Cultura

"No sin mi libro", la iniciativa que desvela las obras con las que grandes autores mantienen un vínculo emocional

Con motivo de Mes del Libro, Fnac pone en marcha una emotiva iniciativa en la que algunos de los autores y autoras del momento muestran su alma a través de aquellos títulos que forman parte de su bagaje más afectivo.

Santiago Posteguillo, Rodrigo Cortés, Jon Sistiaga, Agustina Guerrero, Genie Espinosa o Mercedes Ron son algunos de los autores con los que Fnac ha trazado una pasarela para llegar a su corazón, con el proyecto "No sin mi libro".

Abril es el Mes del libro en Fnac. Un momento en que libreros, autores y lectores celebran su pasión por la lectura y comparten confidencias literarias en las muchas presentaciones, firmas y actividades literarias programadas a lo largo del mes y que tienen su punto álgido en la jornada del 23 de abril con las actividades del Día del Libro en todo el país.

Este año, y en este momento de confesiones, Fnac ha puesto en marcha la iniciativa "No sin mi libro", que parte de la reflexión: ¿Qué título ajeno tiene un valor emocional para alguien que escribe sus propias historias? El objetivo: averiguar cuáles son para algunos de los autores y autoras más reconocidos, esos libros que los ha acompañado siempre, y con los que, aparte de desnudar su alma, mantienen una conexión especial.

Santiago Posteguillo, Rodrigo Cortés, Jon Sistiaga, Agustina Guerrero, Genie Espinosa o Mercedes Ron son algunos de los escritores que han confesado las lecturas que forman parte de su ADN.

JON SISTIAGA - "LA YIHAD" DE GILLES KEPEL

Para Jon Sistiaga, uno de los periodistas de investigación más reconocidos del país y que acaba de publicar su primera novela "Purgatorio" (Penguin Random House, 2021), el libro que para él forma parte de su equipaje para siempre es "La Yihad" del autor francés Gilles Kepel.

Se trata de "un monumental estudio sobre la expansión del islamismo violento e intransigente", según sus propias palabras. Y una historia así es probablemente un buen ejemplo de la forma en la que la cultura puede convertirse en el mejor escudo o refugio en entornos complicados. "Recuerdo que adquirí este libro en Fnac de Madrid en 2001 para documentarme sobre los movimientos islamistas y, sobre todo, Al Qaeda. Las torres gemelas acaban de caer y yo me fui a Afganistán con un equipo de televisión. Durante el viaje, varios coches de nuestro convoy cayeron al río en medio de la noche. Mi vehículo dio varias vueltas, pero conseguimos salir sin muchas magulladuras del helado cauce y rescatar la mayor parte del equipaje. Perdimos un par de teléfonos satelitales y un ordenador portátil, pero salvé mi libro sobre la Yihad. La única lectura que me había llevado a Afganistán. Al día siguiente, y con infinita paciencia, fui secándolo hoja por hoja. Las que ya estaban subrayadas quedaron ilegibles porque la tinta se había diluido, pero el resto se salvaron y me acompañaron durante los 55 días que permanecí en el país, hasta la caída del régimen Talibán. Cuando regresé a Madrid, con ese libro en mi equipaje como si fuera una reliquia, volví a la Fnac de Callao y compré otro ejemplar que está ahora en mi estantería junto al libro afgano superviviente. Pero en ese otro tomo nadie se fija".

GENIE ESPINOSA, "EL RETRATO DE DORIAN GRAY" DE OSCAR WILDE

Alguien capaz de articular un estilo visual tan inmersivo como Genie Espinosa, que acaba de hacer su debut en la novela gráfica con "Hoops" (Sapristi, 2021), parece lógico que tenga en su libro fetiche una de las grandes novelas sobre cuadros y la relación del creador con su obra. Se trata de "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde, considerada una de las obras cumbre de la literatura de terror gótico y un clásico de la literatura occidental.

Los libros son capaces de albergar entornos concretos y convertirlos en inmortales, y es el caso de este clásico al que Espinosa llegó en plena fase de exploración. Es un auténtico manual sobre el poder de la imagen para contar historias, para alguien con un talento innato para combinar narración e ilustración. "Ha sobrevivido a más de 7 mudanzas y sigue en la estantería de mi comedor, la que está escondida detrás de la puerta, al lado de mis novelas favoritas. De todo, me quedo con la excitación de pasar a la siguiente página, las cosquillas al ver el mal atravesando ranuras. Con las conversaciones infinitas sobre la belleza en el jardín de Hallward".

RODRIGO CORTÉS: "MI ÚLTIMO SUSPIRO", DE LUIS BUÑUEL

"Mi último suspiro" del maestro Luis Buñuel entró a formar parte del ADN de Rodrigo Cortés por "su literatura seca, que surge, sin casi proponérselo, de una mirada genuina, violentamente luminosa, siempre contradictoria". Algo que ha calado en la propia mirada cinematográfica, literaria y vital de Cortés, que ya ha publicado su segunda novela "Los años extraordinarios" (Penguin Random House, 2021).

