Cultura

Las Coplas de Benito. Antonio Molina

Antonio Molina de Hoces

(Málaga, 1928 – Madrid, 1992)

La figura del malagueño Antonio Molina, apodado “El Ruiseñor Moreno”, nos conduce a la de un intérprete de gran popularidad como cantaor y cancionero, quien se inicia en la canción en los primeros años cincuenta de una España totalmente gris para llevar alegría a todo rincón de la geografía patria.

Nacido en Málaga en una familia de origen humilde e hijo de Francisco y Antonia, naturales de Totalán (Málaga) y familia numerosa, siendo Antonio el menor de cuatro hermanos. De niño es una persona inquieta y rebelde que se escapa de casa en varias ocasiones, dirección Madrid, si bien la benemérita lo devuelve cada vez a su hogar por ser menor de edad. Pero ya de adolescente, consigue un trabajo como camarero en un bar de Málaga y comienza una aventura amorosa con la dueña, fugándose juntos a Madrid hasta que ella vuelve a su casa.

Aunque quería ser torero, una vez terminado el servicio militar (al que se incorpora de forma voluntaria) y cantando en un bar, conoce al maestro granadino José María Legaza Puchol a través de un cuñado de éste que le escucha y le conduce al maestro, quien posee en aquellos años una academia en Madrid y quien quien rápidamente se ofrece a darle clases gratuitas. Es también el maestro Legaza quien anima a Antonio Molina para que se presente a un concurso radiofónico convocado por Radio España en Madrid, el cual gana el artista malagueño y le abre las puertas de la fama, valiéndole un contrato por tres años con el importantísimo sello La Voz de su Amo, con el que graba su primer trabajo y casa con la que firma posteriormente un contrato en 1949 para grabar con canciones de su maestro su primer disco: “El agua del avellano”, “Cuando siento una guitarra”, “De contrabando” y “El macetero”:

Más compositores escriben para Molina. El maestro Ramón Perelló, por su parte, considerado como uno de los precursores de la copla, del cual muchas de sus letras son musicadas por otros grandes maestros como Mostazo y Monreal escribe en su día varios espectáculos, entre los que figuran “Hechizo” con Antonio Molina como cabeza de cartel. Suyas son las creaciones “Yo quiero ser mataor” y “Soy minero”, ambas conocidas por el gran público en la voz de Antonio Molina.

 

Soy minero

Y templé mi corazón

Con pico y barrena.

Soy minero

Y con cañas, vino y ron

Me quieto las penas.

Soy barrenero

Porque a mí nada me falta

Y sólo quiero

El sonío de una taranta.

Perelló - Montorio

 

También destaca la composición de maestro Gordillo “Una paloma blanca” y vuelve a aupar a la escucha del público el tema del maestro Montorio “Soy un pobre presidiario”, éxito de Angelillo y que veinticinco años después de su estreno vuelve a ser popular en la voz de Antonio Molina.

Soy un pobre presidiario,

Soy un pobre pajarillo

Que muy pronto ha de volar.

Soy un hombre que se muere

Porque ya nadie me quiere

Y nadie me va a esperar.

Si feliz no puedo ser.

Por culpa de una mujer

Es terrible el estar preso

Poco me importa a mí eso.

Montorio - Campos - Torres – León

En el plano cinematográfico, nunca mejor dicho, Antonio Molina se inicia con el cortometraje de José Hernández, “El macetero” (1951), también título de una de sus más conocidas canciones.

En 1952 debuta en el teatro Fuencarral con el espectáculo “Así es mi cante”. Después de marcha de gira por Andalucía. Ese mismo año contrae matrimonio. Ya casado y a la espera de ser padre por primera vez, es reclamado en Hispanoamérica, donde también se han editado sus discos con gran éxito. Su experiencia americana, sobre todo el tiempo transcurrido en Buenos Aires, no hace sino confirmar la trayectoria ascendente de su carrera.

En su primera película en formato largometraje, “El pescador de coplas” (1953), también de Antonio del Amo, con Marujita Díaz y donde interpreta una de sus canciones más conocidas “Yo quiero ser mataor” (Gordillo y Perelló). Es una de las grandes estrellas cinematográficas de estos años, destacando también en filmes como “Esa voz es una mina” (1955) de Luis Lucia.

