Tal y como describe su último y reciente single, 'Alto el fuego', Cristina del Valle y Alberto Comesaña se han juntado de nuevo para seguir ofreciendo al público la música de Amistades Peligrosas tras muchos años distanciados como dúo musical. En la letra de la canción, escrita por Alberto, podemos escuchar asuntos tan importantes como el consenso y el derecho a poder equivocarnos y rectificar, y nos dejan frases como la siguiente: "Fuimos tan tontos al perder lo que a los dos tanto nos gusta". Se trata de un canto a la unión y la reconciliación, y como todo su trabajo que tanto éxito tuvo en la década los 90, los artistas hablan sin tapujos y con toda la crudeza del lenguaje de su separación hace ya más de dos décadas.

No han perdido su esencia, ese espíritu honesto con el que cantaban y daban voz a diversos problemas sociales, aunque 'Amistades Peligrosas' ha vuelto para ser un dúo musical del presente, con ritmos actuales. Un ejemplo de esta lucha por la igualdad es su conocido tema 'Africanos en Madrid', una canción cargada de verdad, por dura que pueda ser, y que fue un éxito a finales del siglo pasado. Se consolidó como un grupo transgresor para aquella época con canciones tan rompedoras como 'Sacrifícate', que hablaba sin tabúes de la homosexualidad.

En este mes del Orgullo LGTBI, artistas como ellos cobran aún más sentido por hacer que la música nos haga reflexionar y nos transporte a realidades sociales a las que hay que prestarles atención. Desde 'Murcia.com' hemos entrevistado a Cristina del Valle para conocer más esta faceta reivindicativa y de compromiso social.

P. ¿De dónde nace esa actitud luchadora?

Cristina del Valle. Tiene que ver con la historia de mi vida, fui una niña asturiana que nació en un hogar donde la violencia era una realidad cotidiana. Mi modelo fue una madre valiente y luchadora que se enfrentó a una situación social y política en la que la violencia contra las mujeres era poco menos que un delito del que eran responsables ellas mismas; huir de casa con tus hijas para salvar tu vida se convertía en un hecho delictivo por el cual las madres o mujeres perdían la patria potestad. Mi madre se enfrentó durante años contra la violencia a las mujeres, y lo hizo convirtiendo el hogar en el que vivíamos en un sitio de refugio para mujeres que venían con sus niños y niñas a esconderse; llegaban huyendo de situaciones extremas de violencia, a veces golpeadas después de una paliza, y mi madre las acogía en nuestra casa.

P. ¿Has crecido con ese espíritu?

Cristina del Valle. Crecí con la conciencia de que los ciudadanos y ciudadanas somos seres portadores de derechos, y que nos merecemos vivir en paz, con libertad y sin violencia. La situación que viven algunas mujeres de absoluta discriminación la viví en mi infancia. En mi educación el activismo tiene que ver con el ejercicio de la ciudadanía; mi vida y lo que hago, pasa precisamente por trabajar para alcanzar un mundo donde las niñas del futuro de este país y de todos los demás no tengan que sufrir lo que siguen sufriendo muchas niñas.

P. Estás comprometida con más injusticias sociales, los cantantes podéis llegar a muchísima gente.

Cristina del Valle. Mi actitud tiene que ver con una educación de compromiso con la sociedad, y sobre todo con la palabra justicia. Es algo que llevo en vena y que forma parte de mi vida; nunca he soportado las injusticias. Con el éxito que consiguió Amistades Peligrosas, éramos artistas que cuando nos subíamos a un escenario, lo que decíamos tenía influencia; eso acrecentó mucho más mi actitud activista a lo largo de los años con el grupo. Esto se puede ver en canciones como 'Africanos en Madrid' y en otras muchas más. A lo largo de los años sacamos temas donde dábamos visibilidad a realidades sociales en las que nos adelantábamos a los tiempos, como la homofobia, la eutanasia, la violación, la violencia contra las mujeres, etc. Por ejemplo, en nuestros conciertos hacíamos alusión al derecho del amor libre con la canción 'Sacrifícate' que habla de la sexualidad entre personas del mismo sexo.

P. Tenéis canciones de amor apasionado, pero también de consenso, de rectificar, de reconocer los errores, como la de 'Alto el fuego'. ¿Sois un canto a la vida?

Cristina del Valle. Sobre todo somos un canto a la verdad, porque Amistades Peligrosas tiene textos en sus canciones cargados de honestidad, porque muchos están basados en nuestra vida. Ahora que nos hemos reconciliado no hemos hecho una canción al uso, sino que en esa canción que ha escrito Alberto, se habla del daño que nos hicimos contado desde la verdad sin tapujos ni decorados.

P. ¿Os sentís identificados con vuestro público LGTBI?

Cristina del Valle. La gente que pertenece a todo el movimiento LGTBI es gente que ha vivido y sufrido la discriminación y el rechazo. Los artistas que tenemos el compromiso de denunciar una sociedad retrógrada y todo lo que tiene que ver con la represión y el recorte de libertades nos sentimos cerca de esas personas que luchan por ejercer su libertad en cualquiera de sus ámbitos

P. ¿Qué recuerdo tienes del público murciano?

Cristina del Valle. Hemos hecho muchos conciertos en Murcia y recuerdo especialmente un concierto que estaba lleno a reventar, y decíamos "ya tenemos un lugar donde vivir, ¡Murcia!", porque fue muy impresionante la acogida. Era una gran plaza con calles adyacentes y se veía todo lleno; fue brutal el calor y cariño de la gente. Desde el escenario tuve la sensación de que era un momento histórico en mi vida.

P. ¿Vendréis próximamente a Murcia a actuar?

Cristina del Valle. Estamos preparando gira y nos encontramos justo en la casilla de salida, tenemos ya reservas pero todavía están cerrándose. Espero que Murcia sea una de las provincias del recorrido de conciertos. Todo esto depende también de las instituciones locales y empresas que decidan apostar por nosotros. Espero que los ayuntamientos apuesten por la cultura que ha estado durante casi un año y medio en una situación crítica.

P. ¿Habéis hecho cambios en vuestra forma de hacer música?

Cristina del Valle. Amistades Peligrosas no es un grupo del pasado, es un grupo del presente, siempre nos adelantamos a los tiempos sin perder nuestra esencia. Hemos actualizado las bases y los ritmos, sin embargo, no hemos perdido la esencia.