Mi último suspiro es una obra espontánea, sin artificios, donde la memoria se abre paso de forma limpia y pura, fruto de 18 años de trabajo y de la amistad entre el genial cineasta aragonés y el guionista Jean-Claude Carrière. Un libro sobre el que Cortés afirma: "Quién sabe, muchas raíces son invisibles. El impulso poético que surge sin voluntad consciente, el permiso a la irracionalidad para que emerja de su cueva y se haga paradójicamente elocuente, la renuncia visceral al simbolismo". Y sentencia para finalizar, "me quedo con su libertad".

AGUSTINA GUERRERO, "MAFALDA. TODAS SUS TIRAS" DE QUINO

El último trabajo de Agustina Guerrero es "La compañera" (Lumen, 2022), una suerte de continuación del viaje de La Volátil, que se mueve entre lo real y lo metafórico con gran naturalidad. Y es en esta naturalidad donde hay que buscar el libro fetiche de Agustina. Nada menos que "Mafalda. Todas sus tiras", de Quino. Un tótem de la cultura contemporánea que seguimos llorando desde que nos dejara hace algo más de un año. Como ella misma nos cuenta: "Conocí las historias de Mafalda en mi infancia, apiladas ordenadamente en la estantería de mi tía Mary. Los observaba al detalle, poco entendía por ese entonces de muchas de sus reflexiones, pero sus dibujos me abrieron un nuevo mundo. Nunca los perdí, aunque muchos de ellos los he prestado. Aún mantengo la esperanza de que me los devuelvan. Tienen la grandiosa posibilidad de abrir cualquier página y leerlo por donde quieras. Por eso este libro está en un lugar 'a mano'. Justo en la estantería detrás del sofá. Y algunos otros en la estantería al lado de mi cama, incluso hay uno en el baño. Mafalda ocupa toda la casa".

Con un buen puñado de trabajos publicados y con una clara apuesta por la complejidad de los temas que trata a lo largo de sus más de diez años de carrera, La Volátil, guarda ciertos parentescos con el personaje inmortal creado por Quino: "Mafalda tuvo un gran impacto en mí a la hora de dibujar y en mi manera de contar. Poder mezclar emoción, reflexión, humor y demás temas me parece un cóctel mágico y potente".

SANTIAGO POSTEGUILLO, "JULIO CÉSAR", DE WILLIAM SHAKESPEARE

Con el reciente "Roma soy yo" (Ediciones B, 2022), -con el que el escritor valenciano arranca un nuevo "proyecto ambicioso" que gira en torno a los primeros pasos políticos de uno de los líderes más importantes de la Historia: Julio César-, no sorprende que señale como "el libro" un ejemplar de "Julio César", obra trágica escrita por William Shakespeare.

Tratar el contexto como parte de la trama es algo que ha convertido al autor valenciano en uno de las más seguidos del mundo y un rasgo literario que, por lo que cuenta, puede que tenga que ver con este libro tal especial para él: "Intento que haya mucho de Shakespeareen mi literatura, sin duda nunca por el excelso lenguaje de pentámetros yámbicos que Shakespeareusa en sus geniales obras y que yo sería incapaz de emular, pero sí, quizá, a la hora intentar reflejar la complejidad de algunos personajes que se ven envueltos en situaciones de tremenda tensiónenla lucha por el poder, como Escipión, Trajano, Julia Domna o, ahora, el mismísimo Julio César".

MERCEDES RON, "LA VIDA ILUSTRADA" DE LISA AISATO

Con todo lo que ha vivido Mercedes Ron, gracias a las letras antes de cumplir los treinta, no es de extrañar que su libro fetiche en este momento sea "La vida ilustrada" de Lisa Aisato. Pese a su reciente publicación, deja huella de forma instantánea tal y como afirma Mercedes Ron: "Llegó a mis manos después de que su portada me maravillara por lo preciosa que es. No pude evitar llevármelo a casa y supe que de alguna manera me iba a tocar muy dentro. Me removió muchísimas cosas.

Es curioso que, para la escritora argentina de su más reciente trilogía "Dímelo" (2020-2021), -una marca en el calendario de cientos de miles de lectores que además siguen el día a día de la autora en las redes sociales-, la belleza de esta obra de Aisato radique en la pausa y en la contemplación de las pequeñas victorias cotidianas. Puede que este sea un ejemplo de que los libros que leemos, y sobre todo los que amamos, terminan formando parte de nuestra propia existencia. "De este libro me quedo con todo. Creo que todos deberíamos leerlo para darnos cuenta de que la vida pasa volando y de que hay que saber exprimirla al máximo, recrearse en los pequeños detalles y disfrutar de los seres queridos mientras estén con nosotros". 

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