Ha actuado en el Patio de Armas de El Parador, en el ciclo Caprichos Musicales de Paradores. Acompañado por su inseparable Jaime Calabuch, propició, con la puesta de sol entre las piedras del castillo, un espectáculo maravilloso que, según algunos de los presentes, fue "el mejor show que hemos visto en nuestra vida"
Diego, El Cigala, ha dado, este fin de semana, todo un capricho musical a sus fans en el Parador de Sigüenza, en el marco de la iniciativa Caprichos Musicales en Paradores. Acompañado por Jaime Calabuch, con quien la complicidad musical y personal es manifiesta dando con ella el pianista alas a la portentosa voz del cantaor, lo primero que dijo El Cigala, nada más salir a escena fue “¡que sitio más bonito!”, refiriéndose al entorno del magnífico Patio de Armas donde cantó, y en referencia, naturalmente también, a la ciudad de Sigüenza.
Su equipo de producción confirmaba que Sigüenza, y su Parador, eran el lugar ideal para la voz de Diego, con un castillo a su alrededor. “Era ideal para Diego”, señalan. De hecho, al final del show, hubo quien reconoció abiertamente que había sido el concierto de su vida. La última hora de la luz de la fresca tarde seguntina le añadió magia al ya de por si sobrecogedor timbre de voz de El Cigala.
Diego presenta en estos días su último trabajo, ´Cigala canta a México´, una aproximación, desde el flamenco, a la música de aquel país. Profundiza así, el artista, su labor pionera de fusión del flamenco con la música latina. Sin duda, ´Lágrimas Negras´, con Bebo Valdés, marcó un antes y un después en la música flamenca, y cubana, en la misma línea abierta años antes por Camarón.
Los precedieron sobre el escenario ´Emilia y Pablo´, actores y músicos chilenos asentados en España. Presentaron algunas canciones de lo que será su futuro disco ´Territorio de Delirio´. Además de música trae consigo un gran concepto audiovisual, en el que la voz prodigiosa de Emilia se mezcla con la expresión corporal y teatral de ambos, y la capacidad como intérprete instrumental de Pablo.
“Ha sido una velada maravillosa, plena de magia, en la que creo que a todos nos ha sobrecogido la talla artística de los músicos, y especialmente de El Cigala. Sencillamente, su voz es sobrenatural”, decía ayer Fernando Tizón, director del Parador de Sigüenza.