Cultura

Obras maestras del arte sacro de Castilla y León arropan a la Semana Santa de Sahagún

La coincidencia con la muestra de las Edades del Hombre le dan un protagonismo especial

La Semana Santa de Sahagún de este año tiene un carácter muy especial que justifica con creces la visita. Tras largos meses en que debido a la pandemia sólo se pudo celebrar virtualmente en 2020 y sin procesiones en 2021, por fin ha llegado el momento de disfrutarla al completo (o casi). Pero, además, 50 grandes obras maestras del arte sacro de Castilla y León la arropan al coincidir con la exposición de Las Edades del Hombre que también tienen un carácter extraordinario. La celebración es Fiesta de Interés Turístico Regional y quiere ser en breve de Interés Nacional.

Se trata, en efecto, de la 25 edición de Las Edades del Hombre que, por primera vez en su historia, contó en 2021 con cinco sedes repartidas en Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún. En 2022 se decidió que Carrión y Sahagún mantuvieran sus exposiciones hasta el 25 de septiembre. En Sahagún la exposición “Ecce Mater Tua”, que sustituye a la original del año anterior que llevó el breve título de “Lux” se lleva a cabo en dos templos iconos del arte mudéjar en la Comunidad y grandes joyas de Sahagún, como son el Santuario de La Virgen Peregrina y la iglesia de San Tirso, donde se muestran alrededor de 50 obras de arte, agrupadas en dos capítulos, que llevan los nombres de 'Mater Misericordiae' y 'Salve, Regina'.

'Mater misericordiae' en el Santuario de la Virgen Peregrina, un templo franciscano cuya construcción se inició en el siglo XII con un estilo gótico-mudéjar, destaca el papel de la Virgen María en la vida pública de Jesús, situada siempre en un segundo plano, viviendo su particular calvario de manera maternal y espiritual. Abre la exposición la pintura 'Las bodas de Caná', un óleo sobre lienzo perteneciente a la Iglesia Parroquial de la Asunción en Arcenillas (Zamora), obra de Fernando Gallego, en el que se recoge el primer milagro de Jesús, con la conversión del agua en vino.

También hay otras destacadas piezas como el 'Calvario' de Juan de Valmaseda, una madera policromada de 1524 que se encuentra en la capilla del Santo Cristo de la Catedral de León y en el que se pone de relieve «el dramatismo del artista. Otro 'Calvario' destacado es el óleo sobre lienzo del taller de Francisco Rizi, perteneciente al Museo de Segovia, una de las piezas más grandiosas, al presentar a Cristo y a la Virgen María limpios y claros en un ambiente tenebroso. Sigue el 'Retablo del Descendimiento' de Manuel Álvarez procedente del Museo Diocesano de Palencia. 'Nuestra señora de los Dolores', la madera policromada de Felipe del Corral se define como representación de la mortalidad del dolor encarnado en la Virgen y da paso, junto a la 'Virgen de la Amargura', perteneciente a la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz, depositada en el Convento de la Madres Concepcionistas de León, a los 'Misterios Dolorosos del Santo Rosario', atribuido a Francesco Galleano en el segundo cuarto del siglo XVII y perteneciente a la Diócesis de Cádiz y Ceuta que, en una madera de ciprés tallada y policromada, recoge todos los Misterios de Jesús.

A pocos metros del Santuario y en un marcado estilo románico-mudéjar, la villa facundina acoge 'Salve, regina' en la Iglesia de San Tirso, cuya construcción se inició en 1170 en ladrillo, que hace un recorrido a los misterios gloriosos de Cristo y de la Virgen, así como las representaciones de algunos santos vinculados a María y determinadas advocaciones marianas. Destacan piezas singulares como el 'Cristo Victorioso' de Antonio Oteiza, un bronce perteneciente a la Colección Fundación Edades del Hombre en el que se muestra la cruz de Cristo y su resurrección. Perteneciente al Museo de la Fundación Sierra Pambley de León, se encuentra el óleo sobre tabla 'La coronación de la virgen', atribuido a Pieter Coecke van Aeist entre 1525 y 1530.

Referencias a santos vinculados con la Virgen, representadas con obras que hacen alusión a las Once Mil Vírgenes, San Bernardo, Santa Catalina o Santo Domingo, completan una última etapa de la muestra de la que también forman parte la madera policromada barroca 'Inmaculada Concepción' de un autor anónimo de los Países Bajos o la policromía 'Virgen con el niño' de Juan de Juni, perteneciente a la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora en Tudela de Duero (Valladolid).

