Tanto es así que a la solemne y multitudinaria celebración eucarística oficiada en su honor en la tarde del día 7 de Septiembre no acudió ninguna representación del Equipo de Gobierno. Tampoco a la procesión de las antorchas, ni mucho menos a la misa del peregrino.

Y si no acudieron a los actos del día de la Romería, tampoco honraron a nuestra Patrona en el día grande de su fiesta onomástica, dejando de asistir a la Santa Misa celebrada en su honor en la mañana del día 8, fiesta local y grande para los calasparreños, creo que para todos, para los creyentes, y los no creyentes.

Siempre he entendido que estas fechas en las que celebramos nuestra feria y fiestas se eligieron, entre otras razones, para hacerlas coincidir con la romería y el día de la Virgen, con el fin de honrar y venerar más a nuestra patrona. De esta manera, creo, que nuestra feria se ha celebrado y se sigue celebrando en honor de nuestra patrona La Santísima Virgen de la Esperanza.

Al parecer, para nuestro Alcalde, no es prioritario honrar y venerar a la patrona de Calasparra en la Romería ni en el día de su fiesta mayor.

Como calasparreño no me siento representado por unos dirigentes municipales que son incapaces de asistir a las celebraciones y actos programados en honor de nuestra patrona La Santísima Virgen de la Esperanza.