El Carnaval de Mayores del pasado viernes volvió a demostrar un año más que la edad no es un impedimento para pasárselo bien. Como auténticos niños, las 9 comparsas de los Clubes de la Tercera Edad subían al escenario del Pabellón Jiménez de la Espada pisando fuerte y dejando atrás sus achaques. Una gala en la que no podían faltar los bailes de todo tipo de estilos, la centenaria piñata, la elección de la nueva reina y, por supuesto, una gran dosis de diversión.
Uno de los momentos más emotivos venía de la mano de la nueva reina, que con las manos en la cabeza por la sorpresa subía a escena para recibir la tan ansiada banda. Así, entre aplausos y vítores del público, Ana Meseguer, del Club de Los Belones, era elegida de entre las 9 candidatas de este año. No puedo sentirme más feliz, no me esperaba este premio y ahora lo voy a disfrutar como una enana, confesaba esta reina minutos después de su proclamación.
Paquita Lara, de los Molinos Marfagones, se convertía en la primera dama y Ana María Madrid, en la segunda. Su felicidad también se notaba en la sonrisa eterna que se pintaba en sus caras.
Antonia Buendía conoce bien esta sensación de alegría que a una le invade cuando le anuncian que está entre las ganadoras. El pasado año era esta mayor de La Palma quien se hacía con este preciado tesoro. Nunca me olvidaré de aquella experiencia, de la corona que tanto pesaba pero que tan feliz me hacía; es una pena que este año se haya pasado tan rápido, explicaba el pasado viernes esta joven de espíritu cuyos avanzados años no han supuesto un obstáculo para realizar la multitud de actividades que realiza, como la de teatro o baile.
PREMIOS PARA TODOS
La reina y las damas no fueron las únicas que se llevaron un premio a casa, ya que si uno de los rasgos característicos de esta gala de mayores tiene es que todos los participantes son ganadores. Y es que cada una de las 9 comparsas que participó se llevó una estatuilla de Carnaval.
Los de San Ginés, por su originalidad; los de Molinos Marfagones, por su puesta en escena; los de La Palma, por su elegancia; los de Santa Ana, por su simpatía; los de Virgen de la Caridad, por su mejor elaboración; los de La Manga, por la mayor participación; los de San José Obrero, por su mejor interpretación; los de Los Belones, por su creatividad; y los de Miranda, por su fantasía.
La piñata también era una de las protagonistas de esta fiesta. Aunque este año se hacía de rogar, pues no había forma de que se rompiera por mucho que cada uno de los participantes cogiera con fuerza una de las tiras. Los de Molinos Marfagones habían sido los encargados de rellenarla, pero fueron los de Miranda, concretamente el único hombre de la comparsa, quien conseguía romperla.
700 personas no se quisieron perder uno de los eventos más populares de Carnaval en un Pabellón abarrotado de familiares, amigos y curiosos. Los niños también se colaron en esta fiesta para ver a sus abuelos actuar en el escenario. Después, tras las coreografías, tocaba fotografía de grupo con abuela, madre e hija.
El concejal de Atención Social, Antonio Calderón, fue el encargado de inaugurar la gala. Es maravilloso ver a estos mayores disfrutar como niños en este tipo de actividades, ellos son el alma de la fiesta, comentaba el edil. Quienes también acudieron al evento fueron los concejales de Festejos, Florentina García; de Mujer, Clara Heredia; y de Distrito, Isaías Camarzana; la presidenta de la Federación de Carnaval, Carmen Sánchez; y la presidenta de la Federación de Clubes de Mayores, María Beteta.
Geishas, muñecos, tunos o goyescos eran algunos de los disfraces invitados de esa tarde que desfilaron por ese escenario. Pero no fueron los únicos. Los más atrevidos fueron los bandoleros y mesoneras de Molinos Marfagones, que ante la sorpresa de los asistentes, provocaron las risas del público por el fingido atraco al jurado. Y es que la originalidad no faltó en ninguna de las actuaciones de esta gala de mayores, en la que la alegría se contagió en cada rincón del Pabellón.