Este sábado, concretamente en la madrugada del sábado 26 al domingo 27, a las tres de la mañana los relojes deberán ser atrasados sesenta minutos, pasando a ser las dos, con lo que recuperamos lo que se considera la hora oficial de España que se corresponde con ir una hora por delante del Tiempo Universal del Meridiano 0º (GMT), el meridiano de Greenwich. Por tanto, la jornada del próximo domingo tendrá una duración oficial de veinticinco horas.

En esa jornada, a las tres de la madrugada, tendremos que retrasar los relojes para que vuelvan a marcar las dos, con lo que ganamos una hora de sueño. El efecto más inmediato del horario de invierno en nuestras vidas se notará en las horas de luz, y es que, a partir de este domingo, amanecerá y anochecerá antes.

Como ya es sabido, este cambio de horario se realiza dos veces al año desde los años 70. Su objetivo es ahorrar en el consumo de energía adecuando las horas de luz (más escasas en invierno) con los horarios más habituales de trabajo. Sin embargo, en el seno de la Unión Europea se debate desde hace tiempo sobre la utilidad real de esta medida, que podría tener los días contados.

El 84% de europeos quieren eliminar el cambio horario