En fechas recientes, el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ha hecho públicos los datos estadísticos relativos a la incidencia de los delitos de violencia machista durante los meses de enero, febrero y marzo de 2022.
Según María Jesús Fernández Ortiz, en representación de Podemos-Cieza, "los datos globales son francamente alarmantes, en la medida en que suponen un repunte de estos delitos, aunque para nosotros lo más alarmante es que en Murcia el aumento es mayor que en la media de España".
En el conjunto del Estado, todos los indicadores de la incidencia de los delitos contra las mujeres suben. Así, el número total de denuncias repunta de forma clara, acercándose a las 42 000, con un 20% de incremento respecto al mismo periodo del año anterior. María Jesús Fernández destaca, como dato de interés, que aumenta mucho el número de denuncias presentadas por terceros, "lo que podría señalarnos que está creciendo la sensibilidad social ante el problema".
El número de mujeres víctimas de violencia machista superó las 40 000 en el periodo analizado, lo que supone un incremento de casi el 18% respecto a 2021, mientras que el número de mujeres que han sufrido malos tratos ascendió a 16,7 por cada 10 000, un 2,5 más que hace un año. Otros indicadores que aumentan igualmente, y en proporciones semejantes, son el número de sentencias condenatorias y el de órdenes de protección dictadas por los juzgados.
Un dato de interés para Podemos-Cieza es que las víctimas son mayoritariamente mujeres españolas, "lo que viene a desmontar el bulo, frecuentemente aireado por la extrema derecha, de que este tipo de delitos es cosa de inmigrantes".
En cuanto a los datos de Murcia, nuestra región es una de las principales contribuyentes a este repunte de violencia machista, con un aumento del número de víctimas claramente superior a la media nacional, "que se sitúa en la triste cifra de 22,6 víctimas de violencia por cada 10 000 mujeres".
En opinión de Podemos-Cieza, las cifras del Observatorio solo pueden interpretarse en un sentido, "como la constatación de que, durante muchos años las políticas de igualdad y contra la violencia, se han aplicado de forma superficial por unos gobiernos que no se las han creído". No han atajado el problema de raíz, y por lo tanto "no han conseguido, hasta ahora su objetivo principal: la erradicación de cualquier tipo de violencia contra las mujeres por razón de su género". Por ello, "no basta con mantener lo ya logrado, sino que es necesario profundizar estas políticas, pues solo en una sociedad de plena igualdad lograremos reducir de forma importante la violencia machista".
Por otra parte, "es necesario denunciar el discurso antifeminista, alentado desde sectores de la extrema derecha y del machismo sociológico más cerril", porque legitima, en última instancia, la continuidad de las relaciones de dominación de género culturalmente muy arraigadas, "que son el iceberg invisible cuya punta emergente es la violencia directa contra la mujer".