Después de los grandes espacios de L’Horizon y de la larga gira que le siguió, Dominique A está de vuelta con La Musique un álbum grabado en solitario en casa, igual que su primer disco, dieciséis años después. Pero entretanto, aquel joven hombre que hacía canciones escuálidas se ha convertido en uno de los artistas más imponentes de la escena francesa. Estará mañana jueves 21 de enero a las 21:30 horas en el Auditorio de Murcia, dentro de la programación Otras músicas. Las entradas cuestan 18 Euros.

“Cuando me preguntaban que es lo que estaba haciendo, solía contestar que lo que estaba haciendo era una versión Red Bull de La Fossette (su primer disco en 1992). En este disco, la idea es volver al trabajo solitario, con la diferencia de que ahora hay gente a la que le gusta escuchar mi música. Y con la diferencia también de que yo no quiero tocarla con la fragilidad y neutralidad con que cantaba antes. Quería encontrar ahí lo que puedo dar ahora, en casa, con instrumentos que más o menos son como los que solía tener, pero con quince años de experiencia musical”. En otras palabras, La Musique muestra a un artista que es cada vez más único y accesible, más de lo que lo haya sido nunca. Sigue teniendo esas melodías tortuosas con sólo algunas notas, esa voz cálida con un punto de lirismo desencantado, esa mirada como de soslayo y una visión mordaz del mundo; uno no tarda en caer en la trampa de esos malditos estribillos seductores, y después de escucharlos, terminas con esas melodías dentro de la cabeza... Sí, parece música pop, pero un pop que es a la vez refinado y áspero, un alegre, severo, radiante, nórdico, generoso, fornido y melódico pop.

En 1991, Dominique A produjo un álbum en una tirada limitada a 150 vinilos. Los críticos fueron totalmente entusiastas. La primera emisión del single “Le Courage des oiseaux” desató gran cantidad de rumores entre los fascinados oyentes. Dominique A acababa de entrar en el mundo de la Chanson francesa, de una forma ensordecedora y confidencial; tenía 23 años. Desde entonces, su fama no ha hecho más que crecer. Se ha convertido en una referencia para artistas franceses como Cali, Miossec, Yann Tiersen, Delerm; todos se sienten atraídos por la timidez, delgadez, melancolía y agudeza del espíritu de Dominique A como si fuera un verdadero polo magnético.