En 1954 pone en marcha su propio espectáculo, “Hechizo”, con el que debuta en el teatro Calderón, y con el que realiza una gira por provincias que le mantiene ocupado hasta el año siguiente, resultando este el primero de los muchos espectáculos propios que realiza con posterioridad

El Piyayo”(1955) también de Luis Lucia, basado en la figura de un famoso personaje malagueño cuenta con las interpretaciones, entre otros muchos, de Manuel Luna, Rafael Durán, Julia Caba Alba y José Luis López Vázquez, entre otros muchos. Sigue “Malagueña” (1956) de Ricardo Núñez, junto a Lolita Sevilla; “La hija de Juan Simón” (1956) dirigida por Gonzalo P. Delgrás; el año siguiente interviene con un breve papel en “Un hombre en la red” (1957), coproducción hispano-italiana dirigida por Ricardo Freda y en “El Cristo de los Faroles” (1957) dirigida por Gonzalo P. Delgrás, con la intervención de María de los Ángeles Hortelano.

Ya consagrado como un ídolo en España y como el más taquillero de los cancioneros, sus espectáculos se suceden año tras año con la aclamación de un público entregado a su arte.

En el cine, seguimos con “Café de Chinitas” (1960) también de Gonzalo P. Delgrás, donde esta vez el protagonista comparte cartel junto a Rafael Farina; “Puente de coplas” (1961) de Santos Alcocer, nuevamente junto a Farina; y, finalmente, “Andalucía chica” (1987) de José Ulloa.

En 1952 contrae nupcias con Ángela Tejedor, matrimonio del cual descienden ocho hijos. En cuanto a su prole, Antonio Molina es padre de los actores Ángela, Miguel (Micky), Paula y Mónica, además de abuelo de Olivia, hija de Ángela, a quien no ha podido llegar a ver actuar. Con mayor o menor fortuna, las hijas de Antonio Molina han transitado por el mundo de la canción. Ángela Molina, inconmensurable y racial actriz, no ha obtenido la misma suerte en la canción, donde tras publicar un único disco, canta en la banda sonora de la película que protagoniza junto a Manuel Bandera, “La cosas del querer” (1989), de Jaime Chávarri; Paula Molina publica también un disco sin ninguna repercusión, como igualmente escasas han resultado sus intervenciones cinematográficas; y la benjamina de la saga, Mónica, con escasa suerte en el mundo de la interpretación, es de los hermanos aquella que más suerte ha tenido en la canción, junto a su hermano Noel, autor de sus canciones, con varios discos grabados con los que ha obtenido gran éxito de ventas nacional e internacional y notorias menciones y premios. Las hijas de Antonio Molina y Ángela Tejedor, no se decantaron por la copla o por seguir el estilo abanderado por su padre. De hecho, no han heredado su particular timbre de voz. Ángela Molina caminaría por la balada romántica con un toque folk; Paula, por los ritmos latinos; y Mónica, por el pop, medios tiempos, folk portugués y la balada con mensaje. Por su parte, Ángela es la que ha mantenido una más firme trayectoria en el cine, seguida de su hermano Micky, estando Paula retirada (aunque conocería el éxito con “Ópera prima” (1980) de Fernando Trueba, y Mónica, que se está volcada en la canción. Por el momento no está previsto que nadie más de la saga se dedique a la canción.

Antonio Molina también es uno de los primeros artistas en cantar en grandes escenarios como plazas de toros, generalmente con aforo completo, recorriendo toda la geografía española. Su total entrega a su público hace mella en su salud. En 1989 ha de abandonar el mundo del espectáculo al serle diagnosticada una fibrosis pulmonar que se agrava hasta su muerte en 1992. Se apaga el inconfundible timbre de voz de Antonio Molina que, unido a su presencia en los escenarios y las películas, nos ha dejado para la historia la figura de un cancionero imprescindible.

A pesar de conocer la mayoría de los estilos flamencos, no puede decirse que fuera un cantaor, pero tampoco era un cantante fácil de coplas. Su arte es una mezcla de cante y canción andaluza, interpretado con una voz de cualidades excepcionales; y, aunque no puede decirse que sea un buen actor, su fotogenia ante las cámaras y sus canciones encandilan al público en cada una de sus películas.

Antonio Molina es la figura del cancionero español que más temas registra en disco a finales de la década de los cincuenta. La difusión radiofónica de sus canciones lo conduce rápidamente al éxito, y su peculiar estilo, con una voz cristalina y un falsete inconfundible, goza de gran aceptación por parte del público, incluso en la actualidad.

Benito Martínez del Baño
Periodista y escritor

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