Coincidiendo con el solsticio de verano, y tras superar dos años de pandemia en que la actividad cultural languideció por culpa del confinamiento, el Club Atalaya Ateneo de la Villa vuelve este mes de junio a organizar unas Jornadas Culturales cuyas actividades, diversas y plurales, se extenderán a lo largo del mes. Ya lo hizo con brío en abril durante la celebración de la XVIII Semana Republicana, en la que por fin se recuperaron los actos presenciales, con la participación de una ciudadanía ansiosa de reencontrarse, de debatir, de reanudar actividades que habían quedado en suspenso durante demasiado tiempo. Deseosa de regresar, en suma, a una "normalidad" (mejorada, claro está)que tanto se echaba de menos.
Aunque, a decir verdad, la cultura, en su sentido más amplio y emancipador, no ha dejado en ningún momento de estar presente en esta casa del pueblo que es el Club durante todo este tiempo. Exceptuando los momentos más críticos de la pandemia, no hubo mes en que de un modo u otro no se siguieran programando actos, aunque por imperativo legal y sanitario, fuera de forma virtual, a través de "zoomes" y "youtubes".
Como trampolín hacia la XXXI Semana de Cine Mágiko, que también volverá en agosto, en la semana anterior a la Feria, como era costumbre antes de la pandemia, y para que no se haga demasiado larga la espera, ofrecen este tránsito cultural que nos llevará a territorios asombrosos donde habitan el cine, el teatro, la música, los libros, la palabra.
A la presentación del libro Filosofía del Imperio y la Nación del siglo XXI, del investigador José Ramón Bravo, que ya tuvo lugar el pasado 3 de junio, le seguirá un encuentro con el título EE.UU./Ukrania/ Rusia. Claves de una guerra cercana que tendrá lugar el martes 14. A modo de coloquio y para acercarnos desde el pensamiento crítico a la actualidad geopolítica, , entre voces inquietas, una mesa redonda en la que participarán el filósofo Francisco Jarauta, colaborador de Le Monde Diplomatique, el historiador Alejandro García, y el también historiador Antonio Fernández, ciezano residente en Moscú hasta hace unos días.
También los más pequeños tendrán su espacio donde maravillarse y dar alas a su imaginación con la proyección, en sesión matinal el sábado 18, de la película Mi vecino Totoro (1988), un clásico del cine de animación japonés, obra del oscarizado Hayao Miyazaki.
En cuanto al teatro, estará representado por partida doble: la comedia post-pandémica Ventevente, espectáculo de clown contemporáneo interpretado por Salvador Jiménez programada para el sábado 18; y las sesiones teatrales abiertas y participativas a cargo del grupo de artistas locales asociados en ElCreadero que tendrán lugar el sábado 25.
La música y la poesía estarán presenten en estas jornadas de la mano del cantautor indie Yelo, que ofrecerá el 24 viernes un concierto con canciones propias y versionadas.
Ya en la recta final de las jornadas, el lunes 27 será la presentación de otro libro, Aquellos días del Sahara. 1973-1975, narración de los recuerdos y vivencias del servicio militar en aquella entonces provincia española africana, con cuyo autor, el yeclano magistrado jubilado Pascual Ortuño, tendremos la oportunidad de volver a conversar.
Una escala importante en este periplo cultural será, sin duda, el merecido homenaje que se tributará a Juan Diego, recientemente fallecido, muy admirado en esta casa. "Un artista comprometido de verdad, de los más brillantes de la historia del cine español, que además huía del brillo", en palabras de su amigo, el pintor y escultor ciezano José Lucas."Actor inmenso y rojo recalcitrante", como se le calificó en el obituario publicado en El País. En su memoria se proyectarán tres películas de su extensa filmografía: el jueves 16, Esperpentos(2008) de José Luis García Sánchez; Vete de mí(2006)de Víctor García León el jueves 23 y La noche oscura(1989) de Carlos Saura, que cerrará estas jornadas el jueves 30.
Excepto la sesión de teatro del sábado 18 cuya colaboración será de 5 euros, el resto de actividades programadas son de entrada libre.
Con este modesto programa se pretende aprovisionar a los viandantes de "alas y pensamientos" para aprender a volar libres en estos tiempos tan inciertos. Así es como vuelve a la calle el Club Atalaya en este prematuramente caluroso mes de junio, convertido en lugar de encuentro de mentes inquietas, en pequeña atalaya de difusión cultural,… en referente de compromiso humanista con un pueblo, Cieza, y sus gentes.