Malvivir cuenta en primera persona la vida secreta de la pícara Elena de Paz, mujer libre, rebelde, ladrona, ingeniosa, embustera y fugitiva que desafía todas las convenciones de su época y paga el precio de su libertad.
Malvivir es el viaje a la cara oscura del Siglo de Oro; un recorrido por las distintas capas sociales, escenarios y personajes de una época turbulenta y fascinante.
Malvivir es también la historia del amor desgarrado y salvaje entre Elena y Montúfar; dos pícaros miserables en una España de esplendor y hambruna, de ensueño y engaño, de fe y brujería, de ilusión y muerte.
Ay Teatro presenta una visión tragicómica del siglo XVII, una reflexión sobre la libertad y la supervivencia y un rescate de la literatura picaresca femenina del Barroco.
SOBRE EL ESPECTÁCULO
Malvivir: dos grandes actrices dan vida a una pícara y al mundo que la rodea. Dos intérpretes con el desafío de asumir todos los personajes, y la presencia continua de un rabelín que toca y canta en directo para acompañar la acción y crear los diversos espacios y atmosferas.
Un espacio escénico esencial y simbólico, como si se tratara de la representación de un ñaque, ese tipo de agrupaciones de carácter popular que abordaban obras en pareja.
Las claves del presente montaje se inspiran en ese concepto teatral: síntesis de elementos, aprovechamiento máximo de las posibilidades del juego escénico y una exquisita labor de vestuario, iluminación, música y ritmo.
Los espectadores verán desfilar a lo largo de una hora y media a más de una docena de personajes que giran en torno a Elena de Paz: el pícaro Montúfar, la bruja morisca Zara, el buhonero gascón Pierre, la dama viuda Teodora, el hidalgo perulero don Álvaro...
Recorremos así́, gracias a la transformación física, vocal e imaginativa, toda la España de la época: sus ciudades, caminos, ventas, ríos, aldeas...
Una fiesta de la sugerencia y la teatralidad, con vaivenes entre risa y llanto, con la tragicomedia a flor de piel y las canciones originales (con letras quevedescas) resonando a lo largo de toda la pieza, a modo de aquel teatro itinerante y festivo que tanto s e prodigó en la época al margen de las compañías oficiales de corrales de comedias.
La puesta en escena lleva a un nuevo nivel los elementos que han marcado a lo largo de cada espectáculo de Ay Teatro, y del director Yayo Cáceres, un inconfundible sello de identidad: una puesta sencilla y rotunda, basada en la fisicidad, en el ritmo implacable, en la música en directo y en una sucesión de imágenes y estímulos que no dejan tregua, apostando por la quintaesencia del teatro puro y básico.
Un regreso, pues, a las esencias, a las claves carnavalescas del fenómeno teatral barroco y pre barroco, para zambullirnos de pleno en el lado oscuro de la España áurea: el hambre y la miseria de las desposeídas y marginales que rompen todos los códigos éticos y morales en pos de la supervivencia y la libertad.