Cultura

Las pirámides chinas

DATOS Y CITAS.

Cortesía de wikipedia.

La popularización de las pirámides chinas se ha producido en dos etapas. La mayoría de las historias antiguas se centraban en la existencia de la "Gran Pirámide Blanca". Existe una historia sobre el piloto James Gaussman, de la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos, según la cual durante un vuelo desde India hasta China durante la Segunda Guerra Mundial, este piloto observó una gran pirámide blanca con un fulgurante diamante en la punta, pero ninguna fuente digna de crédito da evidencias de ello.

Se piensa que la historia de Gaussman se basa en el vuelo del Coronel Maurice Sheahan, Director para Asia Oriental de Trans World Airlines, que afirmó haber avistado una pirámide según se publicó en el diario The New York Times del 28 de marzo de 1947. Incluso apareció una foto de esta pirámide en el diario del día 30 del mismo mes. Esta fotografía fue más tarde atribuida a Gaussman. Realmente, la pirámide de la foto, reconocida gracias al trabajo de Chris Maier, es el Mausoleo Maoling del emperador Wu de la dinastía Han, el cual está situado a las afueras de Xi'An. Otros escritores sensacionalistas como Hartwig Hausdorf (que aventuró que estaba construida por extraterrestres) y Phillip Coppens hicieron mucho para llamar la atención sobre esta pirámide en Estados Unidos y el resto del mundo occidental.

Los científicos conocían en occidente estas pirámides mucho antes de que la prensa se fijase en ellas en 1947. Como prueba, poco después de la sensacionalista historia del New York Times, la revista Science News Letter (ahora Science News) publicó una reseña donde se leía que "las pirámides de esta Región de China están construidas con barro y arena y se parecen más a montículos que las pirámides de Egipto". Los científicos estadounidenses que han estudiado la zona certifican que las alturas de 300 metros que se atribuían a estas pirámides (el doble que la de Keops) se habían exagerado, y que los montículos de esta zona son mucho más pequeños. Relatos antiguos asignaban a la pirámide de Qin Shi Huang una altura de unos 150 m, pero actualmente se cree que esta altura era la originalmente proyectada, y que jamás llegó a alcanzarse debido a la paralización de las obras tras la muerte del emperador, a causa del enorme coste económico de su construcción para las arcas del imperio, y a las revueltas sociales que se sucedieron.1​

El emplazamiento de estas pirámides, a unos 60 km al suroeste de Xi'an, es un área de gran valor arqueológico, pero pocas pirámides han sido exploradas".2​ Se han publicado trabajos de los exploradores Fred Meyer Schroder y Oscar Maman que datan del viaje en 1912. También Victor Segalen había visitado China en 1913 y escribió sobre la tumba del Primer Emperador –y otros túmulos de la región– en Mission Archeologique en Chine (1914): L'art funeraire a l'epoque des Han.3​Algunas de las pirámides de Xi'an ahora son atracciones turísicas, y algunas de ellas tienen incluso museos asociados.

Hay una larga historia de construcción de grandes túmulos en China, remontándose al menos al periodo Shang-Zhou, pero las grandes construcciones piramidales se iniciaron en el siglo III a. C. con la unificación de China por Qin Shi Huang. Tras su muerte, los sucesivos emperadores se vieron en la necesidad de realizar enterramientos similares para mantener su representatividad, aunque ninguno de ellos tuvo la abundancia de mano de obra esclavizada derivada de la reunificación de los reinos. En consecuencia, las pirámides posteriores, pertenecientes en su mayoría a la dinastía Han, supusieron un considerable castigo para la economía imperial, y se erigieron en foco de abundantes revueltas. No obstante, durante esta dinastía muchas pirámides fueron aprovechadas para crear fortificaciones defensivas contra las frecuentes invasiones de los hunos.​

La solución al problema económico planteado por las pirámides llegaría siglos después, de la mano del emperador Wendi (581-604 d. C.), quien sustituyó las costosas pirámides artificiales por montes naturales. De esta forma, las labores de construcción se limitaban a la excavación de una galería en la roca, emplazándose los mausoleos en el corazón de las montañas, que desde entonces adquirían el estatus de sagradas.1​

CONCLUSIONES:

En la información aportada se dice que: Relatos antiguos asignaban a la pirámide de Qin Shi Huang una altura de unos 150 m, pero actualmente se cree que esta altura era la originalmente proyectada, y que jamás llegó a alcanzarse debido a la paralización de las obras tras la muerte del emperador, a causa del enorme coste económico de su construcción para las arcas del imperio, y a las revueltas sociales que se sucedieron.1​

Veamos: Esa altura de 150 m. no llego a alcanzarse por la paralización de las obras. ¡Pero no a causa de la muerte del emperador ni de los costes económicos! Sino porque una vez más los verdaderos constructores abortaron la construcción en ese instante trágico para toda la humanidad que tuvo lugar hace 12.500 años. Luego está claro que lo de las revueltas sociales que se sucedieron es una invención. Y desde luego la pirámide, no tiene nada que ver con el emperador  Qin Shi Huang.

