La parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Cieza acogió el sábado la ordenación sacerdotal de Juan María Moreno. Presidida por el Obispo de la Diócesis, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, la ceremonia estuvo concelebrada por varios Vicarios Episcopales, los dos Rectores de los Seminarios Diocesanos y alrededor de 40 sacerdotes. Acompañaron al recién ordenado en este acontecimiento los seminaristas, familiares, amigos y fieles de Cieza y de otros lugares de la diócesis.
Encomendándose al Santísimo Cristo del Consuelo -como era el deseo de Juan María-, el Sr. Obispo meditó sobre la imagen del Crucificado, contemplando “el mayor gesto de amor de la historia”. Mons. Lorca Planes profundizó en la “serenidad” como “estado habitual de los seguidores de Jesús”, que nace de la experiencia del Señor, de “estar anclado en la Voluntad del Padre”.
“¿Qué quiere Dios de ti, querido Juan María? - cuestionó Mons. Lorca.- Posiblemente cosas sencillas, necesitará tu voz para que le digas a tus hermanos que no estamos viviendo la sinrazón, o al aire, o la nada, que nuestro sino no es el azar, sino que Dios sigue sosteniendo nuestra vida”. “Como sacerdote, verás cómo acuden a ti muchos hermanos con la sensación de que Dios les guarda silencio”- precisó, reconociendo que “encontrarás el sentido de tu vida sacerdotal, en este momento, en ese desierto interior”, de modo que tendrá que “ayudarles a encontrar la absoluta confianza en Dios”. “¡Serás un profeta!”- exclamó. El Pastor le aconsejó no temer nada, pues “el que te ha llamado y el que te ha hecho capaz, ha sido Dios”.
El Sr. Obispo, disertó sobre la humildad de Jesús de Nazaret, recordando cómo “en todo hacía, como siempre, la voluntad del Padre”. Así, aseguró que “Dios se deleita en los humildes y derrama en ellos sus gracias y dones con abundancia bien recibida”. “La humildad y la caridad llevan una a la otra”- afirmó. En este sentido instó a vivir con humildad y fomentar la caridad. En este sentido, le explicó al nuevo sacerdote que “una forma de seguir a tus hermanos, desde la caridad, es acercarles a Cristo, acercarles al Corazón misericordioso de Dios, donde estarás identificado tú mismo y esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz te llevará del altar al confesionario, así servirás a tus hermanos”.
Mons. Lorca Planes concluyó encomendando el ministerio de Juan María a la Santísima Virgen, remarcando que “por intercesión de María, alcanzarás todas las gracias de Jesús”. El Prelado hizo eco de las palabras del Santo Cura de Ars al terminar esta homilía: “Jesucristo, cuando nos dio todo lo que nos podía dar, quiso hacernos herederos de lo más precioso que tenía, es decir, de su Santa Madre”.
Juan María Moreno: “En ese momento en que yo quería encontrarme con Él, Él me encontró a mí”
Juan María, de 35 años, recuerda la llamada de Dios como un “encuentro personal con Cristo, concretamente en una convivencia del Camino Neocatecumenal”. Así lo comenta en la entrevista que le hicieron el día previo a su ordenación desde el programa diocesano "El Espejo de la Iglesia" (COPE). "No fue algo de palabras, ni de sentimiento; sino que Cristo me encontró a mí en esa convivencia en un rato de oración contemplativa”. “Señor Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí, que soy un pecador”. Ésta es la jaculatoria que repetía Juan María varias veces en aquella convivencia, porque “estaba fatal con mi vida, ya no tenía sentido”. “En ese momento en que yo quería encontrarme con Él, Él me encontró a mí- asegura. –Me sentí amado y querido por Dios, allá donde nadie podía quererme, ni yo mismo”. “Ese encuentro con Cristo, de sentirme amado verdaderamente por Él, fue con lo que yo dije: he encontrado aquello que he ido buscando durante toda mi vida”- expresa. “Al encontrarlo, ya fue decir: abandono todo aquello que tengo, para entregar mi vida a Él, sólo a Él”.
Para este ministerio que comienza, Juan María le pide a Dios “que sea un buen sacerdote para la gente; que tenga siempre de parte de Jesucristo, una palabra de ánimo para esas personas que sufren, que no entienden la vida, que necesitan ayuda espiritual, ánimo… Que todo lo que el Señor me ha regalado a mí, pueda regalárselo a ellos también”.