos llevó dos días de ensayo y un tercer día de rodaje.
Nuestro último encuentro fue en el 2020 en el rodaje de “El Último Show” en el que eras Laura Mur y esa vez, yo, un actor de reparto. No he olvidado el último café que tomamos juntos y tu despedida “¿Cuál será el próximo encuentro, porque de la entrevista ni hablamos?” y yo te respondí “No seas cabrona, pronto ya lo verás”.
Ahora me siento totalmente abatido porque ya no habrá ni platos, ni cafés, ni entrevistas y desde aquí te pido “perdóname amiga”. Personalmente, te recordaré y todos te recordaremos con un cariño especial. Descansa en paz querida amiga.
Nos has dejado demasiado pronto dejé pasar la oportunidad de contar tu historia y de expresar el enorme talento que tenías.
Aunque el destino nos ha separado, nunca podremos olvidar tu sonrisa y tu inigualable carisma y talento que tanto nos hacía reír. Has dejado un hueco en nuestros corazones que nunca podrá ser llenado y tu recuerdo será la luz que iluminará las vidas de los que te conocimos.
Allá donde estés que los ángeles te cuiden y que sigas brillando con la misma intensidad que lo hiciste aquí.
Te has ido como una gran Estrella, dejando una huella imborrable en nuestros corazones y en nuestra memoria. Sólo te pido que me esperes y que cuando llegue, siempre que Dios lo disponga,me guardes ese café que tenemos pendiente y entonces te pondré al día.
Hasta pronto mi querida amiga, mi maestra.