También en los datos aportados se dice que: El emplazamiento de estas pirámides, a unos 60 km al suroeste de Xi'an, es un área de gran valor arqueológico, pero pocas pirámides han sido exploradas".

Hay una larga historia de construcción de grandes túmulos en China, remontándose al menos al periodo Shang-Zhou, pero las grandes construcciones piramidales se iniciaron en el siglo III a. C. con la unificación de China por Qin Shi Huang. Tras su muerte, los sucesivos emperadores se vieron en la necesidad de realizar enterramientos similares para mantener su representatividad, aunque ninguno de ellos tuvo la abundancia de mano de obra esclavizada derivada de la reunificación de los reinos. En consecuencia, las pirámides posteriores, pertenecientes en su mayoría a la dinastía Han, supusieron un considerable castigo para la economía imperial, y se erigieron en foco de abundantes revueltas. No obstante, durante esta dinastía muchas pirámides fueron aprovechadas para crear fortificaciones defensivas contra las frecuentes invasiones de los hunos.​

La solución al problema económico planteado por las pirámides llegaría siglos después, de la mano del emperador Wendi (581-604 d. C.), quien sustituyó las costosas pirámides artificiales por montes naturales. De esta forma, las labores de construcción se limitaban a la excavación de una galería en la roca, emplazándose los mausoleos en el corazón de las montañas, que desde entonces adquirían el estatus de sagradas.1​

Veamos: Aquí dicen que la historia de construcción de grandes túmulos en China, se remontan al menos al periodo Shang-Zhou, pero las grandes construcciones piramidales se iniciaron en el siglo III a. C. con la unificación de China por Qin Shi Huang. Está claro una vez más que todos estos datos son inventados, para incorporar estas construcciones enigmáticas a la historia de China. Ya que ni los historiadores, ni los arqueólogos, ni los antropólogos pueden decir a toda China que no saben lo que es eso. Y desde luego no tienen los datos que encarrilen la investigación en el camino correcto. Si alguien ha tenido la suerte de encontrar datos nuevos. Y desde luego me refiero a la tecnología de ablandamiento de rocas y generación de formas. Junto con los datos de que todas estas construcciones que están por todo el mundo están sin terminar de construir o han sido inutilizadas de distintas maneras. Lo lógico sería que se alegrasen de ello y los tuviesen en cuenta para seguir investigando. ¡Pero no! Consideran que estos datos nuevos van contra sus intereses y optan por ocultar la verdad tras una montaña de falacias. Pero no me refiero solo a China; sino a toda la ciencia oficialista que por las mismas razones y otras no quieren que la verdad se sepa jamás.

También en los datos oficialistas se dice que: Hay una larga historia de construcción de grandes túmulos en China, remontándose al menos al periodo Shang-Zhou, pero las grandes construcciones piramidales se iniciaron en el siglo III a. C. con la unificación de China por Qin Shi Huang. Tras su muerte, los sucesivos emperadores se vieron en la necesidad de realizar enterramientos similares para mantener su representatividad, aunque ninguno de ellos tuvo la abundancia de mano de obra esclavizada derivada de la reunificación de los reinos.

Veamos: Las grandes construcciones piramidales jamás se iniciaron en el siglo III a. C. por las razones ampliamente expuestas; y estamos hablando de esa tecnología que tenían los verdaderos constructores hace 12.500 años, (a saber lo que tendrán ahora). Y no de tumbas y templos que es lo único que ve la ciencia ortodoxa. Luego estas construcciones ciclópeas, enigmáticas y maravillosas no se construyeron tras la unificación de China por Qin Shi Huang. con mano de obra esclava. Son datos inventados para formar una historia creíble a la gente de ese país.

Y desde luego estos datos también son inventados, cuando aseguran que: En consecuencia, las pirámides posteriores, pertenecientes en su mayoría a la dinastía Han, supusieron un considerable castigo para la economía imperial, y se erigieron en foco de abundantes revueltas. No obstante, durante esta dinastía muchas pirámides fueron aprovechadas para crear fortificaciones defensivas contra las frecuentes invasiones de los hunos.​

La solución al problema económico planteado por las pirámides llegaría siglos después, de la mano del emperador Wendi (581-604 d. C.), quien sustituyó las costosas pirámides artificiales por montes naturales. De esta forma, las labores de construcción se limitaban a la excavación de una galería en la roca, emplazándose los mausoleos en el corazón de las montañas, que desde entonces adquirían el estatus de sagradas.1​

Veamos: Simplemente y aparte de los datos aportado en muchos artículos anteriores. Tal enormidad de construcciones jamás pudieron ser construidas en la época que nos cuentan, pues con los medios de esa época estarían construyendo todavía y aún les quedarían miles de años para terminar. Y me refiero solo a las construcciones en sí. No me estoy refiriendo a lo que realmente son, o iban a ser esas construcciones una vez terminadas, por los verdaderos constructores. Eso es lo que está un millón de años por delante de nuestra tecnología actual, tal como se ha analizado y aportado pruebas en artículos anteriores.

Rafael Alfonso Alfaro García.

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