Alhama de Murcia

El PSOE defiende los derechos de las mujeres ante una derecha que las persigue, señala y criminaliza

La ultraderecha en nuestro país sigue su cruzada contra los avances en derechos sociales, buscando el regreso a la etapa más oscura de nuestra historia reciente. Y sus concejalas en Alhama no son una excepción, sino que siguen a 'pies juntillas' todas y cada una de las órdenes de sus jefes de Madrid, independientemente de que afecten a personas cercanas, familiares o a ellas mismas como mujeres.

Tal es el caso del debate generado en torno a la propuesta presentada por la concejala de Bienestar Social sobre el cumplimiento de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria de embarazo. El objetivo de la misma era exigir a la Comunidad Autónoma que estas intervenciones se realicen en la sanidad pública de la Región de Murcia. Es del todo incomprensible que bien entrado el siglo XXI, aquí en nuestra tierra, la derecha siga obligando a las mujeres a salir fuera para ello, como ocurría en los años 70 cuando muchas españolas debían viajar a Reino Unido, Francia u Holanda. Si no, estaban abocadas a un aborto clandestino que en ocasiones conllevaba complicaciones médicas y una denuncia. Eso sumado a la vulnerabilidad y al shock emocional que una decisión así suponía para ellas.

Que el gobierno de López Miras afirme que no hay ni un solo profesional médico en la sanidad pública dispuesto a realizar estas interrupciones es una tomadura de pelo, por no decir que una mentira como una catedral. En este caso ni siquiera se justifica con esa costumbre de los Populares de eludir sus responsabilidades, algo a lo que se han acostumbrado, sino que va mucho más allá. Esa reunificación de la derecha de la que hablan, y dicen que ha comenzado en Murcia, no es más que la aceptación de los postulados más retrógrados de la ultraderecha sectaria, totalitaria y reminiscente del franquismo más trasnochado, que busca destruir cualquier logro conseguido en materia social a lo largo de la Democracia.

En esa misma línea, el grupo Vox presentó una moción de promoción de la familia y la natalidad en la Región. Algo que a priori puede sonar bien, hasta que se descubre que único modelo válido de familia para esta formación es aquella formada por un padre, una madre y unos hijos, seguramente cuantos más mejor, donde el papel de la mujer es aquel que le tocó ejercer durante tantos años, como ama de casa sumisa, relegada a un segundo plano tras su marido.

Por otro lado, Ciudadanos presentó dos mociones para la creación de sendos planes municipales, uno con el objetivo de combatir y prevenir la soledad de las personas mayores, y otro sobre salud mental después de la Covid-19. Vemos que siguen en su línea de desconocimiento del trabajo que se realiza desde el área de Bienestar Social, donde esos dos temas ya se abordan y en los que Alhama es un municipio innovador y ejemplar a nivel regional, a pesar de las múltiples carencias en materia de recursos por parte de la Comunidad Autónoma, que obligan al Ayuntamiento a asumir numerosos servicios que no le corresponden, como el mantenimiento del centro municipal de atención psicosocial, el servicio de ayuda a domicilio o la teleasistencia, entre muchos otros, y que suman más de un millón de euros anuales que debería estar pagando el Gobierno de López Miras.

Pero ya es de sobra conocido que el Partido Popular carece de un proyecto regional más allá de seguir engordando la barriga de sus dirigentes ocupando cargos y manteniéndose en el poder gracias al transfuguismo y la compra de voluntades. La portavoz del PP en Alhama ha captado perfectamente esa esencia y lejos de mirar por el interés general de todos los vecinos y vecinas, demuestra día tras día, pleno tras pleno, que su único objetivo es buscar acomodo en Murcia en un futuro cercano, y mientras, ver lo que puede 'rascar' en Alhama para beneficio propio y de su familia. Solo así se explica que nunca asista a los órganos a los que está convocada, que sistemáticamente proponga temas que solo le afectan a ella o la salida de tono que tuvo en el Pleno, mostrando su verdadera cara, agresiva, intolerante y fuera de control, al recordarle cómo de mala está siendo su labor al frente de la oposición.

El hecho de ampararse en sus hijos y sus supuestas obligaciones laborales y familiares -como si las demás concejalas tuvieran plantas en lugar de hijos- demuestra la poca empatía y el profundo egocentrismo que tiene. La Alcaldesa le tuvo que recordar que cada miembro de la Corporación es responsable de su comportamiento y nadie puede asumir sus salidas de tono. Como representante de los alhameños se debe el máximo respeto a la institución, algo que esta portavoz y su grupo parecen no querer entender.

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