El Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) tiene suscrito un convenio con el Patronato de la residencia 'Refugio de San José y San Enrique' de Cieza, para los ejercicios 2011 y 2012 por un importe de 2.690.916 euros para atender 106 plazas asistidas, según ha informado esta mañana el consejero de Política Social, Mujer e Inmigración, Joaquín Bascuñana, durante su visita al centro que conmemora su 25 aniversario de existencia. Le acompañaron la directora gerente del IMAS, Isabel Sola, y el alcalde de la ciudad, Antonio Tamayo.
Esta residencia comenzó a funcionar en agosto de 1985, en el barrio ciezano de San José Obrero con el objetivo de ofrecer atención integral y vivienda permanente a personas mayores de 60 años, que, por su problemática familiar, social y/o económica, no pueden ser atendidos en sus propios domicilios.
Se trata de una residencia mixta, ya que se atiende a personas mayores autosuficientes, como a las que necesitan asistencia para realizar actividades de la vida diaria. Dispone de plazas tanto para válidos como asistidos. La gestión del centro es privada, concertada con la Administración pública.
La residencia tiene una capacidad de 162 camas, distribuidas en cuatro pabellones. El número 1 para residentes asistidos con principio de algún tipo de demencia. El 2 para residentes válidos o semiválidos. El 3 para asistidos con demencias de cualquier tipo. Y el 4 para grandes asistidos o que precisan de ayuda especial por deficiencias físicas. Actualmente, todas las camas están ocupadas.
El personal del centro asciende a 99 trabajadores, entre ellos dos médicos, cinco enfermeros y 60 auxiliares de enfermería. La residencia ofrece, además, servicios de animación socio cultural, peluquería, cafetería y biblioteca.
Asimismo, desde febrero de 1999, el Patronato gestiona también un albergue para transeúntes, en colaboración con el Ayuntamiento de Cieza, donde se puede pernoctar, desayunar, comer y cenar en la residencia.
Además, en el propio centro se atienden a personas que, dada su escasez de recursos económicos o su especial problemática social, no pueden costearse la estancia en la residencia, por lo que, a cambio de una cantidad simbólica, son atendidos de la misma manera que los demás residentes.