En el año 1.962 El Espejo de Narciso lograba un accésit con el Premio Doncel de Novela. Alfonso Martínez-Mena sumaba, con ello, un premio más a su extensa carrera literaria.
El viernes 17, en la sala abovedada del Museo Arqueológico de Los Baños, tenía lugar la presentación de la reedición de El Espejo de Narciso, que ha patrocinado la Concejalía de Cultura y Patrimonio, preparada por el catedrático de Literatura José Calero Heras.
En la mesa de presentación se encontraba la concejala de Cultura y Patrimonio, Carmen María Rodríguez. Junto a ella, María Martínez, hija del fallecido Alfonso Martínez-Mena, en representación de ella misma y de sus hermanos. Cerrando el acto, José Calero Heras, a quien le unía una entrañable amistad con el literato alhameño y quien ha logrado sumar, al ya de por sí entrañable relato, unas partes didácticas que lo convierten en un precioso material para el estudio de la obra.
El acto, enmarcado en la programación del Día de los Museos, comenzaba con la intervención de la edil que ponía de manifiesto la importancia del escritor y agradecía la donación del legado del autor de cuentos que han hecho sus hijos y que puede consultarse en el Centro Cultural Plaza Vieja. Asimismo, agradecía públicamente la predisposición y excelente trabajo de José Calero Heras.
Por su parte, María Martínez destacaba el arraigo de su familia, a través de su padre, con Alhama de Murcia y destacaba el reconocimiento que su pueblo ha hecho al escritor y que, con la publicación del mencionado libro, se volvía a poner de manifiesto.
Calero Heras relataba la entrañable percepción que de Alhama de Murcia tenía el escritor, afincado en Madrid. Rememoraba los largos paseos que hacía cada primavera con Martínez-Mena cuando visitaba Alhama de Murcia a propósito del fallo del jurado del certamen de relato breve que lleva su nombre. En estos paseos, contaba Calero, el periodista alhameño le describía los espacios de Alhama de Murcia tal y como los recordaba de su niñez y destacaba rincones de ésta localidad que tenía guardados en su retina. Esos paseos anuales fueron proporcionando al catedrático de Literatura, no sólo el afianzar la amistad con el escritor, sino las herramientas que, ahora, le han sido útiles para preparar la reedición de libro. En ella, José Calero va añadiendo fichas a cada capítulo en las que se trata el vocabulario, la compresión de lo escrito…; en definitiva se proponen ejercicios sobre nuestra lengua, el arte o la naturaleza, siempre, a propósito del capítulo leído.
Por último, el amigo del escritor destacó los imprescindibles beneficios de la naturaleza que nos rodea, cuestión ésta que destacaba siempre Alfonso Martínez-Mena en los paseos les unieron.