Miguel Fructuoso es un artista murciano apasionado por el arte africano. Su última creación es un mural de grandes dimensiones que se expondrá en el Museo Naval se expone dentro de La Mar de Arte hasta el 30 de agosto.

Fuking Beauty es el nombre del mural que, según el artista, emula un mapa de todas las zonas del continente africano por las que ha pasado.

Hablo de África pero desde el tamiz de un artista occidental, ha asegurado esta mañana Fructuoso. A su parecer, el arte africano no ha tenido experiencia previa, como el occidental, que le permita ir evolucionando. En África la pintura es muy ingenua, ha advertido.

La idea de realizar el mural le surgió después de que desde la Concejalía de Cultura le propusieran participar en La Mar de Arte. En principio pensó en exponer obras que había realizado anteriormente de sus viajes a África, pero, como ya había expuesto sus trabajos Fructuoso decidió crear una nueva obra. Así es como nació Fuking Beauty.

En la cultura colonial se diluyeron los principios de la Ilustración. Las hazañas de las naciones europeas redujeron al hombre a la mínima expresión bajo un manto de salvación que ocultaba un profundo desprecio a las culturas autóctonas.

Sin embargo en ese viaje perdieron las dos partes; África quedó relegada a un tercer mundo cuyas fronteras se delimitaron entonces, y nosotros perdimos la riqueza e intensidad de su memoria, de los lugares. No aprendimos la alegría de bailar en la calle. La magia de los lugares míticos e ignotos se desdibujó en mitos literarios tan transitados en nuestro imaginario como olvidados en el viaje real.

Hoy los principios macroeconómicos nos hablan de potenciales basados en los hidrocarburos a cambio de desnaturalizar la riqueza real, natural e histórica de naciones con identidades tan fuertes como las nuestras.

Miguel Fructuoso (Murcia 1971) es uno de los artistas que de manera más significativa ha revisado los postulados de la pintura desde una postura crítica. En su extenso currículum, que incluye muestras en la galería portuguesa Pedro Oliveira en 2003, la murciana T20 en 2002 y 2005, las madrileñas Fúcares y Magda Bellotti en 2004 así como en la Universidad Carlos III en Pamplona (2003), Fortaleza de Maputo, en Marracuene, Maputo (2009) o el cartagenero Palacio Aguirre en 2001. Su obra, habitual en las principales ferias y bienales del mundo, se encuentra presente en numerosas colecciones públicas, entre las que destacan la Fundación El Monte en Sevilla, CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), Museo de Arte Contemporáneo de Almagro, Banco de España, Fundación Cajamurcia, Ayuntamientos de Murcia y Puerto Lumbreras o MEIAC, en Badajoz.