Una Semana Santa peculiar

Con el impresionante respaldo del arte sacro que adorna Sahagún es hora de penetrar en su singular Semana Santa cuyos actos comienzan siete días antes del Domingo de Ramos. Tras el pregón y el concierto que inauguran las celebraciones se celebra el llamado Domingo tortillero, en el que por la tarde se hace la subasta de pasos en la Capilla de Jesús Nazareno, una tradición antigua que se realiza con frases un tanto rimbombantes y repetitivas en la Capilla de Jesús, anexa a la Iglesia de San Lorenzo –«Paso de la Trompa, hay algún hermano o devoto que dé limosna por su Santa Lleva»–, una animada puja entre cofrades que resuelve qué personas portarán los pasos que salen en procesión la noche del Viernes Santo, momento crucial de la Semana Santa. Una hora después, a las 19.00 horas, el XV Certamen Nacional de Música Procesional, en el que participan cuatro bandas de distintos lugares de España, en el Auditorio Carmelo Gómez. El primer día de fiesta termina con una tradición tan sencilla como deliciosa. Buen vino, buenas viandas y lo fundamental: una o varias tortillas que, eso sí, pueden ser con o sin cebolla, de jamón o de patata, con pimientos o chorizo. Pero lo que no falta nunca es el buen humor y la camaradería.

No es la única tradición gastronómica ligada a estos días santos. Una de las más arraigadas es "El pan de Jesús". Al terminar la «Procesión de los Pasos», el Viernes Santo por la mañana, la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José, con origen en 1652 y única existente en la actualidad de la veintena que llegaron a haber, reparte pan y aguardiente entre los porteadores de los pasos, y después entre el público que abarrota la Plaza de San Lorenzo. La tradición se remonta siglos atrás, cuando la cofradía la formaban muy pocos hermanos, y para lograr los 120 braceros que hacían falta, se propuso incentivar a los vecinos con pan y unos tragos de vino antes de la procesión para animarles a portar los pasos. Con el tiempo se cambió el vino por aguardiente y además de a los braceros se distribuye a los fieles asistentes.

Un poco más contundente es la costumbre que se mantiene al finalizar la Ronda del Jueves Santo por los monumentos de las Iglesias, terminando en la Capilla de Jesús Nazareno, los Hermanos de Jesús, con velas encendidas, esperan a la comitiva en la que están las autoridades eclesiásticas y civiles, para rezar ante Jesús Nazareno. Al terminar este acto los Mayordomos de la Cofradía ofrecen una degustación de aceitunas negras, puerros de Sahagún, escabeche e higos pasas aliñados con aceite y pimentón, regado con la tradicional limonada. Cualquier otro día se puede disfrutar este plato en los distintos restaurantes y bares de Sahagún ya que es el típico de la Semana Santa.

No es único que se puede saborear en Sahagún. El puerro, que se puede consumir durante todo el año, es el producto estrella de la Villa. Los monjes de Cluny, fueron los primeros que trajeron los puerros a La Comarca de Sahagún, y los monjes del convento Benedictino los que iniciaron su cultivo en toda la zona del Cea. Poseen blancura, ternura y un sabor especial que le dan las aguas del río Cea. En Sahagún hay buenas legumbres –lentejas pardinas, alubias al estilo de Sahagún, garbanzos, muelas...–, también buena caza –liebres, perdices, codornices, pichones...–, caracoles, cangrejos, los tradicionales embutidos de la matanza y, por supuesto, como en todo León, la cecina de vaca curada. Para empujarlos, vinos tintos y rosados “ Tierra de León”, y para terminar la comida el queso de oveja y miel y sus dulces típicos como los amarguillos, las galletas de hierro, los canutillos de crema de las monjas de San Pedro de las Dueña.

Tiempo de meditación

Pero tras el pecado de gula, aunque venial con moderación, llega el momento del espíritu, tras la alegría y la diversión, el recogimiento y el silencia. El Jueves y el Viernes Santo concentran los principales actos de la Semana con los singulares pasos que desfilarán los la villa a hombros de los costaleros, sobre tableros de madera y siguiendo el compás de los tambores y bombos. Una originalidad más de este lugar es que no hace falta ser hermano de la cofradía para llevar los pasos. “Tú vienes a Sahagún –explican– y te podemos dar la 'isa': te tenemos que dar tres veces en la puerta, si vienes peinado te despeinan, te pones la túnica y te agregas al paso». Todo muy fácil.

