Es lamentable, que a la solemne y multitudinaria celebración eucarística oficiada en su honor en la tarde del día 7 de Septiembre no acudiera ninguna representación del Equipo de Gobierno. Tampoco a la procesión de las antorchas, ni mucho menos a la misa del peregrino.

Y si no acudieron a los actos del día de la Romería, tampoco honraron a nuestra Patrona en el día grande de la Natividad de la Virgen, dejando de asistir a la Santa Misa celebrada en su honor en la mañana del día 8, fiesta magna para los calasparreños, creo que para todos, para los creyentes, y los no creyentes.

Siempre he entendido que estas fechas en las que celebramos nuestra feria y fiestas se eligieron, entre otras razones, para hacerlas coincidir con la Romería y el día de la Virgen, con el fin de honrar y venerar más a nuestra Patrona. De esta manera, creo, que nuestra feria se ha celebrado y se sigue celebrando en honor de La Santísima Virgen de la Esperanza.

Soy consciente de la importancia que tiene para nuestro pueblo la celebración de la Feria Taurina del Arroz, y no pretendo cuestionar en esta nota la procedencia o no de la novillada del día de la Romería, ni tampoco voy a cuestionar esa obligación que se atribuyen algunos de presidir todos los festejos taurinos que se celebren en nuestro pueblo.

Entiendo, además, que nuestro Alcalde no puede estar en dos lugares al mismo tiempo, obviamente no es Dios, pero que alguien me corrija si en la Corporación Municipal de Calasparra no hay un Teniente Alcalde y 15 (Quince) concejales más.

No pretendo poner en tela de juicio la pertenencia de nadie a la religión católica, mahometana, budista, judía, etc., ni cuestiono al agnóstico o al laico; tampoco seré yo quien le diga al Alcalde o al Equipo de Gobierno lo que tienen que hacer. Ahora bien, insisto, como calasparreño, y como miembro de la Corporación Municipal lamento que nadie de nuestros gobernantes municipales acudiera a honrar y a venerar a la Patrona de Calasparra en los actos programados en su honor. Es más, considero una ofensa a los calasparreños que sus representantes del gobierno municipal no acudieran a estos actos y creo que es obligado que acudan. Aunque a algunos no les guste o no les interese, esa obligación, pienso, es inherente al cargo.