La procesión del Jueves arranca, como todas, en el más completo silencio, en la parroquia de San Lorenzo alrededor de las cinco de la tarde, recorriendo las principales calles de la villa y termina poco después del anochecer. Además de silencio hay oscuridad, solo interrumpida por los destellos de los faroles, que proporcionan una elocuente idea de la devoción e intensidad inherentes a la procesión. Recorren las estrechas callejas cinco pasos: La oración del Huerto, La Soledad, Cristo con cruz a cuestas, Ecce Homo y Nuestra Señora de las Amarguras. La devoción y el recogimiento no hacen olvidar el valor histórico y artístico de sus preciadas tallas, varias de la Escuela sevillana de los siglos XVI y XVII y otras más modernas, del XX, como las de Jesús Nazareno o la Virgen de las Amarguras, obras de Manuel Galiano.

En la Plaza Mayor, se interpreta la marcha “Virgen de las Amarguras” y “Jesús Nazareno de Sahagún” por la Banda Sinfónica de Sahagún, piezas exclusivas y diferentes a las habituales de otras Semanas Santas. Al término de la procesión, en la plaza de San Tirso, Acto de la Despedida del Hijo a su Madre. Luego se instala la imagen del Salvador que será objeto de vigilia durante toda la noche, mientras que voluntarios hacen repicar doce veces las campanas en intervalos rítmicos durante toda la noche.

Los grandes momentos

Sin duda los momentos más emotivos de la Semana Santa de Sahagún tiene lugar el Viernes Santo. Hay que madrugar porque las 9:30 comienza la Meditación de la Pasión en la Iglesia de las MM. Benedictinas y a continuación en la capilla de Jesús, “La Isa” que consiste en que los mozos cogen en volandas a cualquier persona ajena a la villa para golpear sus pies contra las puertas tras las cuales se guardan los pasos, intentan demostrar así su ansiedad por el comienzo de los actos litúrgicos. Una vez dispuestos el abad, el sacerdote y las autoridades se inicia el recorrido, en el que procesionan imágenes de la Escuela castellana del siglo XVII: Nuestro Padre Jesús Nazareno, Titular de la Cofradía, Jesús en el Gólgota más conocido por el pueblo como “Majito Barreno”, Las Tres Marías con San Juan, La Crucifixión conocida como “Caballo de Longinos” y El Descendimiento. Al final, en la plaza de San Lorenzo, tiene lugar el reparto de “El Pan de Jesús”, ya mencionado.

Por la tarde se pueden presenciar dos de los momentos clave de la Semana Santa de Sahagún, el “El Desenclavo” con el Cristo articulado de la escuela castellana del s. XVII. Dos cofrades sueltan los calvos de los brazos de Cristo, los pliegan con suavidad a su cuerpo, lo bajan lentamente con ayuda de un lienzo blanco y otros tantos hermanos lo acogen al pie de la cruz y lo trasladan a la bella urna barroca acristalada donde es instalado y después comienza la procesión del Santo Entierro, una de las mas solemnes y de mayor devoción. Y de nuevo en la Plaza Mayor, la interpretación de la saeta, desde el balcón del Ayuntamiento pone los pelos de punta y la´grimas en los ojos por la emoción.

Quedan aún momentos religiosos y lúdicos que disfrutar en Sahagún cruce del Camino de Santiago y parada obligatoria de todo peregrino que se dirige a Santiago de Compostela, en sus calles pueden contemplarse algunas casas de entramados de madera y ladrillo o con revocos de paja y barro. Entre su patrimonio artístico, herencia de su pujante pasado, destacan el monasterio de san Benito el Real, del que hoy sólo queda un arco neoclásico; las iglesias de San Tirso y de San Lorenzo, de estilo mudéjar de los siglos XII y XIII respectivamente; el convento de las Benedictinas, hoy museo de Sahagún; y el santuario de la Peregrina, en las afueras. Pero alejándose un poco se encuentra un entorno natural envidiable entre los ríos Cea y Valderaduey. Y si se tiene tiempo no es mala idea visitar algunos de los lugares que forman parte de la Ruta de los retablos del siglo XVI en diez localidades de León. 

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